No podía ser en otro momento más
que un 25 de noviembre, fecha que programó para hacer su
travesía por las llanuras de Cataluña, pero crecieron
demasiado los ríos, el mar se adentró en los terrenos
catalanes y su separatismo se quedó a mitad de camino entre
lo que él quería y lo que no le dejó ver su ceguera mental.
España no se toca.
La torta que le han dado los catalanes ha sido monumental, a
pesar de que en las primeras manifestaciones haya dicho,
cosa que es cierta, que ellos habían ganado las elecciones,
pero lo que no ha dicho, al menos en público, todavía, es
que ha perdido 12 escaños y que su mayoría absoluta, con la
que contaba, se ha quedado en una burda especulación
mesiánica, aunque él se haya quedado sin ser el verdadero
Mesías.
El resultado de las elecciones, muy variopinto él, ha venido
a demostrar que cuando hay en juego algo serio, y aquí lo
había, no una simple charrada o un jolgorio cualquiera, el
personal se lo piensa muy mucho y más ahora, cuando una
aventura rumbo a ninguna parte podía encabronar mucho más la
situación de lo que viene estando.
Con todo, él, Arturo o Arturete, ha logrado tapar parte de
lo que le tenía acongojado o acojonado, por la ristra de
problemas económicos a los que no sabía por donde meter el
diente.
Eso lo ha tapado, durante unos días, pero ahora ya, en el
día o en los días después, la realidad le ha traído, otra
vez, al día a día y ahora ya veremos con quien pacta y en
qué términos, lo primero para aprobar unos presupuestos y, a
continuación, habrá que ver quien es su aliado para formar
Gobierno y para que ese sea un Gobierno estable.
Sin querer, por no saber medir, se ha metido en un callejón
sin salidas, y si antes ha adelantado dos años las
elecciones, ahora, cualquiera sabe qué es lo que tendrá que
hacer para seguir hacia delante.
El “seni” catalán se dejó notar el pasado domingo y la
prueba está en que grupos que no tenían, apenas, nada han
dado un campanazo espectacular y, de una tacada, han logrado
9 parlamentarios, como es el caso de Ciudadanos. Éste puede
ser un aviso muy serio, cara al futuro, para que CiU, el
partido de la “gente de bien” de Cataluña, no juegue con las
cosas peligrosas.
El PP, aunque poco, también aumentó ligeramente, es casi
tocar su techo allí. El PSC se resquebraja por completo y
pierde una buena parte de su apoyo, para no ser menos que
sus parientes cercanos del resto de España, PSOE, y lo más
curioso es lo de EZQUERRA que en ese bamboleo de subir y
bajar, a lo que nos tiene acostumbrados, en esta ocasión fue
la subida y se ha convertido en la segunda fuerza política
de Cataluña, con lo que puede ser compañero de viaje de CiU
y si así fuera la marcha de Cataluña iría al paso del
protagonista de una película que vi, cuando yo era un
chavalillo y que llevaba por título:”El hombre que marchaba
despacito”.
En aquella película la frase que se repetía una y otra vez
era esa de:”tú tranquilo, Basilio”, en la Cataluña de ahora,
especialmente si se juntan EZQUERRA y CiU se puede repetir a
diario:”Te volviste a equivocar, Arturo”, o más
acertadamente se le tiene que decir al número 1 de ese
partido político:”España no se divide”. Eso que quede claro.
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