Es el momento de desear todo lo
mejor a quienes conocemos y a quienes, aunque no los
conozcamos, también son nuestros convecinos, a lo largo del
año.
Y esta felicitación tengo que hacérsela extensiva, en primer
lugar, a todos los que componen el equipo de trabajo del
Parador de Ceuta, que en estos momentos viven con la zozobra
de un ERE que llevan a cabo desde unas directrices de los
políticos de turno, que han llegado a los altos cargos de la
Red de Paradores no por ser unos excelentes profesionales,
sino por llevar en la boca un carné al que apoyaban otros
jerifaltes de la política que han tenido y tienen peso,
aunque no tengan muchos conocimientos de esto.
Mi felicitación a los trabajadores del Parador de Ceuta
viene a apoyar, también, ese apoyo que han recibido estos
días, “si no estoy equivocado”, de las primeras autoridades
locales y estatales de Ceuta, desde el Palacio de la Plaza
de África y desde la Plaza de los Reyes.
Así es como nos gustan a todos los que vivimos en Ceuta
nuestras autoridades, que se desvivan por los habitantes de
Ceuta, que estén con ellos, especialmente, en los momentos
difíciles y que piensen más en los ceutíes que están en
dificultades que no en sus cargos logrados por los votos o
por el dedo “bobalicón” de las altas esferas de los madriles.
Naturalmente, cuando llegan estos días, uno tiene que hacer
balance de lo que ha sido el año que se está marchando y
pocos son los que no encuentran o no se acuerdan de algún
tropezón, a lo largo de los doce meses que van a concluir.
Ahora mismo, a poco más de dos semanas para que termine
2012, en mi mirada hacia atrás veo que mal andaría la cosa
si el partido en el poder, el PP (que dicho sea de paso soy
afiliado a él), no da el paso definitivo para intentar que
la enseñanza sea lo que nunca debió de dejar de ser.
Veo con perplejidad que, a través de esos mil organismos que
rodean cada parcela de este mundo, en la enseñanza, en
algunas de esas agrupaciones, quieren asomar la oreja
personas que más que conocedoras de lo que es la enseñanza
están guiadas por intereses de otras personas con
aspiraciones más altas, y lo malo es que muchos de los que
se han metido ahí ya parecen doctores en educación, por el
mero hecho de que un grupo de vecinos les haya elegido para
que les representen. No quiero ni pensarlo, como no quiero
ni pensar qué sería de un paciente si yo, un día, me metiera
en un quirófano para operarle, aunque sólo fuera de
apendicitis.
Es la vida que vivimos, en la que de fútbol, medicina y
educación ya sabe todo el mundo, o todos quieren o creen
saber, posiblemente hasta la Dirección Provincial de estas
disciplinas, por cierto, una Dirección Provincial que no se
deja ver mucho y que en el mes de diciembre, por aquello de
que “es corto” no parece estar muy enterada de que, también
en este mes, puede haber profesoras en estado de buena
esperanza, que han cogido la baja y como consecuencia de
ello queda más de un curso sin esas clases. ¿Para ahorrarse
el sueldo de un mes de un interino?. Sería bueno que se
explicara, aunque posiblemente es que los directores o
alguno de ellos, en concreto, padece el síndrome de
“congojonitis” y no se ha atrevido a pedir lo que le hubiera
hecho falta. ¿No le parece, Don Bruno?.
Paz, Felicidad, Amor y especialmente seriedad es lo que
debemos desear para estos días y para el futuro.
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