A veinticuatro horas del tradicional sorteo de Navidad en el
que los españoles depositan tantas ilusiones por abrir la
posibilidad de obtener un premio que te cambie la vida, la
ciudad de Ceuta según datos consignados por Loterías y
Apuestas del Estado, tienen consignados hasta las ocho de la
tarde de hoy viernes un total de 1.430.000 euros que
corresponden a los 7.147 billetes puestos en circulación en
las tres Administraciones de Lotería existentes en nuestra
ciudad, además de otros puntos de venta ambulantes y
repartidos en nuestros 19 kilómetros cuadrados. Las
previsiones de la Delegación en Ceuta de Loterías y Apuestas
del Estado, siendo el referente el pasado año, indican que
antes de que se produzca el sorteo, no se habrán vendido el
cien por cien de los billetes puestos a la venta, sino que
muy al contrario, habrán podido quedar sin vender más de mil
billetes.
En cuanto al gasto medio de cada ciudadano y, dada la
situación de crisis, con índices de paro elevados y sin paga
“extra” para el personal funcionario que en un 90% es el
trabajador fijo más que más prolifera en Ceuta, será
ligeramente inferior a 15 euros por persona, una tónica muy
característica de Ceuta porque supone mantener unos niveles
ya clásicos de baja apuesta por este juego de azar, al
situarse entre las ciudades que menos juega, aunque también
es verdad que son muchos los ceutíes que juega con número
fuera de nuestra ciudad o los reclaman a familiares y amigos
para que se los envíen desde otros lugares de la península.
Como aún quedan números por vender, todavía el flujo de
compradores en las Administraciones de Lotería es grande,
especialmente en la Plaza de la Constitución, donde se
forman “colas”, si bien los números considerados “estrella”
se agotan pronto.
Hasta las Administraciones de Lotería acuden gentes
variopintas, deseosos de buscar fortuna o tentar a la suerte
para ver si aquélla les favorece cambiándoles la vida en
unos momentos especialmente difíciles a nivel económico.
Estos sorteos en los que las ilusiones vuelan hasta niveles
insospechados y los compradores se aferran a mil y unas
manías o anécdotas, nos reportan una serie de experiencias
que se comentan de manera muy humorística. Los hay que se
aferran al 7 o al 13, a terminaciones de su edad o fecha de
nacimiento y hasta en algunos casos, acuden a las
Administraciones de lotería con el firme propósito de
comprar un número que han soñado como premiado.
La superstición en un ambiente como éste, donde la ilusión
vuela y las esperanzas se mantienen intactas en tanto no se
produce el sorteo, es un recurso al que aferrarse el tiempos
difíciles como los que estamos viviendo.
Luego, si no se obtiene algún premio mayor, siempre nos
quedará la “pedrea”, como forma de pensar que, quien no se
consuela es porque no quiere hacerlo. De momento, seamos
optimistas y aguardemos que la suerte, introducida en forma
de bolitas en el interior del bombo, reparta suertes. Ahora,
eso sí, hay que jugar porque si no es imposible que nos
toque un premio de la lotería.
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