De haber vivido Jaime Campmany,
escritor barroco y cachondo, cuya columna diaria en ABC
buscaba yo para deleitarme con el lenguaje que empleaba, no
tengo la menor duda de que estaría ahora mismo pidiendo a
gritos la intervención de un profesor, especialista en
descubrir gafes, con el fin de acabar con el que hay
instalado en la Moncloa.
Ya una vez, cuando gobernaba José María Aznar, mi
admirado Campmany, un anarquista de derechas que no daba
doctrina, o, más bien, daba su doctrina, su finísima
filosofía del cachondeo, como decía Umbral, recomendó la
presencia del ilustre profesor Genaro Occhipinti.
Doctor en Ciencias Ocultas, experto en Nigromancia,
Jettatura, Astrología, Quiromancia, Vudú y otras artes
esotéricas, con el fin de que se diera una vuelta por el
Palacio de la Moncloa para encontrar el cenizo que hacía
posible que a Aznar se le fueran acumulando los desastres.
Ya el “Prestige”, ya el incidente del islote Perejil, que
estuvo a punto de ocasionar un enfrentamiento con Marruecos,
ya las manifestaciones callejeras por la invasión de Iraq;
ora la huelga general, y qué decir del escándalo ocasionado
por cómo se estrelló el avión militar en Turquía.
La actuación de Genaro Occhipinti, ilustre profesor,
italiano él, dio sus frutos. Y, según contaba JC, la culpa
de todas las desgracias de Aznar las tenía un cartel con la
fotografía de un socialista madrileño, en campaña, que
ondeaba al viento sobre un poste cercano a la Moncloa.
Occhipinti dijo que era incluso más peligroso, como gafe,
que el mismísimo Yáñez. Que ya era ser gafe. Y hasta
mencionó su nombre: Simancas.
Dado que ya no tenemos, desgraciadamente, la oportunidad de
recurrir al maestro Campmany para que interceda ante Genaro
Occhipinti, a fin de que vuelva a darse un garbeo por La
Moncloa, y nos diga a qué gafe debemos todos los males que
vienen azotando a España, he tratado de hacer mis
averiguaciones, tras volver a leer, con el fin de
documentarme más, Vidas mágicas e Inquisición. Libro,
escrito por Julio Caro Baroja, que trata de brujas,
nigromantes y astrólogos. Y he sacado la siguiente
conclusión: Mariano Rajoy es persona oscura y reúne
condiciones suficientes para concederle fama de manzanillo.
Que es un gafe para los demás, mientras que él permanece
siempre a salvo de las malas consecuencias que su falta de
actitud ante los problemas tendría que acarrearle.
Vengo observando que el presidente del Gobierno de España es
un tipo de los que si le das la mano el siguiente paso ha de
ser salir corriendo a encomendarte a todos los santos para
que, al menos, te dejen tal y como estaba antes del saludo.
Me agradaría mencionar los nombres de todas las personas
que, por semejante motivo, ya son damnificadas. Pero me
queda nada y menos de espacio.
Tiempo hubo también en el cual se tachaba de aguafiestas a
Juan Carlos I. Hasta que se demostró que la mala
suerte se cebaba sólo con él. Fracturándose hueso, tras
hueso, por jardazos motorizados, por estrellarse esquiando,
o por caídas peligrosas corriendo detrás de gacela en celo
en cualquier lejano rincón del mundo. Hablando del Rey, se
me ocurre decir que en su mensaje de Nochebuena se ha
mostrado condescendiente con los nacionalismos y los
corruptos. Y ha dejado bien claro que no le gusta la
política de Rajoy. Eso sí, se le ha olvidado defender a
Casillas y poner a Mourinho como chupa de dómine.
Grave error (!) Como español.
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