La Fundación La Caixa ha dejado este año a un lado algunas
de las aportaciones que históricamente dedicaba a acciones
culturales, para centrarse en las necesidades que observa en
la sociedad de hoy. Y lo que la sociedad pide hoy, cada vez
en mayor medida, son productos de primera necesidad.
Respondiendo a esta demanda, la Fundación hizo entrega ayer,
en el almacén de la empresa Almacenes Bentolila, de 5.000
euros de alimentos, que se distribuirán entre algunas de las
organizaciones locales que trabajan de manera más cercana
con la necesidad. Cruz Blanca, Adoratrices, Media luna
blanca y Cáritas repartirán así los 150 lotes de productos
alimenticios que irán a parar a manos de los más necesitados
en Ceuta, a través de quienes mejor los conocen, quienes los
reciben cada día.
Según explicaron los responsables de Caixa empresa, Miguel
González y Fernando Gámez, esta iniciativa se enmarca dentro
de una campaña nacional que cuenta con un prespuesto que, a
pesar de las dificultades, se ha mantenido en 500 millones
de euros. “Queríamos que fuesen productos de primera
necesidad porque por desgracia hay mucha hambre”, explican
los responsables, que han elegido a las organizaciones a las
que se les han entregado los lotes de comida, buscando las
que más cerca están de los necesitados. “Es una forma de
devolver a la sociedad la rentabilidad social que nos da”,
ratifican.
Del otro lado, las entidades beneficiarias, cuyos
responsables se encontraban ayer en Almacenes Bentolila,
dieron muestras de su más sincero agradecimiento por estas
aportaciones, si bien todas coincidieron en la apreciación
de que la necesidad es tal, que cualquier ayuda se queda
corta. La demanda aumenta cada día y todo lo recibido se
distribuirá pronto. “Nosotras vamos a repartir esto en
nuestra casa de acogida, donde tenemos a siete mujeres y
siete niños, además de otro en camino”, explica la madre
superiora Terese Ariyamannil que, aunque lleva poco más de
un año y medio destinada en Ceuta, sabe de la creciente
necesidad de la ciudadanía local. “Antes había muchas más
familias musulmanas que acudían a por ayuda, ahora cada vez
son más cristianas, muchas jóvenes, en especial mujeres con
niños que no tienen a donde acudir”, dice su compañera. “Nos
alegramos de que sean productos de primera necesidad porque
es lo que nos pide la gente, y es una aportación muy
generosa, pero por desgracia, no es suficiente”, añadieron.
Lo mismo opina el padre Antonio Gálvez, de Cruz Blanca,
quien ve esta donación como una “inyección”, muy positiva,
pero que “no va a solucionar el problema”, es imposible,
teniendo como tenemos al 25% de la población en riesgo de
pobreza”, asiente. “Nosotros no tenemos clasificación entre
quienes vienen a demandar ayuda, pero son “bastantes”, es
algo que se nota desde el inicio de la crisis en 2011.
“Entonces ya se veían síntomas en Ceuta pero la gente
todavía mantenía su sueldecito. Ahora nos vienen familias en
las que ni uno ni otro tiene un trabajo y es muy duro”.
Desde la organización de Cáritas, acudieron a recibir la
ayuda de La Caixa María Isabel Pérez y José Lopez, ambos
voluntarios en la parroquia de los Remedios desde hace al
menos 20 años. Allí, en pleno centro de la ciudad, la
asociación religiosa atiende en la actualidad a 118
familias, además de todos los que se acercan a pedir ayuda a
diario, un número que va aumentando, poquito a poco, desde
que comenzó la crisis.
“Todo lo que nos puedan dar es insuficiente, porque se
acaba”, lamentan. “Llevamos 20 años en Cáritas y nunca
habíamos visto una demanda así, es increíble”, afirman,
explicando cómo trabaja la entidad, que organiza sus propias
cartillas de distribución de ayuda, además de organizar
visitas a los domicilios de las personas que piden ayuda
para verificar que las necesidades que argumentan quienes
acuden a ellos son reales.
“También nos envían gente desde Asuntos Sociales”, explican,
desde el conocimiento que otorga la trayectoria y la
satisfacción de poder hacer algo para ayudar a los demás,
cumplida la edad de jubilación, “aunque empezamos en esto
mucho antes”. “Todos los que estamos allí somos
voluntarios”, aclaran, invitando a cualquier ciudadano
interesado en sumarse a su causa.
En cualquier caso, el de ayer fue un encuentro en el que
predominaron las sonrisas, las de alegría por parte de
quienes entregaban la ayuda, frente a las de agradecimiento
de quienes la recibían.
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