Dice un buen amigo mío, que la
crisis que estamos soportando más que económica es una
crisis política. Tengo que darle la razón, no en vano la
mediocridad de la mayoría de los políticos no sólo de España
sino del resto de los países del mundo mundial, donde la
ausencia de un líder carismático con capacidad para llevar
al mundo a la prosperidad hace, al menos en nuestra España,
que el tercer problema de los ciudadanos sea la clase
política.
La pregunta sería ¿es la clase política española la única
que ocupa el tercer lugar de la preocupación de los
ciudadanos?. La respuesta a la pregunta es no, pues son
muchos los países de la zona europea que también los tienen
colocados en ese tercer lugar de todos sus problemas.
No hace mucho tiempo en esta misma página que escribo par de
días a la semana, advertía a la señora Merkel del error de
su política al tratar de que todos los estados
pertenecientes a la UE, hiciese recortes y más recortes que,
sin duda alguna, repercutiría en el consumo de las propias
empresas alemanas, que verían reducidas sus ventas al resto
de los países integrantes de la UE.
La razón es muy sencilla, no hay que ser un genio para saber
que esto le iba a pasar factura a la cancillera alemana, que
sólo miraba que el resto de los países de la zona euro
fuesen los que tirasen de la locomotora alemana, con unas
primas de riego impresionante y pagando unos intereses
descomunales por la compra de dinero para poder hacer frete
al déficit que arrastran, mientras Alemania lo hace a un muy
bajo interés.
Hay un refrán que dice “la avaricia rompe el saco”. Y esa
avaricia es la que ha roto todas las previsiones de la
cancillera alemana que ve como los mercados, sobre todo el
europeo, han bajado sus compras a las industrias alemanas en
un diez por ciento. Cosa por demás dentro de toda lógica
teniendo en cuenta, que las medidas restrictivas impuesta
por la señora Merkel a la zona euro, han dejado sin dinero a
los posibles compradores, que se han tenido que apretar el
cinturón reduciendo en un importante porcentaje el consumo.
Esa política de ajuste y más ajustes, impuesta por la
cancillera alemana en la zona euro. No es la más adecuada
para salir de la crisis. De la crisis se sale haciendo todo
lo contrario, creando empleo y aumentando el consumo.
Esa política impuesta por Merkel, de medidas restrictivas,
enviando personas al paro y aminorando el consumo, ya la
hicieron en el Japón, cuando entró en recesión y tardaron en
salir de la misma diez años. De ahí que los economistas
japoneses, ante la crisis europea que ya ellos habían
sufrido en sus carnes, recomendaron hacer todo lo contrario
a lo que ordena la señora Merkel.
Y cuando han pasado pocas fechas de lo que escribí sobre el
fracaso de las medidas impuestas por la cancillera alemana,
para darme la razón el Bundesbank deja a la economía alemana
al borde del estancamiento el próximo año, donde la caída de
las exportaciones por la recesión en la UE hundirá el
crecimiento hasta el 0,4%.
No me beso porque no me llego. Quizás como político no sería
un problema para el resto de los españoles. ¡Cosas digo,
Juan!
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