El Museo del Revellín acoge desde la tarde de ayer la
exposición ‘Detalles’, de Rogelio Borrego Pousa. La muestra
está compuesta por cerca de cuarenta cuadros, además de
algunos abanicos pintados, que estarán en el Museo hasta el
próximo 6 de enero. Esta es la quinta exposición de Borrego
Pousa, que lleva pintando desde los veinte años. De su obra
se dice que es todo “un deleite visual” por descubrir.
“Todo un deleite visual”, tal y como lo describe la
licenciada en Historia del Arte Gloria Rosado Orbañanos,
espera a los ceutíes que así lo quieran comprobar, desde la
tarde de ayer en las salas del Museo del Revellín, en la
muestra titulada ‘Detalles’. En ella se expone el trabajo de
Rogelio Borrego Pousa (Ceuta, 1940), un amante de la pintura
que lleva aprendiendo este arte desde los veinte años. “La
pintura es como todo, si la trabajas, mejoras”, dijo ayer el
autor, con un toque de modestia hacia su propia obra. La que
se encuentra en la sala ha sido el producto de los últimos
dos años y en ella se unen imágenes religiosas,
costumbristas, bodegones y hasta escenas con un toque hindú.
Para esta ocasión, la quinta exposición en la vida de este
pintor autodidacta, la aventura pictórica se ha ampliado al
mundo de los abanicos, un soporte que había atraído desde
siempre al pintor, y en el que se ha atrevido por primera
vez. “Es más difícil, pero me ha gustado mucho”, reconoce.
“Nada es consecuencia del azar, al contrario se adivina un
trabajo lento lleno de preocupación por el resultado final”,
describe sobre su obra Rosado Orbañanos.
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