El último viaje de la Línea 6, que comunica la zona
centro con la barriada de Juan Carlos I, será a las 16.00,
en lugar de a las 18.00 horas como era hasta la fecha. Así
lo decidió ayer el Comité de Seguridad y Salud Laboral de la
compañía de autobuses Hadú-Almadraba, que se reunió tras el
último apedreamiento a uno de sus autobuses, ocurrido este
domingo. La concesionaria del servicio se siente
“abandonada”.
El Comité de Seguridad y Salud Laboral de la compañía de
autobuses Hadú-Almadraba se reunió ayer, tras el último
apedreamiento a uno de sus autobuses, y decidió la supresión
del último viaje que hacía a la barriada de Juan Carlos I,
el de las 18.00 horas. De este modo, y tal como explicaron
representantes de la compañía, el último trayecto será a las
16.00 horas, antes de que anochezca y llegue el momento de
mayor riesgo de este tipo de ataques vandálicos.
El gerente de la empresa, José María Cuéllar, se mostraba
ayer indignado ante esta situación, que se repite “sin que
nadie le ponga solución”, a pesar de que desde la dirección
de Hadú-Almadraba se ha indicado a las autoridades los
puntos y las horas “peligrosos”. “La policía va tres días y
luego se cansa y se va”, asegura Cuéllar, quien denuncia que
están “abandonados”. “Todo son exigencias, pero cuando se
trata de colaborar con la empresa, que presta un servicio
público, nadie responde”, lamenta Cuéllar.
Además del riesgo que suponen para la seguridad de los
conductores y los viajeros, estos actos de vandalismo
suponen un gasto importante. “La empresa hace un esfuerzo
por modernizar la flota, con la compra de los autobuses más
modernos del mercado”, señala el gerente, quien destaca que
el último vehículo apedreado, al que se rompió una luna de
la parte trasera, se estrenó hace tres meses.
Tal como informó este diario en su edición de ayer, el
apedreamiento del domingo tuvo lugar en la misma zona desde
la que se han lanzado piedras contra los autobuses en otras
ocasiones, una pista polideportiva situada en los bajos de
la barriada de Juan Carlos I. Desde la concesionaria del
servicio de autobuses se señala a un grupo de menores como
los autores de estos peligrosos ataques.
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