Gestionar una frontera como la que
separa España de Marruecos no es sencillo. Las diferencias
entre uno y otro país son de las más acusadas del mundo y en
cuanto a renta per cápita, la mayor de toda la OCDE. Si a
esto se añaden factores como el intenso tráfico que soporta,
con miles de personas y cientos de vehículos a diario, y
otros como la amenaza del terrorismo internacional y
distintas formas de delincuencia organizada y “globalizada”,
los problemas están servidos. Estos días se reproduce lo que
es algo cíclico y con causas diversas y, por tanto,
difíciles de abarcar, colapsos, cierres puntuales,
aglomeraciones, atascos... La Delegación, que está
realizando un gran trabajo en este sentido, trata de
garantizar en los Polígonos -también fronterizos- el
“binomio comercio-seguridad”. Complicada pero necesaria
tarea.
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