Marruecos: ¿qué puede salvar a la
izquierda? A algunos días de un congreso crucial, los
socialistas buscan un líder a la altura de su historia”. Tal
es en portada el titular del último número 2709, del 9 al 15
de diciembre, del semanario internacional independiente (tal
reza en la carátula) Jeune Áfrique, editado en París. Un
cuadro vacío con un interrogante en el medio, al lado de las
fotos de Mehdi Ben Barka, Abderrahim Bouabid y Abderrahmán
Yussufi, completan la sugerente carátula. Por su parte la
edición del pasado miércoles del diario Libération, órgano
oficial de la USFP (Unión Socialista de Fuerzas Populares),
reproduce en portada las fotos de dos de los cinco
candidatos a Primer secretario del consejo nacional del
partido de la rosa: Fathallah Oualalou, ex ministro de
Finanzas y alcalde de Rabat y Habib el Malki, ex ministro de
Educación y diputado. Si para Oualalou “El país tiene
necesidad de un partido fuerte y creíble”, El Malki piensa
que “La USFP es el partido del desafío y la esperanza”. El
tercero en liza, también diputado y ex ministro de
Relaciones con el Parlamento, es el “aparatchik” Driss
Lachgar quien luce para la ocasión (y al menos hasta la
celebración del congreso, según asegura) un poblado
mostacho. Lachgar por su lado habría declarado, en una
conferencia de prensa en Rabat, la necesidad de un liderazgo
sin complejos: “Dejaros de consensos. Tenemos necesidad de
una dirección fuerte y corajuda, que busque el interés
nacional por delante de otras consideraciones”. Los dos
candidatos que restan son Ahmed Zaïdi, presidente del grupo
de la USFP en la Cámara de Representantes y el periodista
larachense Mohamed Talbi, el menos conocido y de perfil más
bajo. El vencedor sustituirá al actual Primer secretario
saliente, el histórico Abdelouahed Radi, quien recogiendo en
las velas el viento de la Primavera Árabe recuerda que, ya
el 8 de mayo de 2009, la USFP dirigió un memorándum al
Palacio Real pidiendo una revisión de la Carta Magna, la
Constitución, reformada al fin y plebiscitada el 1 de julio
de 2011 como una de las tres respuestas dadas por el régimen
al Movimiento del 20 de Febrero, junto al discurso real del
9 de marzo y el adelanto de las elecciones al 25 de
noviembre en las que la USFP cosechó (testigo fue este
escribano paseando días antes, junto al alcalde rabatí
Oualalou, en campaña electoral por Temara) una dura y amarga
derrota. Seamos francos: una debacle política, reduciendo al
partido de la rosa al quinto lugar del arco parlamentario
marroquí. Patético para un partido bregado en la oposición y
en los crueles “Años del Plomo”, que había logrado ser la
primera fuerza política del país en las legislativas de
1997. En palabras de su todavía primer secretario, Radi,
comentando la histórica y aplastante victoria de los
islamistas parlamentarios del PJD (Partido de la Justicia y
el Desarrollo) dirigidos por su secretario general y actual
Jefe de gobierno, el fogoso Abdelilah Benkirán, “Los
marroquíes votaron por una reforma progresista (Constitución
del 1 de julio) y una mayoría conservadora (elecciones del
25 de noviembre)”. Peor todavía: un hábil Benkirán logra
romper la Kutla (tradicional coalición de la USFP con el PPS
y el Istiqlal), incorporando a estos dos partidos a su
coalición gubernamental.
El IX Congreso de los “Ittihadis”, como el anterior en
noviembre de 2008, tendrá lugar en Buznika, villa situada
entre las “dos capitales” de Marruecos: la coqueta y oficial
Rabat y la populosa e industrial Casablanca, “capital
económica” del Reino. En los próximos viernes 14, sábado 15
y domingo 16, los 1700 congresistas que tienen prevista su
asistencia elegirán al primer secretario general en la tarde
del sábado, revisándose las tareas efectuadas en el anterior
periodo y diseñando la estrategia para los próximos cuatro
años.
¿A qué se enfrenta la USFP?; ¿será capaz de cerrar una
crisis que lleva arrastrando durante los últimos diez años?
La USFP se juega ni más ni menos que su supervivencia como
gran partido político, referente del socialismo marroquí:
tras las elecciones generales de 1997, 2002, 2007 y 2011 la
USFP no ha dejado de perder posiciones, encontrándose al día
de hoy con solo una minoría de 40 diputados, de un total de
396, en el Parlamento. Los islamistas del PJD fueron la
opción política claramente ganadora, con 116 diputados
(perdieron 1 recientemente en Tánger, en una revisión de la
vuelta electoral en la ciudad del Estrecho).
La sangría socialista no se traduce solo en el número de
escaños: según fuentes de toda solvencia su militancia se
habría reducido prácticamente a la mitad, contando en la
actualidad con algo menos de 40.000 adheridos. En cualquier
caso, lo peor que podría hacer la USFP es enzarzarse en una
guerra de clanes. Sea quien fuere el candidato vencedor de
este IX Congreso y después de una larga marcha por el
desierto, la USFP solo podrá reverdecer por medio de un
sólido trabajo en equipo, una oposición política creíble, un
acercamiento físico al ciudadano en los barrios menos
desfavorecidos (espacio actualmente ocupado, con éxito, por
el amplio espectro islamista) y una transparencia en su
gestión, que pasa por la lucha decidida contra el cáncer de
la corrupción. Mañana seguimos.
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