Cerraba el año en García Aldave, y
cumpliendo diez años de Legionario de Honor y Veinte por
escribir mi primer articulo Legionario, siempre bauticé
aquel rincón, batido por los vientos, en un picacho, como LA
CUNA DE LOS SENTIMIENTOS, como le dije en su día al General
Lopez de Olmedo, que las sensaciones, y escalofrío que
sentía, era como si en una “vida anterior” hubiera formado
en el Patio de Armas y luchado en guerras y contiendas.
-Lo que me dejaron mis viejos compañeros, los estropeados,
los que me abrieron las puertas del acotado, de la
tribunilla nuestra, los que lloraban por sus seres queridos,
con la mano en el pecho, los que se inclinaban al ver pasar
la Bandera de España, los que me dejaban a la vera de
Oficiales, Jefes y Generales, para que fuera llegando a
donde ellos iban de vuelta...
-y todas aquellas vivencias y logros, que se compartían con
los Legionarios, sabía que tenía que formar parte uno mas
como ellos, como decía el General Hernandez Ferrero, que
ahora serán diez años sin nosotros, ¡ Javier, tendrás algun
día que subir a los Legionarios a sus puestos, ! o los
momentos de no quejarte de frío ni de la lluvia, y estar a
pecho descubierto como ellos, sin el paraguas, porque si
ellos forman, nosotros también.
-Por las ayudas , las vivencias, los recuerdos de SMARA, de
las arenas que salían, de las dunas que acechaban, de las
gumias y alpargatas, de los mosquetones en la Batalla del
Ebro, del barro, de las bombas y tiros traicioneros, de las
penas achicharradas por el sol, del Batallón Disciplinario,
para ir acabando en las Misiones Internacionales, y ver las
penurias y miserias de la población civil, y gritar los
Legionarios, municiones no... ¡ mandarnos más raciones de
comida ! que aquí la gente se muere de hambre...
-Estuve con ellos, en el ultimo escalón, hará diez años,
aquel viernes Santo, arremetidos por la lluvia, mientras mi
escalón se lo dejé a una madre con su niño en un carrito, y
me puse a la vera de la Compañía y Banda de Guerra, ante la
atronadora lluvia, esperando el toque de corneta de
cobijarse ellos en la Comandancia General, donde aquel día
no me dejaron cobijarme a mi... una vez que entraron los
Legionarios, ¡ Javier tu no pasas....!
-De sentir el aniversario de La Legión , lloviendo y
mientras muchos corrían a refugiarse, me acordé de Francisco
Sanchez Menchen, que sus palabras me flotaban al viento,
Javier la lluvia, con nosotros igual que con ellos, y
aguanté chorreandito vivo con ellos.
-de servirnos las copas, las cervezas, de las fotos, de los
recuerdos del glorioso uniforme, de la Camisa Verde, algo
que nunca podré presumir, y llegar el dia ocho de Diciembre,
de este año y ocurrir lo que alguna vez me imaginé... EL
ESPIRITU DE UNION Y SOCORRO, EL ESPIRITU DE COMPAÑERISMO, EL
ESPIRITU DE AMISTAD.
-Mientras en mi formación, me hacían vanguardia todos los
veteranos, yo estaba pensativo mirando las nubes, y escucho
los gritos de ¡ Javier, Javier ! y me veo un Oficial de La
Legión, desmayandose .... y lo que siempre me imaginé...el
prestar auxilio al Legionario, allí en García Aldave, me
ocurrió, solo pensaba en agarrarlo, en tenerlo en mis
brazos, mientras llegaban los oficiales médicos, para darme
las instrucciones para echarlo y ponerlo en posición para
que recuperara el conocimiento.
-La gripe y la fiebre hizo estragos en el joven Oficial,
mientras se iba incorporando, le di animos, diciendole,
vamos Legionario, que es nuestra Patrona la Inmaculada, es
tu dia. Mientras se marchaba con los compañeros al botiquín,
miraba al cielo, a los que marcharon a agruparse, los que me
dieron su testimonio, su historia, y los que aún quedan con
nosotros, pero que por salud y por edad, ya no forman en el
Patio, era vuestro legado, el testigo que me entregaís, para
que se haga VUESTRA VOLUNTAD.
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