Ordenando mis documentos, en un
intento de “depuración” de los mismos, descubro una serie de
“sugerencias”, en forma de críticas y, con la sana
intención, por parte de los autores, de denunciar, por un
lado, las carencias del aula y por otro, determinadas
actitudes del equipo docente que atendía al grupo. Todo ello
de forma “anónima”. Se descubre que la iniciativa parte de
un grupo de alumnos y alumnas, con el único objetivo de
rectificar determinados comportamientos del equipo docente y
carencias del aula, así como modificación de conductas. Se
trataba de un 2º de la ESO, cuando todavía el primer ciclo
de la ESO se impartía en las Escuelas Primarias, para el
curso siguiente incorporarlos a los institutos. Corría el
curso académico 2001-2002.
Posiblemente la “colección” de sugerencias se realizara en
el primer trimestre del curso, cuando los alumnos y alumnas
disponían de “argumentos” para elaborar, repito, de forma
anónima, las referidas sugerencias, que paso a transcribir.
“Como alumno de este grupo me siento molesto, por la actitud
y el comportamiento de mis, mal llamados compañeros. ¿Para
qué venimos al colegio? Por mi parte rechazo todo lo que no
sea seriedad y trabajo. ¡Ya estoy harto de oír las mismas
cosas a los profesores?. ¿Hasta cuando?. ¿Habría alguna
posibilidad de cambiarme de grupo?.¡Esto ya es insoportable!
¿Me podrían cambiar, por favor?
“Soy alumno –ya casi me identifico, al decir que no soy una
alumna-, que después de varios meses de convivencia con mis
compañeros y compañeras, observo que algo no funciona en el
grupo. Hay algunos compañeros que intentan “bloquear” las
clases, (este verbo lo he aprendido del profesorado)
impidiendo que las clases se den con normalidad. ¿Seríamos
capaces todos aquellos que venimos al “cole” para APRENDER,
unirnos para impedir que este grupo de alumnos, que no
quiere seguir el ejemplo de los demás, nos priven del
derecho de aprender?. ¡Somos mayoría!
”Somos dos alumnas y mostramos nuestro descontento de cómo
se lleva a cabo el tiempo dedicado a tutorías. Es cierto que
somos atendidas en actividades, ejercicios y problemas
procedentes de sus materias y las de otros profesores, pero
nos gustaría que algunas veces nos proyectaran alguna
película e hiciéramos algunos juegos, para salir de la
monotonía de materias de clases. También que en algunas
sesiones hiciéramos proyectos sobre el posible viaje de “fin
de curso”, es decir, sobre el viaje de estudios. ¡Es que
transcurre el curso y sobre ese tema no se toca nada, es
decir, se mantiene en silencio! Gracias.”
“Sabemos que nuestro destino, después de nuestro paso por el
Colegio, será el Instituto, y bueno será que empecemos a
mentalizarnos sobre este hecho. Y, siendo esto así, sería
importante que nos preparáramos para cuando llegue ese
momento. En resumen, lo que pedimos no es otra cosa que, a
igual que ocurren en esos centros, así entre clase y clase
nos dejéis esos cinco minutos, que son los que disfrutan
esos alumnos.(¿)
“Un alumno muestra su descontento por dos razones, que
considera “fundamentales”. En primer lugar, que la Educación
Física se cambie de hora, ya que cree que es conveniente
realizarla cuando está a punto de finalizar la jornada
escolar, es decir, a última hora; que sería mejor pasarla a
primera. Por otra parte, manda un mensaje para la Sra.
Directora, para que, en ausencia de persianas en el aula, se
coloquen cortinas.”
“Un alumno manda un mensaje, para que un profesor que en sus
exposiciones eleva algo más de lo normal, la voz, que no
siga así ya que hay momentos de su discurso que lo hace tan
alto que llega a “asustarnos”. Al mismo tiempo, creo que el
aula se merece una sustitución de mesas y sillas”.
“Me gustaría que nos dejaran salir del Colegio a la hora del
recreo. Así podríamos desayuna –tomar el bocadillo, en
nuestras casas. También nos acostumbraríamos para cuando
estemos en el Instituto, ya que allí dejan salir cuando es
la hora del recreo. Claro que, en muchos casos los alumnos y
alumnas no regresan a las aulas, por lo que contribuyen a
que este “beneficio” se anule. Además, en algunos casos
utilizan esta libertad para fumarse un cigarrillo, lo cual
no está bien visto”.
“En los exámenes de Sociales no nos encontramos satisfechos
ya que el profesor nos obliga a subrayar mucho, es decir,
casi todos los párrafos del texto. Creemos que es una labor
inútil, ya que entendemos que lo único que debemos subrayar
es lo importante. Debe también explicar más y cuando aplique
los exámenes, que no sean tan extenso, ya que no nos da
tiempo finalizarlos”.
“En su clase es un auténtico problema. Cuando las cosas no
funcionan bien, todo lo quiere arreglar con gritos, lo que
contribuye a que nos pongamos nerviosos. Además, a veces en
los exámenes nos sorprende con preguntas que no han sido
trabajadas con suficiencia en la clase. También, por otra
parte, suele utilizar expresiones como ésta: “Yo sólo
explico las preguntas una sola vez, por lo que es importante
que nos se distraigan”
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