El pasado martes día 6 de noviembre pasará a la historia por
haber abierto las puertas el Alfonso Murube, un campo que ya
hace algunos años sufrió una importante remodelación. Se
gastaron una pasta en hacer del Murube un estadio algo más
cómodo y más funcional con un césped natural que en aquellos
momentos era la envidia de muchos pues el tapiz verde del
estadio invitaba a hacer buen fútbol y, de hecho, se vieron
grandes partidos. Y miren ustedes por donde, con el paso del
tiempo y la crisis que atenaza a todo el país, Ceuta no iba
a ser menos y así, poco a poco, las cosas fueron cambiando.
Después de tanto dispendio alegre de dinero que esta ciudad
había gastado en asuntos varios como subvenciones, ayudas
extrañas a organizaciones que nadie sabe quién son, etc.
etc... El fútbol ceutí se va viniendo abajo y el primer
equipo de la ciudad desaparece por deudas, porque la Ciudad
dejó de apoyar económicamente o al menos con las cantidades
que un Segunda B necesita para poder mantenerse y dejaron
perder la categoría.
Uno de los abanderados del fútbol ceutí, el presidente
Vivas, que era asiduo al estadio Alfonso Murube y que nadie
puede dudar de su afición por el fútbol, ha sido el
presidente que pasará a la historia habiendo dejado caer al
primer equipo de la ciudad. Después entraremos en
discusiones de quién lo preside u otras circunstancias pero
lo cierto es que no han tenido reparo este Gobierno de mirar
para otro sitio y dejar a los ceutíes sin uno de los pocos
alicientes que teníamos los domingos. Una vez sentenciado y
ejecutado el descenso administrativo y, por ende, la
desaparición del primer equipo, sube el Atlético de Ceuta o
el nombre que ustedes le quieran poner, a Tercera División y
el presidente Vivas decide no acudir ni tan siquiera a ver
los partidos. Ya lo hizo mientras la Asociación Deportiva
Ceuta daba sus últimos coletazos en Segunda B y ahora lo
sigue haciendo.
Ya no le gusta el fútbol, ya no le interesa el primer equipo
de la ciudad, ya no había cámaras ni fotos en el palco para
poder sacar a él y a sus amiguetes ... pero amigo mío cuando
el pasado martes aparece el seleccionador nacional de la
absoluta, don Vicente del Bosque, para reabrir la puerta del
Murube con su césped artificial de última generación y el
certificado FIFA resulta que el señor Vivas recuerda dónde
está el Murube y va encantado, en olor de multitud, a
hacerse las fotos reglamentarias y chupar planos en la
televisión porque así es la política. Del Bosque no viene
todos los días a Ceuta y, por tanto, él encantado.
El campo ha pasado a la Federación de Fútbol de Ceuta y
dicen que va a ser disfrutado por todos los clubes ceutíes,
cosa que me parece fantástica pues no podía ser de otra
manera pero, ¿habrá algún hueco para que juegue el equipo de
Tercera División?, yo creo que sí porque la Federación,
entre otras cosas, está para ayudar a los clubes que en ella
están federados y máximo al primer equipo de la ciudad que
juega actualmente en la Tercera División.
Me gustaría que en el campo, como dijera en artículos
anteriores, se puedan evitar cualquier tipo de tragedia pues
la falta de fuerza pública y la falta de sanitarios puede
hacer que un día alguien se tenga que arrepentir amargamente
de una testarudez que roza lo absurdo.
Dejémonos de discutir si hay fusión, si no la hay y vayamos
al pragmatismo. Los ceutíes, con el fútbol de Ceuta. Y
espero señor presidente que entre visita a Rajoy y foto con
Del Bosque tenga usted la dignidad de representar a los
ceutíes, como siempre dice, también en el palco del Murube
porque, de lo contrario, flaco favor le está usted haciendo
a una parte de ceutíes que son amantes del fútbol y que
también le han votado a usted. También quiero recordar con
tristeza, señor presidente, que pasará bastante tiempo sin
poder ver por aquí al Fútbol Club Barcelona ni a otros
equipos de Primera División que hicieron posible una gran
difusión de nuestra ciudad en todas las televisiones
nacionales. Eso también habría que recordarlo porque, al fin
y a la postre, Ceuta se benefició de toda esa publicidad que
todo el país pudo percibir.
Lo dicho, es una auténtica pena que tan poquitos como somos
tengamos tantas cuitas pendientes.
|