No hace muchas fechas, en esta
misma página, escribí lo que viví en tierras catalanas
durante mi estancia en ella. Hablaba, en ese escrito, de los
clanes familiares que eran los que mandaban en Cataluña.
Cuatro o cinco familias que se repartían el dominio de
Cataluña, donde el hereu, era pieza clave en los clanes
familiares. Fuera de esos clanes familiares auténticos
gobernantes de la tierra catalana, el resto era una comparsa
que debían seguir sin pestañear las decisiones tomadas por
esos clanes familiares.
“EL MUNDO”, en sus últimos escritos sobre algunas de esas
familias, auténticos gobernantes de Cataluña sean o no
ciertos, en eso ni entramos ni salimos, cada palo que
aguante su vela, nos viene a dar la razón del mando de esos
clanes familiares en Cataluña.
En esos artículos últimamente publicados por el rotativo, no
salen muy bien parados algunos de esos clanes familiares.
Sean verdad o no, esos artículos sobre la corrupción en
Cataluña por parte de algunos de esos clanes familiares, lo
cierto es que deben de dar explicación clara de que nada
tienen que ver en ello.
Algunos de los afectados, han amenazado con presentar una
querella contra esos artículos publicados, que consideran
una ofensa hacia sus personas y, sobre todo, al pueblo
catalán. Nada más lejos de la realidad que sean ofensivos
para el pueblo llano, si acaso serán ofensivos, si así lo
consideran, para algunas de las personas que conforman esos
clanes familiares.
Lógicamente la justicia debe intervenir en este asunto y
aclarar la veracidad o la no veracidad de lo publicado por
el diario “EL MUNDO”. Con la intervención de la justicia,
será la única forma de que los españoles nos enteremos de la
verdad del asunto. De no hacerlo siempre quedará la duda,
entre los españoles, de cuanto hay de verdad o falsedad en
esas publicaciones.
Unas publicaciones que de ser verdad han destapado la mayor
trama de corrupción llevada a cabo en España desde la
implantación de la democracia. Y si todos los españoles
somos iguales ante la ley, según dice nuestra Constitución,
y lo publicado por “EL MUNDO” es cierto, la justicia deberá
actuar en consecuencias y enviar a todos esos corruptos a
pasar una temporada a la sombra.
La regeneración democrática, que tanto se pide, empezará
cuando todos aquellos trincones, sean del partido que sean y
se llamen como se llamen, den con sus huesos en la cárcel
por una larga temporada. Los españoles cuando veamos que
aquellos políticos que, por una causa u otra sean corruptos
y hayan trincado los metan entre rejas, empezaremos a creer
que ha llegado la democracia real.
Si en Islandia han sentado en el banquillo al primer
ministro, qué razón nos asiste para que todos aquellos que
hayan trincado y sean corruptos no se sienten en un
banquillo ante un juez y paguen con penas de cárcel sus
corruptelas.
Naturalmente, que como dice la frase “de ilusión también se
vive”. Con toda seguridad que no caerá esa breva y todo
seguirá igual para que nada cambie y los españoles
seguiremos leyendo, escuchando o viendo, día a día, como se
siguen dando noticias de trincones y corruptos sin que pase
nada de nada. ¡País! .
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