En un estado democrático, como se
dice que es la actual España cañí de mantillas, peinetas y
panderetas. La celebración de una huelga general está
contemplada en su ordenamiento jurídico. Pero se ha de
respetar en todo momento y lugar, el derecho sagrado
universal de la libertad a todos los que quieran secundarla,
como a los que libremente deseen trabajar.
Pero como suele ser habitual en estas convocatorias, son
muchos los intereses que se mueven en torno a las mismas en
una u otra dirección política y sindical. Tanto por los
interesados que la paralización del país sea un éxito total.
En contraposición de los gobernantes, intentando con todos
los medios policiales y mediatos a su alcance, para que la
convocatoria sea un fracaso.
El pasado miércoles 14 en España, como es más que sabido,
fue convocada una huelga general (la segunda de este año y
la octava de la democracia), contra las políticas de
recortes de toda índole llevadas a cabo por el PP. Siendo
las centrales sindicales mayoritarias de CCOO y UGT las
convocantes. Adhiriéndose a la convocatoria partidos
políticos en la oposición, entre ellos, el Partido
Socialista Obrero Español de Rubalcaba, Chaves y Griñán.
Formación que estuvo mal gobernando España durante los siete
últimos años consecutivos y hasta hace uno aproximadamente,
cuando fuera obligado a convocar anticipadamente elecciones
generales el 20N del año pasado. Alcanzando entonces el
poder por mayoría absoluta el Partido Popular de Mariano
Rajoy.
En España, por desgracia, son lentejas políticas las que
tenemos que digerir una legislatura y la otra también con el
PSOE y el PP. Por lo tanto, “no hay más leña que la que
arde”. Así que, las formaciones políticas sin exclusión
alguna, junto a sus respectivas legiones de palmeros, en el
grado de culpabilidad que a cada una de ellas le
corresponda. Son las principales culpables de haberse
llegado a esta situación tan crítica. Donde la precariedad
en los escasísimos contratos de trabajo es una evidencia
imperante, así como el hambre, pobreza, esclavitud,
explotación y caciquismo.
La Huelga General del 14N, al parecer, fue convocada para
obligar al Gobierno estatal, a convocar un referéndum contra
las medidas de recortes llevadas a cabo. Pero, sin embargo,
hay quines piensan, que la misma era para que las centrales
sindicales convocantes, recobraran parte de su credibilidad
perdida cuando el PSOE gobernaba España. Y si es así, creo
que no lo han conseguido, porque la huelga no alcanzó sus
objetivos de paralizar totalmente a España de Norte a Sur y
de Este a Oeste. Preguntándole a quienes corresponda, si
desde la pasada huelga general, España ha empeorado en todos
los aspectos y condición política, económica y social.
Finalizada esta del 14 de noviembre, ¿se conseguirá algo por
el bien de los trabajadores?
Sin embargo, tengo claro, que las manifestaciones habidas en
la referida huelga alcanzaron un rotundo éxito, no
propiciado por las centrales sindicales ni por los partidos
políticos convocantes. Sino porque el pueblo está hastiado
de tanta manipulación y porquería política. Propiciando que
los movimientos sociales, estén siendo el motor para que
este país cambie. Siendo el punto de partida de tal hecho
histórico, desde que irrumpiera el Movimiento 15-M, con las
acampadas y concentraciones llevadas a cabo en numerosas
plazas de ciudades y pueblos, cuando nos mal gobernaba el
PSOE. Aunque, lamentablemente el 15-M se diluye, como
consecuencia de que el mismo ha podido estar siendo
politizado. Pero, menos mal, que irrumpió con fuerza otros
movimientos entre ellos el 25-S, contra las nefastas
políticas del actual Gobierno estatal del PP.
Felicito a los que se movilizaron pacífica y
democráticamente en las referidas manifestaciones del 14 de
noviembre pasado. Pero no así a los que provocaron los
disturbios vandálicos. Estando en contra también de las
medidas de presión y represoras de ciertos ‘piquetes
informativos’, así como, de ciertas extralimitaciones de
agentes de la autoridad, entre ellos, el que golpeó
‘accidentalmente’ al menor de 13 años en Tarragona, y a los
que posteriormente golpearon a su familia, cuando reprobaban
a compañeros del agente autonómico, tal actitud represora y
fascista.
No extrañándome lo más mínimo, que miembros de la Familia
Real, gobernantes y demás números afines a la estructura que
configuran el poder político y económico español, estén
siendo abucheados e increpados, en cuanto actos públicos
asistan. Como le ocurriera días pasados en Valencia al
presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy. Ya que el
pueblo no aguanta más de tantos recortes, atropellos y
abusos de poder contras las clases media y baja, mientras
ellos “viven a cuerpo de rey”.
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