Día más o menos cálido, en cuanto
a ambiente climático, pero terriblemente caliente e infernal
en cuanto a ambiente social.
La actitud liberal o neoliberal de este Gobierno del PP en
un país donde la Escopeta Nacional sigue vigente como nunca
lo fue (les recuerdo que lo de la Escopeta Nacional es una
reiteración mía), produce un efecto contraproducente para el
propio país y un tremendo huracán en los derechos sociales
de sus ciudadanos.
Un Gobierno que basa la economía del país en los créditos de
las entidades financieras y de los inversores (deudas,
obligaciones, pagarés, etc.), jamás de los jamases podrá
recuperar la libertad económica ni la soberanía propia,
libre y sin ataduras.
Un Gobierno que basa la economía en un país improductivo,
donde los recortes anulan derechos y donde las leyes hunden
al ciudadano, jamás de los jamases tendrá en su poder de
decisión asuntos concretos que obliguen al resto de países
europeos a aceptar cualquier propuesta económica que
formule.
Como ejemplo: Alemania basa su poder económico en la
producción industrial y comercial, en la exportación de sus
productos más que en la economía financiera.
Un país (Alemania) que estuvo totalmente destruido tras una
guerra iniciada por un tirano criminal y que sea capaz de
levantar la cabeza para poder seguir mandando al resto de
países, con la tiranía del dinero, dice mucho es desfavor de
otro país (España) que basa su economía en la Escopeta
Nacional.
Un país donde su Gobierno basa sus razones en las mentiras;
en los cambios repentinos de rumbo; en decisiones increíbles
para la situación económica; en achacar la ruina del propio
país al Gobierno anterior mediante supuestas herencias… es
un país condenado al fracaso total. Un país condenado a
ingresar en las filas del tercer mundo como si de un equipo
profesional de fútbol se tratara y fuera condenado a
categorías inferiores.
Un Gobierno que es incapaz de recuperar el ritmo europeo, al
menos, mediante el trabajo productivo que regule para bien
la balanza de pagos… es un Gobierno condenado al fracaso
total aunque trate de disfrazar las negativas cifras con
eufemismos evidentes.
Un Gobierno de un país, donde los bancos poderosos compran
bancos débiles y sin embargo reciben toda la ayuda monetaria
posible (llamémosle rescate), en detrimento de los
ciudadanos, nunca podrá ser el Gobierno de todos y sí, a
cambio, el Gobierno de los ricos –entendiendo por ricos lo
que todos sabemos-.
Un país cuyas leyes condenan a los ciudadanos a la pobreza
extrema (tasas judiciales improcedentes; desahucios injustos
y criminales; despidos improcedentes impugnes; IVA’s
desorbitados para su poder adquisitivo; pagos de un euro por
receta, cuyo papel impreso no supera 0,025 € de coste;
descalabro del sistema socio-laboral con unas increíbles
reformas laborales; hundimiento de los pensionistas
españoles que se esforzaron, largos años, por conseguir la
democracia y por generar riqueza con su trabajo y que vean
la imposibilidad de comprar una alianza, conmemorativa de
sus 50 años de matrimonio con la compañera de toda la vida,
a causa de su escaso poder adquisitivo…, es un país al que
tienes ganas de abandonarlo en busca de alternativas
supervivientes.
Más aún cuando los jóvenes estudiantes universitarios no
encuentran otra salida que seguir siendo mantenidos por sus
abuelos con sus pensiones infravaloradas.
Pensaba regalarle, disfrazado de Papa Noel, a mis nietos la
nueva PS3… como son seis nietos los que tengo y el alza del
IVA, sumando la no revalorización de mi pensión, no puedo
hacerlo.
El Gobierno se queda sin ingresar el IVA, el comerciante se
queda con el stock y el país se va a la porra, por no decir
otra palabra que ofendería a Rouco. Así seguimos.
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