Me estaba yo pensando, por aquello
de que pienso luego existo, que los partidos políticos se
han convertidos en club donde para entrar en ellos tienen
que ser elegidos por los mandas de los mismos, siempre y
cuando que estos elegidos por los mandas consideren que no
son más listos que ellos, pues de considerarlos más listo
que ellos, los manda evitarían por todos los medios a su
alcance que nunca entraran a formar parte de ese club de
elegidos.
Son tantos los años que algunos mandas llevan dirigiendo ese
club que los tienen como una propiedad privada, a la que no
se puede acceder sin su consentimiento con lo cual cometen
dos errores de bulto. Primero que siempre deberían rodearse
de los más inteligentes que estén en el club y segundo, y no
menos importante, que tendrían que conocer mucho mejor al
pueblo español que, en definitiva, es quienes les mantienen
en sus puestos, haciéndoles ganar una pasta gansa.
Porque el pueblo, ese que le llaman “soberano” cuando,
simple y llanamente, es de “garrafón” del malo, sólo le
consideran y le hacen creer que son “soberano”, durante diez
segundo que es el tiempo en que usted deposita la papeleta
en las urnas, para elegir a los que durante cuatro años van
a a ser los que manden en el club de los elegidos.
Pasados esos diez segundos, usted y yo, no pintamos nada de
nada, en las decisiones que decidan tomar, aquellos a los
que hemos llevado al poder y que tanto nos prometieron en
sus campañas electorales pero que, sin discusión alguna,
después hacen los que les viene en ganas.
Están tan encerrado en sus respectivos clubes que al pueblo
es que dicen que es “soberano”, no les hacen ni p…caso. Y es
ahí precisamente donde existe el peligro de estos mandas del
club privados en que han convertido la política, el
desconocimiento del pueblo, que cuando se pone en marcha,
cansado de que no se les tenga para nada en cuenta, se
convierte en algo imparable.
Ese desconocimiento del pueblo español que no quieren ver,
porque no hay más ciego que el que no quiere ver, se ha
demostrado en la celebración del día de la Constitución
donde, por vez primera se ha alebrado en la calle, con la
afluencia de miles de españoles que se han manifestados en
Madrid y Barcelona por la unidad de España.
No hay cosa peor para un español que el que se le quiera
imponer algo por algunos de esos politiquillos del tres al
cuarto, que proclaman su independencia de España. La
repuesta la ha tenido, Arturo Mas, con las miles de personas
que portando banderas españoles y cantando el ¡¡Que viva
España!!, mientras pedían su dimisión, manifestándose frente
al Palau de la Generalitat.
No saben todos estos independentistas de pacotillas el
enorme favor que le han hecho a España, pues sus fantasías
independentistas no han conseguido más que dar lugar a una
fabrica de españoles que cada día contará con mayor número
de obreros orgullosos de ser españoles.
Se están equivocando tanto, en el conocimiento del pueblo
español, que cuando se venga a dar cuenta de que no somos
tontos de capirotes, pagarán caras sus consecuencias.
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