La polémica está servida y se centra, nada menos, que en el
control de la histórica Comunidad Islámica de Ceuta. En
efecto, hay dos sectores bien diferenciados. Por un lado, la
del que ha sido presidente –y todavía se supone que lo es-
durante muchos años, Ahmed Hachmi Lamrani, declarado
defensor de un islamismo moderado y de la convivencia entre
culturas y el respeto al Estado de derecho. Por otro, un
joven con ganas de trabajar, Sufian Mohamed Abdelkader, que
habría sido elegido presidente en una asamblea
extraordinaria que se celebró el 8 de diciembre de 2011 y de
la que aportó documentación al Ministerio de Justicia así
como a las administraciones públicas.
La cuestión de la Presidencia va más allá del cambio de
personas o la renovación generacional al frente de una
asociación emblemática en el seno de la comunidad islámica
ceutí. Bien por el contrario, detrás subyacen dos tendencias
que mantienen sus reservas entre sí, además de la del ámbito
territorial de competencia, muy importante en este caso.
Sufian Mohamed Abdelkader
En efecto, Sufian Mohamed Abdelkader entiende que el ámbito
de competencias de la Comunidad Islámica de Ceuta está
circunscrito a la barriada Pasaje Recreo Alto y, por ende, a
la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (Ucidce), que
preside Laarbi Al-Lal Maateis, un destacado representante de
la facción tabligh del Islám, a la que algunos expertos e
instituciones del Estado relacionan con movimientos de corte
fanático, mientras que otros desestiman los anteriores
argumentos para centrarlos en una vivencia del Islám que
está lejos de ser violenta. En este sentido, hay que señalar
que Ucidce cuenta con subvenciones de la administración
local, por ejemplo, o que ha celebrado congresos a puerta
abierta, sin trabas a la personación de medios de
comunicación. Sufian Mohamed cifra en 500 los vecinos de la
barriada de Pasaje Recreo Alto que profesan la religión
islámica y a los que teóricamente representaría.
Ahmed Hachmi Lamrani
Por su parte, el histórico -60 años de edad- Ahmed Hachmi
Lamrani cuenta en su aval personal el hecho de haber
dirigido la Comunidad Islámica de Ceuta desde la perspectiva
de una organización territorial, no circunscrita a una mera
barriada. Así, ha aportado a este diario documentación en la
que se reseña que son 1.203 personas las que figuran
inscritas como asociados y que viven en Pasaje Recreo Alto y
Bajo, Patio Castillo, Príncipe Alfonso, Príncipe Felipe,
Benzú, San José “y la mayoría de los imanes de las mezquitas
de la ciudad y en el Pasaje Recreo Alto”.
Ministerio de Justicia
La confusión en torno al asunto también ha hecho mella en el
Ministerio de Justicia, concretamente en la Subdirección
General de Relaciones con las Confesiones, que depende
orgánicamente de la Dirección General de Cooperación
Jurídica Internacional y Relaciones con las Confesiones y a
su vez de la Secretaría de Estado del Ministerio de
Justicia. Existen dos documentos en los que se pone de
manifiesto que el Ministerio de Justicia tampoco lo tiene
demasiado claro, aunque a juzgar por las fechas y personas,
algo se ha tenido que mover.
El primero, en orden cronológico, es un escrito firmado por
el subdirector general de Relaciones con las Confesiones
Religiosas, José María Contreras Mazario, con fecha 14 de
marzo –ojo a la fecha-, por el que se pronuncia ante la
solicitud presentada por la Comunidad Islámica de Ceuta en
cuyo nombre y representación actúa, nada menos, que Riay
Tatari Bakry, presidente de la Unión de Comunidades
Islámicas de España. En él, se hace cargo de una
modificación en la representación legal de la Comunidad
Islámica de Ceuta y resuelve que procede anotar en el
Registro de Entidades Religiosas a Sufian Mohamed Abdelkader
como representante legal de la citada entidad religiosa, “en
sustitución de los anteriores”. La resolución no agotaba la
vía administrativa, de forma que cabía interponer recurso de
alzada ante la Secretaría de Estado de Justicia.
Siguiendo con la cronología, el 8 de noviembre –esto es,
algo menos de seis meses después- el nuevo subdirector
general de Relaciones con las Confesiones del Ministerio de
Justicia se llama Ricardo García García, y a tenor de la
documentación que le remite al citado departamento
ministerial la persona que actúa “en nombre y representación
de la Comunidad Islámica de Ceuta”, Ahmed Hachmi Lamrani,
con domicilio en Pasaje Recreo Alto 48, indica que “procede
anotar en el citado Registro –el de Entidades Religiosas- a
Ahmed Hachmi Lamrani “como representante legal de la citada
entidad religiosa, en sustitución de los anteriores”. Al
igual que en marzo, la resolución no agotaba la vía
administrativa y cabía interponer recurso de alzada ante la
Secretaría de Estado de Justicia.
Conversación telefónica
Éste diario ha podido tener acceso, por otra parte, a la
supuesta transcripción de una conversación telefónica que
mantuvieron el presidente de la Unión de Comunidades
Islámicas de España, Riay Tatary, y Ahmed Hachmi Lamrani, en
calidad este último de interesado en el asunto. El
documento, que obra en poder de este diario, cuenta con el
sello oficial de la Comunidad Islámica de Ceuta.
Lamrani consultaría a Tatary en torno a por qué el Registro
General –la conversación es anterior a la resolución a favor
de Lamrani de fecha del pasado mes de noviembre- no responde
a sus escritos. A lo que habría respondido Tatary que la
Junta Directiva de la Comunidad “ha sido modificada”. A esto
habría respondido Lamrani: “¿quién la modificó a espaldas de
la actual Junta Directiva? Ésto no es legal, porque no le he
dado el visto bueno”.
Continuaría Tatary: “nosotros, no. Sólo tramitamos las actas
ante el Registro General. Ellos son los responsables. Hay
problemas entre ustedes allí”.
Respuesta de Lamrani: “Si usted tiene conocimiento del
actual presidente, ¿cómo puede registrar una cosa así?
¿Quién ha convocado la asamblea, sin que nosotros sepamos
nada de las actas nuevas y cómo el Registro ha aceptado?”.
Lamrani habría sostenido que “éso es imposible
jurídicamente”.
Tatari: “yo no sé nada”. Lamrani apostilla: “sabiendo que la
Unión Islámica tiene que dar el visto bueno y ha
disimulado...”.
“Ellos han presentado más de 500 firmas”, espeta Tatary.
Lamrani: “los cargos actuales… ¿qué derechos tienen? Según
los estatutos tienen que convocar al presidente para la
asamblea. ¿Cómo puede ignorar esto, señor Tatary, teniendo
en cuenta que un delegado de la Unión es su amigo íntimo
Laarbi Maateis? Como nuestra Comunidad dimitió de la
Federación Islámica Local en el año 2009, a Laarbi Maateis
no le cayó bien la dimisión y ayudó a estos jóvenes como
represalia”.
La junta directiva Sufian Mohamed
Sufian Mohamed tiene sólo 23 años y asegura ser el
presidente de una junta directiva en la que la juventud es
la tónica. De hecho es el miembro de menor edad. Con él
figuran en la directiva Mohamed Nadir Abselam Mustafa, Ahmed
Mohamed Ahmed, Mohamed Mohamed Ali Chellaf, Karim Abdeselam
Duas Rais, Ismasi Mohamed Badda y Yusef Mohamed Dris.
Momentos antes de acudir el viernes de la pasada semana al
rezo del mediodía en la mezquita de Pasaje Recreo Alto,
Sufian atendía a El Pueblo de Ceuta. El autoproclamado
presidente dejó bien claro que aunque el nombre de la
asociación es Comunidad Islámica de Ceuta, su ámbito de
representación es la propia barriada, que aglutina a unas
500 personas que profesan la fé islámica. También dejó
patente que se encuadran dentro del movimiento que supone la
Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (Ucidce), que
preside Laarbi Al-Lal Maateis.
“Los vecinos de la barriada, después de muchos años de
presidencia del señor Lamrani, decidimos un cambio y
queríamos que la Comunidad Islámica de Ceuta quedara la
cargo de gente joven. Toda la junta directiva está compuesta
por personas jóvenes y yo soy el de menor edad”, expresó.
En este sentido, la vocación de la ‘nueva’ directiva es la
de trabajar por la comunidad. Quiso dejar claro que no
existe un descontento por la labor desarrollada por Lamrani
durante muchos años, sino que simplemente se ha producido un
cambio. Aún carecen de una sede propia, aunque confían en
que la Ciudad Autónoma de Ceuta les apoye en este sentido,
por mediación del propio presidente de Ucidce, Laarbi Al-Lal
Maateis.
“La juventud se hace cargo de la Comunidad Islámica de Ceuta
con afán de renovación y de cambio en algunos aspectos”,
manifestó Sufian Mohamed.
Por el momento están centrando su trabajo en varios frentes.
En primer lugar, la formación de los jóvenes. A ello, se une
la Escuela Coránica, a la que asisten unos cien niños de la
barriada y que tiene su sede en la misma mezquita de Pasaje
Recreo Alto. Las clases comenzaron en coincidencia con el
calendario escolar del presente curso, esto es, a mediados
del mes de septiembre.
También están por la labor de ofrecer clases de
alfabetización para personas mayores, tal y como indicó
Sufian Mohamed Abdelkader.
Uno de los objetivos que tiene claro el ‘presidente’ de la
Comunidad Islámica de Ceuta es promover ante la ciudadanía
en general que “el Islám no es lo que se ve en la
televisión. No es el que venden los medios de comunicación.
Es totalmente diferente”, explicó. En este contexto, destacó
que la imagen que se proyecta en los medios de España “se
sale del Islám”, aunque reconoció que es un fenómeno
mediático que no se circunscribe al país, sino que se trata
de un cuestión global, a nivel mundial. “Se da una imagen
que no es la real”, destacó. En torno a las documentaciones
que a partir de ahora van a presentar en distintas
instancias oficiales, dijo que se ponen en manos de la Unión
de Comunidades Islámicas de Ceuta (Ucidce), ya que puso de
manifiesto que cuentan con el apoyo sin fisuras del
conglomerado de asociaciones islámicas de Ceuta que preside
Laarbi Al-Lal Maateis.
Dijo finalmente que los vecinos de Pasaje Recreo Alto saben
que “si necesitan algo, ahí estamos”, concluyó Sufian
Mohamed Abdelkader. El joven indica que huye de cualquier
tipo de confrontación con Lamrani, del que no habla en
ningún momento de forma despectiva o irrespetuosa.
Lamrani es tajante
Por su parte, Lamrani asegura: “Tatary dice que le han
engañado y que le ha dejado muy mal con el departamento de
entidades religiosas del Ministerio de Justicia”, indica en
torno a Sufian, Maateis y Tatary. “La movida ha sido
preparada en la casa de Maateis según fuentes cercanas de un
miembro suyo de confianza para eliminar a Lamrani del mapa”,
añade Lamrani.
Preguntado en torno a cuál es la situación en la Comunidad
Islámica de Ceuta, sentencia: “malestar. Los más de 1.200
miembros de que dispone la Comunidad Islámica de Ceuta están
muy indignados por el robo de nuestra comunidad”, dijo.
Próximamente, un nuevo portavoz de la Comunidad Musulmana
ceutí: “ya hay contactos entre las comunidades más
destacadas de la ciudad”, explicó. “El Registro General
anula todas las supuestas actas falseadas y así dar validez
a la junta legal” de Ahmed Hachmi Lamrani.
Insistió en que la Comunidad Islámica de Ceuta es
“territorial provincial. Estos jóvenes –se refiere a la
junta directiva de Sufian- no pertenecen a la Comunidad
Islámica de Ceuta. No están censados ni son socios, es un
golpe fracasado. Existen en la ciudad ya 46 asociaciones
religiosas y culturales”. “Esta maniobra se ha gestado en
secreto total. No se comentó nada durante nueve meses
después de la falsa maniobra. Canta el gallo. Viva la
Justicia. Estamos en un estado de derechos, gracias a Dios.
Estos señores tienen que respetar y no abusar de los
funcionarios del Registro General”, concluyó.
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