No creo en las encuestas, porque
nunca he creído en ellas a pesar, eso tengo que reconocerlo,
de que últimamente se acercan en un alto porcentaje a lo que
va a suceder en cada una de las elecciones que se celebran.
Sin embargo hay un dato muy significativo a la hora de
valorar le éxito o el fracaso de una huelga, el consumo
eléctrico, que en esta huelga general cayó solamente un 11,8
%, tres puntos menos que en la huelga general de marzo, con
lo cual, esta última huelga general, ha tenido menos
asistencia que la de marzo, teniendo esta referencia se
puede decir que esta última huelga general ha sido un
fracaso.
Según reconocen los sindicatos la asistencia en toda España,
a la misma, ha sido de 1.200.000 personas. Teniendo en
cuenta los cinco millones de parados y los otros millones
cabreados, pocos han sido, sin duda alguna, los que se han
sumado a esta huelga que, entre otras cosas, no tenía tazón
de ser porque España no está, en los momentos actuales, para
ninguna clase de huelgas y sí para arrimar todos le hombro y
salir de esta crisis que nos tiene agobiados.
Resulta curioso, por demás, que los que nos llevaron a la
ruina que tenemos, y de la que nos va a costar salir de ella
un ojo de la cara y le otro también apoyen esta huelga
general e incluso participen en la misma no asistiendo al
Parlamento o si lo hacían portaban cartelitos apoyando la
huelga, cosa que no está permitida, y por lo cual el
presidente tuvo que llamar la atención a los que los
mostraban.
Con esta actitud no sale bien parado el PSOE que ha
cometido, en esta ocasión, el miso error que cometió
Zapatero apoyando la huelga general contra Aznar. Por
cierto, en aquel momento, había un motivo concreto, que era
el rechazo de la movilidad laboral, pero ahora el PSOE se ha
sumado a una acción que sólo pretende debilita a Rajoy. Y
cosa curiosa, mientras los socialista caen en intención de
voto 1,3 el Gobierno de Rajoy sólo pierde 0,3 décimas, con
la que está cayendo
Y el mismo día de la huelga general, Bruselas le dice a
Rajoy que ya no tiene que hacer más recortes. Y es que, sin
duda alguna, hubiese ganado las elecciones quienes las
hubiesen ganado, hubiesen tenido que hacer, todos los
recortes que ordenasen desde Bruselas, porque para eso
estamos formando parte de la UE.
Esta huelga no va a servir para que cambie la política del
Gobierno, que va a continuar co su hoja de ruta para tratar
de salir de la crisis, en la que nos metió el Gobierno que
ahora apoya la huelga, pero que de haber ganado las
elecciones, hubiese tenido que hacer los mismos recortes que
está haciendo el Gobierno de los populares. Por cierto que
de haberlos hecho antes, durante esos siete años de mandato,
hoy no estaríamos en la situación en la que nos encontramos.
Que conste que eso lo ha dicho incluso el presidente de los
EE. UU, Obama.
Los sindicatos, sin duda alguna, son necesarios en una
democracia, pero sin convertirse en una fuerza marginal,
pero como no cambien de actitud, pueden quedarse solos en
unas protestas que ya no sirven para nada. Cuantos buenos
recuerdos sindicalistas me traen a la memoria Marcelino
Camacho y Nicolás Redondo.
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