Un “control más exhaustivo” de documentación por parte de
la Policía Nacional en la frontera causó ayer un colapso de
tráfico en la ciudad que afectó a toda la N-352. Los
problemas duraron entre dos horas y media y tres y a las
17.00 el atasco llegaba hasta la gasolinera del Chorrillo,
además de afectar a la carretera del hospital y a Reyes
Católicos.
La ralentización del paso por la frontera, consecuencia de
una orden de “control más exhaustivo” de documentación,
según fuentes oficiales, causó ayer un gran colapso de
tráfico en la avenida de Martínez Catena y las importantes
vías que confluyen en ella.
Tal como reconocieron desde la Delegación del Gobierno, el
problema duró entre dos horas y media y tres. A las 17.00
horas, el tráfico estaba prácticamente parado en toda la
extensión de la N-352, desde la frontera hasta la gasolinera
del Chorrillo.
A la caravana en la carretera del Tarajal se unieron las que
se fueron acumulando en la subida a Loma Colmenar, que es
también la vía de acceso al Hospital Universitario, y la de
las avenidas de los Reyes Católicos y Argentina, que
confluyen en la N-352 a la altura de Miramar y la Almadraba.
En Martínez Catena, algunos conductores se apeaban nerviosos
de sus vehículos y las únicas noticias que recibían de
quienes hacían el recorrido inverso era que había “lío en la
frontera”. “En el lado de Marruecos la cola llegaba hasta
Castillejos”, aseguraba uno de ellos. La guardia Civil
controlaba el tráfico en todos los cruces.
Hacia las 17.30 horas, el tráfico comenzó a fluir de nuevo y
en la frontera la situación se normalizaba, con tan sólo la
presencia de algunas personas con bultos que generaban
pequeños problemas de fluidez en el paso de peatones.
Las primeras explicaciones que daban algunos testigos de la
situación en el paso fronterizo hablaban de una especie de
“huelga de celo” o a la japonesa de los agentes del Cuerpo
Nacional de Policía (CNP), y de la posible relación de esta
supuesta movilización con la protesta convocada por el
sindicato SUP en Madrid. Sin embargo, el secretario
provincial de SUP, Jesús González Miaja -de vuelta de esa
concentración junto a otros compañeros- negó que se tratara
de una convocatoria de esta organización sindical y atribuyó
estos comentarios en la frontera al hecho de que se hubiera
podido relacionar con la manifestación de Madrid al
coincidir en la misma jornada.
Otras fuentes policiales señalaron que había “órdenes” de
sellar todos los pasaportes, pero sin especificar los
motivos de dichas directrices.
Por parte de la Delegación del Gobierno tan sólo se explicó
que se había “un poco más de control” y que los problemas
generados por esta medida duraron “dos horas y media o
tres”. Sobre si las órdenes respondían o no a la búsqueda de
alguien en concreto en la frontera entre España o Marruecos
o a un operativo especial nada se dijo de forma oficial.
Aunque puntualmente se dan problemas en el tránsito, sobre
todo en los días en que hay paso de porteadores, colas como
las de ayer no se producían en la frontera desde hacía meses
y las últimas tampoco llegaron a afectar a toda la N-352.
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