El actual panorama español nos
asusta, porque el perfil de los damnificados es amplísimo.
Por ello, el que más y el que menos de la población con
altos título académicos o sin ellos, formamos parte de los
muchísimos sectores laborales privados o públicos, a los que
la mano negra política o económica que nos mece, puede
llegar inesperadamente, bamboleándonos al infinito de la
desesperación, dejándonos sin un halo de dignidad, a pesar
de que, en los ordenamientos nacionales como
internacionales, están contemplados toda clase de derechos
para la población.
Enumerarlos sería imposible, pero por ejemplo, está el
derecho a un puesto de trabajo, a una vivienda digna, a la
seguridad de las personas. Además de, según los Derechos
Humanos, nadie pude ser sometido a la esclavitud ni a
servidumbre.
Con los anteriores derechos citados, tenemos bastante para
justificar esta tribuna de opinión, porque los mismos están
siendo vulnerados sistemáticamente por los gobiernos de
distintos países.
Siendo uno de ellos España, donde algunos de nuestros
hombres gobernantes, presuntamente, se pasan los mismos por
el forro del arco de sus entrepiernas, y ellas por los
ganchillos de sus fajas. Pero apelan al espíritu
constitucional español, cuando les afecta directamente y a
sus formaciones. Aunque, el asunto cambia radicalmente,
cuando es la población la perjudicada, como está ocurriendo
en este ciclo con tanta peste política subyacente en las
cloacas oficiales españolas. La que hiede tanto al brotar a
la luz pública, que no hay quien aguante tanta pestilencia.
Porque si todos los españoles somos iguales ante la Ley,
según dijo el Rey, ¿por qué en la práctica muchos cacos de
guante blanco?, prosiguen campando a sus anchas, sin que
casi nadie le ponga los cascabeles a esos impresentables de
pelajes hipócritas y falsos de dudosa condición humana,
cívica, política y moral.
En España, recordarán, fue una realidad, cuando gobernaba el
PP de José María Aznar, que se saltara esa criatura
vallisoletana por su tupido bigote hitleriano, cuantas
normativas nacionales e internacionales existían acerca de
los derechos humanos. Obviando y desoyendo al pueblo español
cuando clamaba en contra de la tirana decisión de él, así
como, de sus colegas genocidas Bush y Blair, para que no
declararan en las Azores la guerra a Irak.
Desde entonces, los tres llevan a sus espaldas de forma
vitalicia y por más tiempo aún, bajo mí entender y creer,
centenares de miles de crímenes cometidos contra la
humanidad. Siendo muchas las veces que pedí y sigo pidiendo,
como últimamente lo hizo en el festival de cine de San
Sebastian, Oliver Stone, que Aznar y los otros dos, fueran
juzgados por un tribunal penal internacional. Pero eso con
este angélico español y con los otros dos va a ser que no,
porque existen muchos intereses políticos.
Por lo tanto, don José María Aznar, prosigue dando
conferencias y presentando libros sobre lo divino y humano
de la política, moral y ética. Siendo muchos de su misma
condición, los que vayan a escuchar a este mal predicador
del pasado y presente político. Pero si yo asistiera, no le
iba a tirar un zapato a los morros, aunque ganas no me
faltarían. Pero nunca lo haría, porque a él no pero a mí sí,
me enrejarían por atentar contra una ‘personalidad’.
Por otra parte, si “dos que duermen en el mismo colchón, se
vuelven de la misma condición”. No me extraña lo más mínimo
que dicho refrán, le venga que ni pintado por mis pinceles,
a la excelentísima Ana Botella, alcaldesa del PP de Madrid,
por la gracia de Dios, de su partido y de su esposo el
citado anteriormente expresidente del Gobierno español, José
María Aznar.
Porque, ha demostrado ser una incompetente política. Y su
falta de preparación ha sido más que manifiesta, así como,
presuntamente también su egolatría y arrogancia política, en
cuantos actos ha abierto la boca, ‘subiendo el precio del
pan’ casi cada vez que habla. Y más aún, cuando le ha
estallado en las manos el trágico caso del Madrid Arena.
Provocando un gran malestar en la sociedad, el viaje de
placer a un complejo lujoso de Portugal, que realizara el
jueves 1 de noviembre a las pocas horas de la tragedia del
Madrid Arena, donde murieron tres chicas jóvenes en la
madrugada de ese fatídico día.
Siendo indignante, además, que el edificio público del
Madrid Arena, haya sido alquilado por el ayuntamiento
madrileño, para la celebración de macrofiestas… sin poseer
todos los requisitos legales que exigen la ley. Por lo que
presuntamente hubo tratos de favor y mirar hacia otro lado
por presuntos míseros intereses. Demostrándose presuntamente
que “quien hace la Ley, hace la trampa”, y, “en casa del
herrero cuchillos de palo”. Vergonzoso.
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