“En los últimos tiempos los miembros del Cuerpo Nacional de
Policía se han convertido en diana de las represalias de los
criminales”. De este modo expresa el secretario provincial
del sindicato CEP, Domingo Nofuentes, su denuncia ante los
ataques a vehículos de agentes, algo que alcanza ya “trazos
de epidemia en esta ciudad”. “Y no se trata de actos
aislados de gamberrismo de algunos chavales inadaptados,
como algún político ha tenido la osadía de tildarlos”,
señala CEP en una nota, en la que afirma que son “estrictos
actos de terrorismo”. El sindicato recuerda que el artículo
577 del Código Penal no exige que su autor o autores
pertenezcan a una “organización” o “grupo” sino que basta
con que el atentado vaya dirigido a “subvertir el orden
constitucional o alterar gravemente la paz pública o a
contribuir a estos fines, atemorizando a los habitantes de
una población o a los miembros de un colectivo, social,
político o profesional […] o llevaren a cabo cualesquiera
delitos de incendios, estragos, daños[…]”.
Con los indicios que se conocen, CEP deduce que la quema de
vehículos a policías, no se debe “a represalias concretas
contra alguna actuación determinada o afrenta puntual y
personalizada, sino que se trata de una estrategia más
general y dirigida a coaccionar y amedrentar a los policías
en el legítimo ejercicio de sus funciones (en algún caso
estos hechos ya han provocado la petición de traslado)”.
“Tratan así con sus acciones violentas de “aterrorizar a
unos y dar una llamada de atención a otros, pues los vecinos
se lo piensan dos veces antes de aparcar su coche junto al
nuestro”, concluyen.
CEP considera que el tema “daría para llenar varios folios y
resulta obvio que habría muchísimo más que decir sobre este
tremendo asunto”, pero para concluir expresa su deseo,
mientras las investigaciones siguen su curso, de que como
consecuencia de tales hechos “nunca haya que lamentar daños
personales, porque esas pérdidas son las que siempre
resultan verdaderamente irremplazables”.
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