Ha sido siempre la niña mimada de
los populares; pues llegó luciendo calcetines a la sede de
la calle Real. Actualmente es la consejera de Presidencia y
Gobernación. Lo cual quiere decir que tiene mucho peso
específico en su partido y en el Gobierno presidido por
Juan Vivas.
Mucho se habló, en su día, de las malas relaciones habidas
entre Yolanda Bel y Pedro Gordillo. Enemistad
que no era mal vista por quienes deseaban a todo trance que
Gordillo se fuera desgastando en sus enfrentamientos con una
mujer que supo ser yunque en tiempo donde no le era posible
ser martillo.
Fue capeando el temporal de la discordia con el entonces
todopoderoso político, convencida de que no estaba lejos el
día en que el poder de Gordillo acabaría diluyéndose como un
azucarillo. Y era así porque, siendo mujer, su sexto sentido
la ponía en condiciones de hacerse una idea de lo que estaba
ocurriendo en la tercera planta del edificio municipal.
Conocida, como ustedes bien saben, cual la planta de los
fantasmas.
Ese conocimiento, sin duda alguna, la ayudaba a soportar los
desencuentros con el vicepresidente y presidente del
partido, y hasta le permitía, según decían, reírse por lo
bajinis de la tranquilidad con la que éste vivía cuanto se
estaba cociendo contra él. Una actitud que hizo posible que
muchos opinaran contra ella. Pero yo creí conveniente,
entonces, salir en su defensa.
Por tal motivo, nada más suceder el destronamiento del
compañero, por deseos de obtener sensaciones sexuales con
moza de buen ver, le solicité una entrevista a Yolanda Bel,
entonces portavoz del Gobierno, y me hallé con una mujer que
no dudó en sincerarse conmigo. Y lo hizo respondiendo a
todas las preguntas. Más de una, con ribetes de capciosa,
con el fin de hacerla caer.
No olvidemos que YB es una mujer que despierta interés en la
calle. Y no pecaría de exagerado si digo que es la autoridad
que más atención acapara en la rúe. A pesar de que se le
achaquen meteduras de pata gloriosas, en sus declaraciones.
Hace días, una mujer, que llamaré Alejandra, trató de
sonsacarme acerca de cuestiones referentes a la consejera de
Presidencia y Gobernación, cuando las relaciones de ésta con
el alcalde parecen ser que no son las mejores. Y en vez de
referirme a este asunto, por no conocerlo de buena tinta,
decidí ponerla al tanto de algunas respuestas que obtuve yo
de la señora Bel, un día del año 2009. Y que me siguen
pareciendo muy sabrosas. Las contestaciones están espigadas
de la entrevista de marras.
Yolanda Bel me habló de lo grata que había sido su infancia
(curioso: porque las infancias no tienen buen cartel). Se
mostró agradecida con la vida. Por lo mucho que estaba
recibiendo. Aunque en aquel momento dijo hallarse muy triste
por el mal trance que estaba pasando Gordillo… Cuando le
hice saber que era la mujer más deseada del Gobierno, el
arrebol se asomó a sus mejillas. Y, rápidamente, me hizo
saber que los hombres son inteligentes y saben hasta dónde
pueden llegar. Y hasta me enteró de que había podido ser
monja… Pero que se dio cuenta a tiempo que a Dios se le
podía servir en otros sitios. Me reconoció que era de misa
diaria y de tener debilidades que otras personas no tienen.
Y, desde luego, destacó, por encima de todo, su admiración
por Juan Vivas. Así que no creo que esa admiración haya
decaído un ápice. La mujer, que quería saber de YB, salió
corriendo hacia el Ayuntamiento, en cuanto se despidió de
mí. ¿Por qué ese desatino?
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