Tal cual. Si en los Países Bajos y
otras partes de Europa, el islamismo rampante está ya
enseñando los dientes con la sharía o ley islámica y en
Ceuta la inquietante secta del Tabligh ha sido la principal
responsable de la notoria radicalización de la población
musulmana de la ciudad, ante las mismas narices e
inoperancia al respecto de las autoridades locales, la
Generalitat de Cataluña ha incubado el huevo de la serpiente
haciendo de la comunidad el epicentro del islamismo radical
(antesala del terrorismo yihadista) no solo en el resto de
España, sino también de buena parte de Europa. El patológico
odio a lo español de algunos corre parejo a su estúpido
apoyo al islamismo, que no parece representar ningún peligro
para Artur Mas y los suyos siempre que se exprese… en
catalán. Porque esa fue la raíz del problema: ¿cómo se pasó,
¡en menos de quince años!, de una población sensiblemente
inferior a los cien mil musulmanes a los medio millón de la
actualidad, una tercera parte del total de España cifrada ya
en millón y medio de personas?.
La explicación es fácil: la política migratoria de
Convergencia y Unión (CiU) primó la llegada de extranjeros
no hispano-hablantes a fin de “catalanizarlos” mejor por
medio de la lengua. En este sentido, la “embajada”
catalanista inaugurada en Casablanca (Marruecos) el 25 de
marzo de 2003, alentaba la emigración marroquí a cambio del
apoyo de este país al entramado de empresas catalanas. De
aquellos polvos vienen estos lodos. Claro que hay
consciencia del peligro aun con la boca pequeña: así Durán
Lleida, advertía en el Congreso de los Diputados que “En
Cataluña, sin crear alarma, hay focos preocupantes del
integrismo islamista”. ¿Sin generar alarma?. Según informes
de las fuerzas de seguridad, incluidas los Mossos d´Esquadra,
al menos el 20% de los musulmanes formarían parte del ala
radical, pasto del yihadismo terrorista, situándose en
cabeza las organizaciones salafistas (un tanto anárquicas en
su funcionamiento), seguidas de las más estructuradas de la
secta del Tabligh.
¿Y qué dicen los líderes soberanistas, transmutados en
nuevos witizanos? Cuando no callan o miran para otro lado
apoyan, lelos e inconscientes, el avance islamista como
eventual semillero de votos. Si en 2009 un personaje de la
catadura de Carod Rovira, líder áureo de Esquerra
Republicana de Catalunya (ERC) defendía “seguir construyendo
un Islam a la catalana, abierto, acogedor y con vocación
universal…”, Ángel Colom aun se atrevía a abogar
recientemente en el congreso de “Nous Catalans” (marzo de
2012) por la ¡apertura libre e ilimitada de mezquitas en
toda Cataluña!, mientras solicitaba el voto de los
musulmanes tanto a su formación política como en un eventual
referéndum independentista. Y mientras estos días el
castellano se proscribe en la Cataluña oficial, la lengua
árabe se suma al “catalá” en la propaganda electoral. La
casta de imprudentes políticos soberanistas busca una
convergencia táctica entre la sociedad musulmana implantada
en Cataluña (insistamos, de momento un 20% de ella
abiertamente radicalizada) y el proyecto independentista,
olvidando no solo la historia sino aquello de: Amb les
vostres lleis us conquistarem i amb el nostre Islam us
sotmetrem. La traducción es fácil y si no denle un poco al “catalá”,
que es una de las cuatro lenguas de España.
Créanme, al día de hoy la Cataluña de CiU es el epicentro
del islamismo radical en España, mientras empieza a amagar
la presencia en las comunidades islámicas de una clandestina
“policía religiosa” inspirada en la “Mutawain” saudí, a la
vez que al menos tres organizaciones terroristas se
encuentran emboscadas en la región esperando su momento: la
magrebí Qaïda en el Magreb Islámico (AQMI) y las
paquistaníes Lashkar e Taiba (Ejército de los Puros) y Haish
e Mohamed (Ejército de Mahoma). Insistamos en las conexiones
oportunistas entre el proceso soberanista abierto por Artur
Mas y sus nuevos “witizanos” con el islamismo rampante.
En Lérida, la asociación Watani (Patriota) para la Libertad
y la Justicia dirigida por Mourad El Boudouhi, ha lanzado al
respecto un comunicado muy significativo: “Nuestra entidad
considera el proceso (independentista) realizado en Cataluña
un modelo a seguir para estos territorios norteafricanos”,
apoyando que “los ciudadanos residentes en Ceuta, Melilla,
islas y Peñones, decidan si quieren seguir formando parte
del Reino de España o estar dentro del Reino de Marruecos”.
Si en ciudades como Ceuta los sectarios “tabligui” han
montado una base islamista-corsaria, al amparo del pabellón
español (en Melilla, las tradiciones rifeñas son un freno
para la machacona predicación Tabligh), los torpes e
incautos witizanos catalanistas le están dando alas con su
delirante proyecto a una eventual República Islámica de
Catalunya. Y recuerden, ya se lo escribí en catalán: “Con
vuestras leyes os conquistaremos y con nuestro Islam os
someteremos”. Una amenaza letal se cierne no solo sobre
Ceuta y Melilla, sino también sobre el Islam tradicional
seguido en el Magreb que poco tiene que ver con estos
movimientos del islamismo radical, primer eslabón en el
adoctrinamiento del terrorista yihadista. Visto.
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