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OPINIÓN - DOMINGO, 18 DE NOVIEMBRE DE 2012

 

OPINIÓN / SNIPER

Ceuta, Melilla y la República Islámica de Catalunya
 


José Luis Navazo
yebala07@yahoo.es

 

Tal cual. Si en los Países Bajos y otras partes de Europa, el islamismo rampante está ya enseñando los dientes con la sharía o ley islámica y en Ceuta la inquietante secta del Tabligh ha sido la principal responsable de la notoria radicalización de la población musulmana de la ciudad, ante las mismas narices e inoperancia al respecto de las autoridades locales, la Generalitat de Cataluña ha incubado el huevo de la serpiente haciendo de la comunidad el epicentro del islamismo radical (antesala del terrorismo yihadista) no solo en el resto de España, sino también de buena parte de Europa. El patológico odio a lo español de algunos corre parejo a su estúpido apoyo al islamismo, que no parece representar ningún peligro para Artur Mas y los suyos siempre que se exprese… en catalán. Porque esa fue la raíz del problema: ¿cómo se pasó, ¡en menos de quince años!, de una población sensiblemente inferior a los cien mil musulmanes a los medio millón de la actualidad, una tercera parte del total de España cifrada ya en millón y medio de personas?.

La explicación es fácil: la política migratoria de Convergencia y Unión (CiU) primó la llegada de extranjeros no hispano-hablantes a fin de “catalanizarlos” mejor por medio de la lengua. En este sentido, la “embajada” catalanista inaugurada en Casablanca (Marruecos) el 25 de marzo de 2003, alentaba la emigración marroquí a cambio del apoyo de este país al entramado de empresas catalanas. De aquellos polvos vienen estos lodos. Claro que hay consciencia del peligro aun con la boca pequeña: así Durán Lleida, advertía en el Congreso de los Diputados que “En Cataluña, sin crear alarma, hay focos preocupantes del integrismo islamista”. ¿Sin generar alarma?. Según informes de las fuerzas de seguridad, incluidas los Mossos d´Esquadra, al menos el 20% de los musulmanes formarían parte del ala radical, pasto del yihadismo terrorista, situándose en cabeza las organizaciones salafistas (un tanto anárquicas en su funcionamiento), seguidas de las más estructuradas de la secta del Tabligh.

¿Y qué dicen los líderes soberanistas, transmutados en nuevos witizanos? Cuando no callan o miran para otro lado apoyan, lelos e inconscientes, el avance islamista como eventual semillero de votos. Si en 2009 un personaje de la catadura de Carod Rovira, líder áureo de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) defendía “seguir construyendo un Islam a la catalana, abierto, acogedor y con vocación universal…”, Ángel Colom aun se atrevía a abogar recientemente en el congreso de “Nous Catalans” (marzo de 2012) por la ¡apertura libre e ilimitada de mezquitas en toda Cataluña!, mientras solicitaba el voto de los musulmanes tanto a su formación política como en un eventual referéndum independentista. Y mientras estos días el castellano se proscribe en la Cataluña oficial, la lengua árabe se suma al “catalá” en la propaganda electoral. La casta de imprudentes políticos soberanistas busca una convergencia táctica entre la sociedad musulmana implantada en Cataluña (insistamos, de momento un 20% de ella abiertamente radicalizada) y el proyecto independentista, olvidando no solo la historia sino aquello de: Amb les vostres lleis us conquistarem i amb el nostre Islam us sotmetrem. La traducción es fácil y si no denle un poco al “catalá”, que es una de las cuatro lenguas de España.

Créanme, al día de hoy la Cataluña de CiU es el epicentro del islamismo radical en España, mientras empieza a amagar la presencia en las comunidades islámicas de una clandestina “policía religiosa” inspirada en la “Mutawain” saudí, a la vez que al menos tres organizaciones terroristas se encuentran emboscadas en la región esperando su momento: la magrebí Qaïda en el Magreb Islámico (AQMI) y las paquistaníes Lashkar e Taiba (Ejército de los Puros) y Haish e Mohamed (Ejército de Mahoma). Insistamos en las conexiones oportunistas entre el proceso soberanista abierto por Artur Mas y sus nuevos “witizanos” con el islamismo rampante.

En Lérida, la asociación Watani (Patriota) para la Libertad y la Justicia dirigida por Mourad El Boudouhi, ha lanzado al respecto un comunicado muy significativo: “Nuestra entidad considera el proceso (independentista) realizado en Cataluña un modelo a seguir para estos territorios norteafricanos”, apoyando que “los ciudadanos residentes en Ceuta, Melilla, islas y Peñones, decidan si quieren seguir formando parte del Reino de España o estar dentro del Reino de Marruecos”. Si en ciudades como Ceuta los sectarios “tabligui” han montado una base islamista-corsaria, al amparo del pabellón español (en Melilla, las tradiciones rifeñas son un freno para la machacona predicación Tabligh), los torpes e incautos witizanos catalanistas le están dando alas con su delirante proyecto a una eventual República Islámica de Catalunya. Y recuerden, ya se lo escribí en catalán: “Con vuestras leyes os conquistaremos y con nuestro Islam os someteremos”. Una amenaza letal se cierne no solo sobre Ceuta y Melilla, sino también sobre el Islam tradicional seguido en el Magreb que poco tiene que ver con estos movimientos del islamismo radical, primer eslabón en el adoctrinamiento del terrorista yihadista. Visto.
 

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