Los derechos humanos no pueden entenderse como una conquista
acabada, ni como una realidad estática, sino que deben
adaptarse a los problemas con los que se enfrentan las
sociedades a lo largo de la historia para contribuir a
darles solución.
En ese sentido, está claro que uno de los problemas
fundamentales y permanentes que afectan a las sociedades es
la resolución de los conflictos a través de la violencia.
Desgraciadamente, todos los días en los medios de
comunicación vemos como muchos seres humanos inocentes
perecen a causa de intereses estratégicos, económicos y
políticos para los cuales los derechos humanos sólo son un
arma retórica con la que embellecer los discursos. Es cierto
que todavía queda mucho para llegar a un mundo en paz, pero
también lo es que existe un profundo y creciente rechazo de
los ciudadanos de nuestras sociedades hacia la violencia.
La historia de los derechos humanos del siglo XX puede ser
descrita como un proceso abierto hacia la no discriminación,
rasgo presente en lo que llevamos de siglo XXI y que, nos
acompañará a lo largo de éste. En este sentido, e
independientemente de la permanencia de otros hitos, dos
grandes ideas, que se corresponden con otros tantos procesos
históricos de los derechos, han estado presentes y lo siguen
estando. Por un lado la de la generalización, que pretende
extender el disfrute de los derechos a personas y colectivos
que no los tienen satisfechos; por otro la especificación,
que pretende justificar la atribución de derechos
específicos a personas y colectivos.
El reconocimiento de derechos a sujetos y colectivos
concretos que se encuentran en situaciones especiales,
implica una idea de igualdad material. La especificación se
ha ido produciendo bien respecto al género (reconocimiento
de diferencias específicas de la mujer respecto al hombre),
respecto a la edad (derechos de la infancia, de la
ancianidad), o respecto a ciertos estados de la existencia
humana (derechos de los enfermos, incapacitados, etc...).
En relación con la cuestión del género este es uno de los
principales exponentes históricos del proceso de
generalización. Desde esta idea, cobra sentido en la
actualidad la utilización de medidas que se desenvuelven
tanto de la mano del principio de igualdad como no
discriminación, cuanto del principio de igualdad como
diferenciación positiva.
Si centramos nuestra atención en la situación de la mujer,
no es exagerado afirmar que se trata de un colectivo en
relación con el cual, de manera general, tanto el requisito
de la satisfacción de las necesidades básicas cuanto, mucho
más, el del igual valor o poder en la discusión pública,
presentan indudables problemas. Se trata de dos cuestiones
que están estrechamente relacionadas y que son consecuencia
de una asignación histórica de papeles sociales asociados a
una diferenciación por razón de sexo, caracterizado por la
consideración de la mujer como un ser inferior, no
capacitado para el desempeño de determinadas funciones, pero
en cambio “naturalmente” capacitado para el desempeño de
otras.
El diseño de una educación basada precisamente en los
derechos humanos implica concienciar de la importancia de la
dignidad humana y del igual valor de los seres humanos
independientemente de su sexo tanto en la escuela, como en
la familia como en el ámbito de los medios de comunicación.
Obviamente este es un camino largo cuyos frutos no son
inmediatos pero es el camino más seguro. La Convención sobre
la Eliminación de todas las forma de Discriminación contra
la mujer de 1979 señala la “necesidad de cambiar las
actitudes, mediante la educación de los hombres y mujeres
para que acepten la igualdad de derechos”. Esta educación en
derechos humanos permitirá acabar con esa diferenciación de
poder y con todo tipo de sexismo.
Otra de las cuestiones esenciales de la necesidad de
especialización de los Derechos Humanos es la del
tratamiento de la inmigración y con ello, la de los derechos
de los inmigrantes. Aunque la inmigración no es un fenómeno
reciente, es posible advertir cómo en la actualidad existen
factores que han condicionado su tratamiento. La inmigración
se ha convertido en una cuestión relevante para ciertos
países desarrollados que, por otro lado, han sido los
constructores de la idea de los derechos humanos como
instrumentos que limitan al Poder. Esto ha provocado la
búsqueda de una política que trate este fenómeno y que no
traicione un modelo social presidido por los derechos.
Como viene siendo habitual desde hace varios años el Centro
UNESCO de Ceuta intenta aportar su pequeño granito de arena
conmemorando el día de los Derechos Humanos, con el objetivo
de fomentar su conocimiento y participar en la difusión de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada
el 10 de diciembre de 1948, esforzándonos en mantener su
continuidad. En este año 2012 hemos intentando hacer algo
distinto y dado que coincide en el tiempo con el proyecto
que viene desarrollándose desde hace dos años, el Centro
UNESCO de Ceuta dedicará la celebración de este día a los
Derechos Humanos y la Mujer.
El proyecto denominado “Integradas y Diversificadas II,
Historia de Mujeres”, en colaboración con el Centro Asesor
de la Mujer perteneciente a la Consejería de Educación,
Cultura y Mujer de la Ciudad Autónoma de Ceuta, finaliza
hoy. A través de este proyecto se han realizado actuaciones
especificas para el conocimiento de los Derechos Humanos
como base para el resto de las actuaciones que han sido
impartidas mediante talleres específicos para mujeres en
colectivos de riesgo o desfavorecidos de nuestra ciudad, con
el objetivo de desarrollar estrategias y dotar de las
herramientas necesarias a la integración real de las
mujeres.
Como resultado final de este proyecto se ha elaborado un
libro al que hemos llamado “9 cuerdas” en el que se recogen
historias reales de mujeres de hoy protagonistas de vidas y
de su particular forma de superar retos y las dificultades
para su integración en la sociedad ceutí. En él se hace un
recorrido histórico sobre los logros obtenidos en relación
con los Derechos Universales y se ha centrado sobre todo en
el papel de la mujer en la sociedad, su papel fundamental en
los procesos de Paz, la mujer inmigrante y la integración de
la mujer en nuestra ciudad. Hemos intentado representar un
nexo de unión entre todas las mujeres a través de la cuerda,
dándole diversas interpretaciones como la cuerda que nos
ata, la cuerda que nos ahoga pero al mismo tiempo la cuerda
que nos permite amarrarnos unas a otras a la vida, que nos
ayuda a formar una larga cadena para luchar juntas contra
aquellas situaciones que nos lesionan derechos
fundamentales. La cuerda está presente en todas las fotos
que ilustran el trabajo y que han sido realizadas por otra
mujer protagonista que ha participado voluntariamente en el
proyecto. Gracias a todas.
Este libro es una aportación muy pequeña, pero estamos
convencidos de que la paz y el respeto, como el resto de
ideales que implican un cambio profundo en las relaciones
sociales, también se construye con estas pequeñas
contribuciones, como lo son las absolutamente necesarias
acciones individuales que se realizan en la continua toma de
decisiones con las que desarrollamos nuestros planes de
vida.
La celebración de esta efeméride, el desarrollo y
conclusiones del proyecto y la edición de este libro han
coincido en un solo acto que tendrá lugar el próximo día 10
de diciembre de 2012, en la sede del Centro UNESCO de Ceuta,
sita en el Muelle Cañonero Dato s/n a las 12 horas.
Este acto será posible gracias a la Consejería de Educación
Cultura y Mujer de la Ciudad Autónoma de Ceuta que ha
confiado en el Centro UNESCO de Ceuta y al esfuerzo de
muchas personas anónimas que han estado trabajando con
ilusión y sobre todo la parte más importante de esta
publicación se la debemos a sus protagonistas, las mujeres
que han participado voluntariamente en el proyecto como ya
lo hicieron generosamente en otras actuaciones desarrolladas
por el Centro UNESCO de Ceuta.
Ahora sólo nos queda agradecerle al lector de este libro, su
interés y ánimo para que se una a la muy antigua lucha por
la paz, que es uno de los principales desafíos a los que los
derechos humanos se enfrentan en nuestros días.
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