Puede resultar frívolo o presuntuoso adelantarse o especular
con lo que sucederá después de la crisis. Para el que esté
en paro o pasando una situación económica difícil, incluso
entendería y comprendería que se pueda tomar como una falta
de respeto. Con la máxima consideración para todos los que
estamos siendo afectados, de algún modo, por este periodo
económico nefasto, quiero manifestar una serie de
reflexiones, pensando en los cambios y la nueva sociedad que
resurgirá una vez que termine este periodo depresivo, de
sufrimiento y de confusión económica y social.
Es una evidencia que después de la crisis una serie de
aspectos económicos habrán mejorado. Las cifras de empleo,
el crecimiento, el sector inmobiliario… serán diferentes;
pero me quiero centrar especialmente en los valores y la
nueva sociedad que sucederá a la situación actual. Porque
con toda seguridad el túnel en que nos encontramos tiene luz
al final.
Durante el periodo de la transición recuerdo que hubo
momentos difíciles, donde la crispación y los equilibrios no
fueron gratuitos. Sin embargo España salió fortalecida, con
una democracia, una Constitución y un futuro más tranquilo y
más prometedor. Después de la crisis, me atrevo a decir sin
miedo a equivocarme, que con toda seguridad nuestro país
saldrá también más fortalecido, con una sociedad más libre y
experta, con unas instituciones más fuertes, más
democráticas, más transparentes y más cercanas a los
ciudadanos. No es que actualmente las instituciones públicas
no sean democráticas, pero gracias a la democracia todo es
mejorable, las instituciones no pueden quedarse estancadas,
porque los ciudadanos y los grupos políticos que los
representan revitalizarán sus objetivos y funcionamiento.
Presiento que los ciudadanos serán más libres, más
preparados y más exigentes con sus derechos, tanto ante las
instituciones públicas como privadas. No creo que en un
futuro próximo, un ciudadano cualquiera acepte fácilmente
una propuesta de una institución financiera, como ha venido
sucediendo en determinados casos hasta ahora, sin que éste
vele porque sus derechos queden claramente respetados.
Pienso que los valores individuales y sociales también
saldrán fortalecidos. Determinados valores cristianos y de
otras religiones básicas de nuestra ciudad correspondientes
a las Comunidades musulmana, hindú y hebrea, seguirán
impulsando que el mundo sea más justo, más solidario, más
equilibrado en el reparto de las riquezas y las diferencias
sociales tenderán a disminuir. Recientemente diversas
organizaciones cristianas, entre ellas la Juventud Obrera
Cristiana han publicado un manifiesto donde se hace
referencia, entre otros aspectos, al Principio básico de la
humanidad: “las necesidades de los pobres deben tener
preferencia sobre los deseos de los ricos; los derechos de
los trabajadores, sobre el incremento de los beneficios”
(Juan Pablo II, Toronto 1984).También ha hecho referencia el
Sínodo de los obispos sobre la Nueva Evangelización,
celebrado en octubre que ha expresado: “ Al mundo de la
economía y del trabajo queremos recordar como de la luz del
Evangelio surgen algunas llamadas urgentes: poner a la
persona humana en el centro del desarrollo económico y
pensar este mismo desarrollo como una ocasión de crecimiento
de la humanidad en justicia y unidad”.
En cierta ocasión escuché a un político liberal expresar, en
tiempos todavía cercanos a la transición, que la política
debía ser la criada de la casa y no convertirla en el
principal centro de interés. Sin embargo, si la política la
convertimos en la criada de la casa ”expresión despectiva
para las empleadas en domicilios”, pasarán a decidir sobre
ella los “señores” que mandan en la propiedad.
En la época de la transición y en nuestro periodo
democrático ha habido políticos y los hay en la actualidad,
que se están dejando la piel por el pueblo. Se podrían
mencionar a muchos, pero me voy a limitar a D. Adolfo Suárez
, D. Felipe González, D. Manuel Fraga, D. Santiago Carrillo.
También el grupo de los llamados “padres de la
Constitución”. Por sus virtudes, valor y apoyo a la
democracia, no quiero dejar de mencionar a un insigne
representante de una institución, que ha tenido un gran
papel en la consolidación democrática española: El Teniente
General D. Manuel Gutiérrez Mellado, que estuvo ligado en su
carrera militar a Ceuta y que fue un defensor indiscutible
de una España más justa.
. Considero que después de la crisis, los políticos y la
política habrán incrementado su importancia y el valor de su
función en una sociedad democrática como la española. Las
instituciones públicas y los representantes políticos de los
ciudadanos deben estar en un plano superior al mundo de la
especulación y de los mercados financieros Estoy convencido
que la participación política de los ciudadanos aumentará, a
la vez que serán más críticos y reflexivos en las decisiones
que adopten cuando les corresponda participar, preocupándose
más por conocer, proponer y analizar los programas políticos
y exigiendo responsabilidades ante los incumplimientos y
ante los políticos que se consideren una “casta” especial en
vez de servidores públicos. Espero que la expresión “todos
los políticos son iguales” haya sido olvidada.
Volviendo a los valores cristianos y los que representan las
Comunidades; musulmana, hindú y hebrea, personalmente
considero muy cercanos a las mismas, los valores que
propugna la socialdemocracia, que pretende una sociedad más
solidaria, más tolerante, con más justicia social, donde la
paz sea algo real y permanente en el
mundo, defendiendo las conquistas del Estado de bienestar y
donde el origen social, la discapacidad y la condición
personal no sean motivo de discriminación. Que defiende el
papel preponderante de la educación, la investigación y la
ciencia. Que no se queda impasible ante las nuevas
emigraciones que surgen y la fuga de cerebros como en la
posguerra. Estas conquistas sociales deberán potenciarse y
estar más reforzadas para cuando salgamos del túnel, donde
no tengo dudas del importante papel que le corresponderá al
Partido Socialista Respeto a todas las formaciones políticas
y políticos que las representan y no olvido lo que decía un
insigne socialista como el Profesor Tierno Galván “ la
verdad la tenemos que construir entre todos”, y en esa línea
me siento más identificado con los socialdemócratas, con
políticos ceutíes que encarnan los valores del Partido
Socialista en nuestra ciudad, como José Antonio Carracao y
el equipo de militantes y simpatizantes que le acompañan en
la consecución de objetivos ya mencionados.
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