El Plan de Empleo de la Delegación del Gobierno ya está
en marcha. El próximo mes de enero los 1.108 beneficiarios
de este programa ocuparán sus puestos de trabajo. Pero,
antes el Servicio Público de Empleo Estatal deberá hacer una
última criba para seleccionar a los adjudicatarios de entre
los demandantes de empleo que ya han aparecido en el primero
sondeo publicado. Su director, Carlos Torrado, ha hablado
con EL PUEBLO para explicar en qué punto se encuentran los
Planes de Empleo después de doce años en funcionamiento, y
explica que en este programa se corrigen algunos errores
históricos como ofrecer un gran número de puestos de trabajo
para personal no cualificado, lo que desvirtúa el objetivo
de inserción laboral.
Pregunta.- ¿Cuál debe ser el papel actual del Plan de
Empleo?
Respuesta.- Al margen de otras influencias, debemos atender
a nuestros demandantes de empleo en la proporción en que
están representados en esa demanda tanto el colectivo de
mujeres y de hombres; el de jóvenes o mayores de 45 y 55
años; y según los perfiles profesionales; al mismo tiempo
que hay que atender también a otras categorías que están
contempladas en el Plan Nacional de Acción para el Empleo y
la Ley de Empleo como las personas discapacitadas, las
víctimas de violencia de género, presos en tercer grado, o
grupos de riesgo de exclusión social. Con todo ese tipo de
demandantes y todos los perfiles registrados en la oficina
de empleo es con lo que debemos de elaborar un buen Plan de
Empleo, pero para hacerlo no solamente depende de las
intenciones del SEPE, sino también del centro colaborador
que va a ser adjudicatario.
P.- ¿Cómo se conjugan los intereses del SEPE y de la
entidad colaboradora?
R.- Eso es más complicado. Ahí entra el interés político al
que, a fin de cuentas, nosotros debemos de servir. Ese
interés está manifestado a través de la oferta, que a su vez
es la concreción de las memorias donde se explica qué se
quiere atender y qué perfil hace falta. Hay órganos de
consulta y toma de decisiones donde nosotros intentamos
participar para que la entidad colaboradora conozca cuál es
el perfil de nuestros demandantes y que en la oferta de
empleo se satisfaga la demanda. Históricamente, el error del
Plan de Empleo ha sido solicitar mayormente peones. Hemos
visto planes donde había 1.300 trabajadores y 1.100 eran
peones. Este ha sido uno de los grandes errores de los
Planes de Empleo y se ha debido siempre a una decisión
política.
P.- ¿Por qué se han realizado planes con tantos puestos
de trabajo para peones?
R.-Se basaban en la idea de que el Plan de Empleo debería de
atender a cuanta más gente mejor y para ello hay que pagar
cuanto menos mejor. Yo creo que eso es peor. La idea de la
que se partía es que el programa debía atender a muchos
demandantes de empleo, y lo mejor era que fueran todos
peones, el salario era menor, y se podía emplear a más
personas.
P. Se ha utilizado más como paliativo que como
herramienta de inserción en el mercado laboral...
R.- Exactamente. Ese ha sido uno de los grandes errores de
los Planes de Empleo, y han hipotecado muchas decisiones que
se han tomado después. Entre ellas, la principal es que no
se han atendido los criterios que marca la orden
ministerial. Tenemos que atender el perfil demandado por el
usuario, pero si lo empleas como peón no lo estás haciendo.
Cuando el Plan de Empleo empezaba, y hasta el 2006, la cifra
de personas que estaban inscritas como peones no era tan
alta.
P.- ¿Y en la actualidad?
R.- No es normal que en un fichero de casi 13.000
demandantes de empleo, 10.400 sean peones. No es real.
Cuando analizamos ese valor nos encontramos con que hay
universitarios que se inscriben de peones porque piensan que
si no les llaman de maestro, mecánico o periodista, por lo
menos que lo llamen de peón. Entre las profesiones que se
registran, que son seis, una la dedican a peón. No son
peones, pero están dispuesto a trabajar en este puesto. Es
muy legítimo, pero eso desvirtúa totalmente los planes de
empleo porque si queremos dedicar una oferta a peones, esta
ya no es real. Para una ocupación no cualificada estamos
llamando a un cualificado. Vemos a fontaneros, mecánicos o
maestros barriendo las playas o recogiendo las hojas de los
montes y yo entiendo que no fue para eso para lo que se
apuntaron a la oficina de empleo, sino para satisfacer su
demanda como trabajador cualificado.
P.- ¿Cómo se puede cambiar la dinámica de que
profesionales cualificados aspiren a puestos de peón? ¿La
iniciativa debe partir desde los ciudadanos, de la entidad
colaboradora o del SEPE?
R.- Tiene que partir de la entidad colaboradora, de la
propuesta de oferta. Y en este caso se han sensibilizado
tanto la Delegación del Gobierno como la Ciudad Autónoma.
Puede ser que de un Plan de Empleo bien hecho respecto a
otro genérico de peones la diferencia de beneficiarios sea
de doscientas personas, pero hay que preguntarse si merece
la pena o no el esfuerzo. Yo creo que sí. Para hacerlo se
necesitan unas memorias bien planteadas que determinen unas
ofertas más realistas de acuerdo a la cualificación de los
demandantes de empleo. En la actualidad existen 3.000
peones, personas que en su demanda no tienen entre sus
profesiones ninguna cualificada y carecen de formación
académica. Con eso ya tenemos acotado el problema y hay que
convencer a la entidad colaboradora de que nos presente una
oferta proporcionada a 3.000 peones. Por tanto, las ofertas
tienen que ser para peones y trabajadores cualificados y
esto es lo que ha sucedido este año.
P.- Sin embargo, desde la Ciudad Autónoma han hecho
hincapié en que en este Plan de Empleo iban a intentar
ofertar más plazas con sueldos más reducidos, ¿se puede
conjugar esa intención con una buena proporción de empleos
cualificados?
R.- Sí porque si decidimos sacar plazas cualificadas y de
peones, es verdad que hay salarios distintos, pero la
entidad colaboradora puede plantear que las jornadas sean
más reducidas. En este caso, las jornadas del Plan de Empleo
van a ser del 75% respecto a las 40 horas habituales. Cómo
se trata de personal cualificado, el recorte deja un salario
aceptable y hemos conseguido que se emplee a más de mil
personas y en el caso anterior a 320. Al final vamos a
juntar un Plan de Empleo de casi 1.500 personas, lo que está
muy bien.
P.- Este Plan de Empleo se ha caracterizado por ir al
límite de los plazos previstos para su puesta en marcha,
¿cómo se ha vivido la situación desde SEPE?
R.- Con inquietud, porque no se pudiera llevar a termino
cuando parecía que era un asunto presupuestario. Tras
confirmarse la partida, la incertidumbre ha sido por la
fecha de su puesta en marcha y por la lentitud que muchas
veces caracteriza a los procesos administrativos. Todo esto
nos ha llevado casi al límite. No obstante, nosotros nunca
nos paramos a pensar en la fecha de resolución ni en el
presupuesto, y desde principios de año empezamos a trabajar
en la base de datos que es lo que nos preocupa. Empezamos a
sondear primero la demanda para trabajar con un rango de
antigüedad, y situamos a los demandantes en orden del más
antiguo al más moderno. A raíz de ahí, se ven uno a uno los
demandantes y se van enriqueciendo sus datos y el último que
se añade es el de la carga familiar. Ese trabajo empieza en
febrero y se va actualizando continuamente hasta que se
cierra la puntuación, porque es un fichero vivo.
P.- ¿Los criterios de selección van marcados por la orden
ministerial o también influye las preferencias de la entidad
colaboradora como pasó en el Plan de Empleo dirigido a
jóvenes?
R.- Los criterios están en la orden ministerial, y toda la
legislación que afecta al empleo, y son los mismos para
corporaciones locales y para la Administración del Estado.
Pero estos criterios no son suficientes para satisfacer este
programa, y para hacerlos buenos tienen que venir
enriquecidos por los baremos, que son los que propone la
Dirección Provincial a la Comisión Ejecutiva, que se
discuten y se hacen firmes. El perfil adecuado, la carga
familiar, ser preferentemente parado de larga duración, y
pertenecer a cualesquiera de los grupos de riesgo de
exclusión (violencia de género, discapacitados, tercer
grado, inferior renta, situación de subsidio más
desfavorable o drogodependiente) son los criterios que se
barajan. A todos ellos hay que darles unos valores en
puntuación y eso es lo que se publica como criterios y
baremos para hacer buenos los parámetros. Pero también es
muy importante como miden la oferta las entidades
colaboradoras y qué nos proponen ellos. Esas propuestas y
aquellas singulares como la de ocupar a los menores de 30
años son las que determinan los Planes de Empleo. En un
pleno de la Asamblea se aprobó que si había Plan de Empleo
querían que se satisfaciera la necesidad de empleo de los
menores de 30 años y a nosotros nos pareció bien. En ese
sentido, en la resolución que hice como director provincial
del SEPE intentamos explicar por qué ese Plan de Empleo va
dedicado a jóvenes. Esto ha sido contestado por UGT y ha
sido motivo de polémica, e incluso tenemos un recurso de
alzada.
P.- ¿Qué ha supuesto este recurso de alzada de UGT
reclamando la suspensión de los programas?
R.-Cuando yo veo la demanda que pone UGT, el por qué no está
de acuerdo me llena de sorpresa. Existe un elemento de
discrepancia sobre la fecha de los cursos de formación que
se valoraban en la convocatoria. Este no puede ser tema para
hacer un recurso de alzada. Porque además está aprobado en
Comisión Ejecutiva. En cualquier caso, no es un elemento que
distorsione un Plan de Empleo. Me llenó de sorpresa que todo
un sindicato como UGT haga un recurso de alzada, con el
peligro que tendría eso, cuando a ciencia cierta UGT sabe
que el grupo de jóvenes desempleados es prioritario porque
es el de más parados de toda España. Además, después viene
un Plan de Empleo que atenderá al resto de demandantes del
que será sustraído este grupo. Más me parece un rebote
contra un tercero que contra la propia Comisión Ejecutiva o
el SEPE. Contestaremos y Madrid resolverá la cuestión. No
llego a entender el motivo.
P.- Ya se ha publicado una lista en la que aparecen el
doble de demandantes del número de beneficiarios final que
tendrá este Plan de Empleo, a partir de ahora, ¿cómo se
realizará la selección?
R.- Nosotros tenemos ya baremados a los demandantes de
empleo. Pero, queremos desmitificar la idea que tiene muchos
ciudadanos de que el Plan de Empleo está mal elaborado
porque se da prioridad a los parados más antiguos. Este es
un concepto, preferente, pero entran muchos más a la hora de
elaborar la lista de beneficiarios. Hemos publicado un
listado para que se vean las personas que están sondeadas y
comprueben si los datos que se reflejan son los que ellos
tienen. Si la fecha en la que se dan de alta como
desempleados, la carga familiar y el número de cursos
coinciden con los datos que saben que tienen. Si hay un
error, alegan, lo modificamos y el segundo listado aparecerá
filtrado. En este, aunque el usuario lo ve todo junto,
nosotros vamos segregando por grupos de oferta. La oferta de
camioneros, auxiliares o peones no se mueven en los mismos
parámetros de antigüedad en la demanda que las otras. Cuando
veamos que los datos son los buenos, se le adjudica a cada
persona su ocupación y tiene que competir con el número de
plazas que hay ofertadas para esa ocupación.
P.- Este será el primer Plan de Empleo que se ponga en
marcha sin Unidad de Promoción y Desarrollo, ¿cómo puede
afectar eso al desarrollo del Plan de Empleo?
R.-Si lo gestionan bien no debería de afectar a su
desarrollo ese cambio. Lo que es verdad es que nos
despachamos con un Plan de Empleo a final de año, con una
labor ingente que hacer en las últimas tres semanas del año,
lo que es el procedimiento de contratación, dar de alta los
documentos económicos, la intervención, etc. Para eso hay
que tener cintura, que te la da la experiencia, pero si hay
funcionarios que se van preparando para este trabajo, no
tiene por qué representar un problema la falta de UPD. Otra
cosa es que si la UPD sería útil en estos tiempos y por
supuesto que lo sería.
P.- Se ha corregido un error en los Planes de Empleo, ya
no se buscan la mayoría de trabajadores con el perfil del
peón, pero ¿todavía queda mucho camino para perfeccionar
estos programas?
R.-Uno de los caminos es conciliar la demanda y la oferta.
Es decir, si los Planes de Empleo se hacen para que el SEPE
pueda satisfacer la demanda de los parados, la oferta tiene
que responder a estos perfiles y desde el SEPE debemos
convencer a las entidades colaboradoras de que la oferta
tiene que ir en ese sentido. Si de verdad tuviéramos diez
mil peones, la oferta tendría que ir en esa dirección. Por
un lado esa necesidad que tiene el político de dar una
satisfacción social al mayor número de personas, de alguna
manera debe de conciliarla con la formación laboral. No creo
que sea satisfactorio ofrecer un puesto para cuidar las
playas a un maestro. Puede que se satisfaga su necesidad de
subsistencia, pero nosotros tenemos que atender el aspecto
laboral. La persona beneficiaria tiene que trabajar en su
profesión más adecuada porque, sino, no se fomenta la
inserción. No ha de servir a la inserción algo que no te
abre tu curriculum experiencial, ni académico ni
profesional.
P.- Pero esto supone también tener menos beneficiarios...
R.-Puede ser que la diferencia esté arriba o abajo en tener
doscientas personas más o menos. Pero, tenemos que afinar
para que esa pérdida sea lo menos dolorosa posible. Eso
quiere decir que debemos atender a las personas que desde el
punto de vista laboral, familiar o de otros condicionantes,
le sea más satisfactoria la oferta de empleo. Trabaja,
satisface su necesidad formativa para una futura inserción
laboral y además puede ayudar a su familia. Esos dos mundos
son complicados de conjugar. A veces nos dicen que con el
Plan de Empleo no atendemos socialmente a los parados, pero
quisiera que me demostraran si no atender socialmente
significa tener un 30% de beneficiarios que pertenecen a uno
de los grupo de riesgos de exclusión marcados en la Ley de
Empleo. De todos los adjudicatarios del Plan de Empleo, el
29% son beneficiarios de grupos con una distinción social.
Discapacitados, víctimas de violencia de género, presos en
tercer grado, drogodependientes, personas con menor nivel de
renta, y con menor nivel de subsidio. Es injusto decir que
el Plan de Empleo de Ceuta no tiene un carácter social.
P.- Sin embargo el Plan de Empleo encuentra voces
críticas por parte de algunos sectores políticos...
R.-Quieren que se incluya la declaración de la renta como
criterio de selección. Pero la renta es un concepto que
distorsionaría el Plan de Empleo y sería difícil de evaluar.
Dicen que debe dirigirse a las personas con menos renta. La
Consejería de Asuntos Sociales puede realizar un programa
destinado a estas personas y luego ponerlas a trabajar, o
que en nuestra orden ministerial se ponga este concepto.
Entonces nosotros lo valoraremos. Pero no está.
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