Se va a notar un poco más, ahora
que se están acercando las navidades y que se va a demostrar
con la anulación de esta paga que no se va a ahorrar nada,
de cara al déficit, y que sin embargo lo que sí va a hacer
es romper la marcha normal de muchas familias y de los
pequeños y medianos comerciantes.
La anulación de la paga extra, a más de uno nos va a llevar,
en las próximas elecciones, a votar al padre o a la madre de
los “peperos” o de los “sociatas”, a éstos por haber sido
unos manirrotos y haber dejado el país en bancarrota y a
aquellos por haber tirado de lo fácil para intentar, que no
lograr, ir cubriendo el déficit que encontraron y siguen
manteniendo ellos.
Naturalmente, esto se da a nivel nacional, pero desde
Algeciras hasta Olot, desde Almuñécar hasta El Ferrol y
desde Badajoz a Alicante, todos lo estamos rechazando.
Los ministros que abordaron esto como medida de solución van
a pasar a la historia como los auténticos enemigos de todo
el que trabaja y paga impuestos, para que ellos los
despilfarren con coches oficiales, asesores, enchufados y
toda la sarta de secuaces que llevan a su alrededor.
El PP, porque tiene casi todas, no quiere tocar las
Diputaciones Provinciales, los auténticos nidos de
enchufados, con gentes, la mayor parte de ellas, que no
saben hacer la “o” con un canuto. El PP, incluso con su
mayoría aplastante, no está moviendo un dedo por dar un
cambio radical a las Autonomías, auténtico cáncer de nuestro
país. El PP sí se ha atrevido a sangrar a todos los que
trabajamos en la administración, con oposición que somos
muchos, sin ella, también, bastantes. Están demostrando ser
unos auténticos “mindundis” más amigos de sus amigos y sin
importarles la verdadera estructura del país, desde Ceuta a
mi pueblo y desde mi pueblo a Tafalla, por recorrer parte de
la geografía española.
Y en Ceuta, más de lo mismo, son igualmente impresentables,
cuando se trata de tirar de lo de los demás, pero no dicen
que van a ser ellos los primeros, y hoy, cosa que nunca
hice, tengo que dar la razón a Aróstegui, y no me duelen
prendas, cuando se planta ante populares y socialistas que
han votado a favor de la “indisponibilidad” de los créditos
de las pagas extra.
Ante la apreciación del consejero de Economía, Hacienda y
Recursos Humanos, Guillermo Martínez, que se manifiesta en
estos términos:”trata un imperativo de carácter legal...”
o”es una medida de carácter general y que servirá para
ayudar a reducir el déficit”. Ni él mismo se lo cree.
Juan Luis Aróstegui afirmó que su grupo no iba a aceptar:”
ninguna imposición que tenga carácter antidemocrático”, para
seguir más adelante:” es injusto que los trabajadores se
queden sin paga extraordinaria y es un recorte innecesario e
injusto”.
Con estas perspectivas, el grupo Caballas votó en contra,
con esta aseveración:” nos oponemos radicalmente a que el
coste de la crisis caiga sobre los trabajadores y los
empleados públicos; es injusto que se queden sin paga
extraordinaria por la voluntad y el capricho de ser más
austeros que nadie”.
Acepto, sin reparos, el fondo de las manifestaciones de
Aróstegui y no me parece ni medio aceptable que una persona
seria como José Antonio Carracao anunciara que su grupo iba
a dar su voto favorable a lo que había resuelto el PP.
Y con esto no estoy diciendo que en su día yo vaya a votar a
Aróstegui, no digo eso, pero también sé que si el PP sigue
con este tipo de medidas no va a obtener un voto mío, ni de
nadie de las muchas personas que me rodean.
Y es que llegados a este punto, filiaciones a parte, nunca
voy a apoyar las decisiones de un grupo político que quiera
resolver los asuntos a costa de quienes ninguna culpa tienen
de la situación en la que nos metieron unos políticos del
PSOE y de donde el PP no sabe salir, por un camino recto.
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