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Por fin la Ciudad ha decidido que
el albergue de Hadú, aunque de forma “provisional”, sea
utilizado por los MENA. Dadas las condiciones del centro y
de la denuncia de la Fiscalía de Menores, ya era hora de que
el Ejecutivo local se pronunciara sobre este asunto. Más de
un año ha pasado y las instalaciones de San José han pasado
de ser para alojamiento alternativo a destinarse a los
menores, después a jóvenes y familias con necesidades y por
último, otra vez a los MENA. Tanto marear la perdiz con las
manifestaciones vecinales y al final se trasladan a San
José. “Seis o siete meses” sí, pero estarán allí. La Ciudad
ha tenido que ‘sudar la gota fría’ para conseguir que los
representantes vecinales cedan. Todo sea por el bien de los
menores. Y todo sea porque se construya ese nuevo centro con
módulos prefabricados en Calamocarro, que asombrosamente ya
no costará “entre 500.000 y 800.000 euros” -dicho por la
consejera de Fomento el martes- sino que alcanzará un
millón, dicho dos días después por el portavoz.
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El alcohol también es una
droga |
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El alcohol genera adicción, al
igual que el tabaco. Sin embargo, al ser drogas ‘legales’ la
sociedad no toma conciencia de los problemas que pueden
causar. Si más de la mitad de los jóvenes se emborracha,
según una encuesta realizada por la Consejería de Sanidad y
Consumo, habría que pensar qué es lo que ocurre en la
ciudadanía para que la diversión sea cogerse una cogorza con
los amigos. La concienciación es fundamental y en la
adolescencia, mucho más. No puede ser que nuestros jóvenes
comiencen a beber a los 14 años.
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OPINIÓN / EDITORIAL
