El Gobierno sacó ayer adelante las
modificaciones puntuales del Plan General de Ordenación
Urbana (PGOU) para el Brull y Loma Colmenar, con las
críticas pero los votos a favor de la oposición (los
socialistas se abstuvieron en la primera). Ahora cabe
esperar, porque el tiempo todo lo acaba poniendo en su
sitio, si es verdad que estos cambios en el planeamiento
urbanístico sirven para el propósito con el que se asegura
se han planteado, que no es otro que el de estimular la
maltrecha economía local a través de la implantación de
empresas. En ambos casos, las previsiones han cambiado a lo
largo del tiempo, pues el Brull se adquirió a Defensa para
construir unas VPO que a día de hoy parecen inviables,
mientras que la parcela de Loma Colmenar para la que se ha
aprobado la modificación puntual estaba destinada a una
pista de atletismo que ha cambiado veinte veces de ubicación
en veinte años. Esperemos que con esto, se acierte al fin.
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