Doscientos años ha tenido que esperar Ceuta para ver como
por primera vez el Gordo de Navidad se dejaba caer por la
ciudad. Tres boletos expedidos a través de una máquina
electrónica de la Librería Cervantes dejaron ayer 1,2
millones de euros en Ceuta. Los agraciados, José Rios,
Francisco Copín y José Antonio Román, no podía ocultar su
alegría ya que cada uno recibirá un total de 400.000 euros.
El Gordo del Sorteo de Navidad de este año, el 76.058, ha
estado muy repartido y ha llevado la alegría a 69
localidades en 31 provincias españolas y en Ceuta, aunque
los más agraciados han sido los vecinos de Alcalá de Henares
(Madrid), donde se han vendido la mayoría de las series.
A las 10.07 horas, el niño Ismael Rastrelli leía este número
durante la tercera tabla y su compañera Sherley Fonseca daba
la sorpresa cantándolo como el Gordo, que otorga cuatro
millones de euros por serie, 400.000 euros al décimo.
En ese mismo instante Ceuta, una de las seis ciudades en las
que el Gordo de Navidad nunca había caído, en 200 años de
historia del Sorteo navideño, se caía de esa lista negra.
Aunque inicialmente hubo cierta confusión sobre el lugar
donde se había vendido el Gordo de Navidad, finalmente se
vendió a través de una máquina expendedora en la ‘Librería
Cervantes’ ubicada en el Paseo del Revellín nº23.
Precisamente, las informaciones dadas desde la Organización
Nacional de Loterías y Apuestas del Estado (ONLAE) destacan
que las máquinas a través de las cuales se puede comprar un
número de lotería al azar han vendido 80 décimos (3 en
Ceuta) del Gordo de Navidad, el 76.058, por lo que se han
repartido 32 millones de euros a través de este sistema que
todavía se utiliza muy poco, de los cuales 1,2 millones de
euros han recaído en la ciudad.
Pocos minutos después de conocerse el número premiado con el
Gordo de Navidad, un operario de ONLAE llegaba a la
‘Librería Cervantes’, que regenta Antonio Fernández, para
llevar el cartel oficial que anunciaba el premio.
Marga Fernández, hija del propietario, mostraba su alegría y
felicidad ante los medios de comunicación que se desplazaron
hasta el céntrico establecimiento para conocer algo más del
premio vendido.
Según la hija del propietario de la ‘Librería Cervantes’, el
cliente se acercó hasta el establecimiento buscando un
número determinado, pero como no lo había en existencia, tan
sólo le pidió uno por terminal que acabara en ocho.
Aunque hoy por hoy todavía los clientes son reacios a
llevarse números a través de las máquinas expendedoras y son
más tradicionales y prefieren poseer el típico décimo de
lotería, “está claro que los premios son los mismos y
también tocan”, aseguraba Marga Fernández.
Precisamente, mientras los medios indagaban en quienes
habrían sido los afortunados, uno de ellos, José Rios, sin
levantar sospechas se acercaba por la Librería Cervantes
para dar las gracias, y poco quedaba desvelada su identidad
con la que se le pudo entrevistar poco después en el Paseo
del Revellín.
José Rios, padre de la editora nacional de Terra, Carmela
Ríos, reconocía ante los medios que él y dos amigos suyos,
Francisco Copín y José Antonio Román (padre de la consejera
de Fomento Susana Román) habían sido los agraciados y
comentaba con soltura y alegría como había acontecido todo.
Él y su mujer, Mari Carmen, se encontraban desayunando
cuando de fondo escucharon que había salido el premio gordo,
y al oir bien el número dijo “¡Coño! Ese número me suena. Me
fui a buscarlo y efectivamente, era el que había comprado”,
destacó José Ríos.
Rápidamente, telefoneó a sus otros dos compañeros, a quienes
la noche anterior les envió un correo electrónico con el
número que jugaban, para darles la buena noticia, no en vano
cada uno se ha llevado 400.000 euros, una cifra que Rios
indicó que era para “divertirse un poquito y estar
contentos”.
Durante la entrevista Ríos resaltaba a los medios de
comunicación que prácticamente siempre que compra lotería lo
hace adquiriendo un número terminado en 8. “Siempre compro
el 8 porque yo nací el 8 de octubre del 38 y tuve una
intervención muy grave el 8 de julio del 88, así que si no
compro el 8 es para matarme”, bromeó el agraciado.
Aunque reconoce que con el dinero se dará algún que otro
capricho, quizás un nuevo palo de golf de esos que en
condiciones normales no compraría por su valor,
prácticamente la totalidad del premio serán para sus hijos,
asegurando que “yo lo único que hago es repartir”.
Finalmente, tras tener un recuerdo hacia sus padres que
siempre soñaron con el Gordo y su suegra que siempre
resaltaba lo afortunado que él era, quedó con sus dos amigos
en Casa Ángel, para celebrar juntos que les ha tocado el
Gordo de Navidad.
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Un quinto premio también quiso estar presente en Ceuta
Ceuta estuvo ayer de suerte,
porque además de esos tres boletos con el Gordo de Navidad
vendido en la Librería Cervantes, un quinto premio, el
22.343, el cual se vendió en participaciones en un pequeño
estanco de la plaza Azcárate que regenta Himo Amed, quien se
mostraba muy contenta de haber podido repartir algo de
dinero y alegría entre los ceutíes. Himo reconocía que
todavía la clientela es reacia a comprar sus décimos a
través de la máquina expendedora, pero entre risas destacaba
que una vez dado algún premio, ese miedo desaparezca. Al ser
un establecimiento que sólo se puede adquirir lotería de
navidad a través de la máquina expendedora, Himo reconocía
que este año no había vendido muchos números pero que de
esos pocos que había podido vender ha podido dar la suerte
con este quinto premio.
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