Y mucho que me alegro, porque
estaba cantado, desde hacía días, a pesar de que desde el
mismo PSOE, eso ya es de aurora boreal, se apoyara la
huelga, sin ir más lejos, desde el propio secretario general
del partido.
Los sindicatos, pues, tenían ciertos apoyos, de importancia,
pero la gente, por muy cabreada que esté con el Gobierno, no
se deja engatusar de cualquier forma y ha visto la huelga
general como el “jolgorio” que se querían montar y se han
montado los sindicatos, contra un Gobierno que no lo está
haciendo nada bien, pero que es dudoso de que lo pudiera
hacer mejor, con la herencia que recibió, va a hacer ahora
un año.
Casi un centenar de detenidos, unos 25 heridos y, dejando
eso de lado, normalidad en la mayor parte de España, con
comercios abiertos, salvo aquellos que temían que los
impresentables de turno, que más de uno suele haber en los
piquetes, hicieran de las suyas y les rompieran algún
escaparate.
Las primeras horas de la mañana fueron las más calientes,
luego se fue enfriando la situación y la gente podía ir al
banco, podía ir a hacer la compra, o podía entrar en la
cafetería o el bar a tomar su aperitivo o su café, como en
otros días normales.
Y siendo esto así ¿Qué hemos perdido?. Naturalmente, mucho,
especialmente en la imagen que se ha dado para fuera, cuando
por los pactos, antes de la huelga, se establecieron unos
servicios mínimos que acarrea suspensión de trenes, de
vuelos y de otros servicios que se dan a diario.
Ahí es donde están las pérdidas, y en la imagen que se da
con esos sindicalistas de UGT y de CCOO, los “rojos” del
país, portando sus banderas y empujando a sus piquetes a
romper la normalidad.
Llegados a este punto, lo que sí queda claro es que quienes
más van a perder, de cara al futuro, son los propios
sindicatos de clase, en quienes ya no cree nadie, yo diría
que ni sus afiliados, por el nuevo fracaso en una huelga
general que no se notó, prácticamente nada, en todo el país.
Pero ahora es cuando el Gobierno tiene que demostrar que
ellos sí son serios y no docena y media de “mindundis”,si
son capaces de quitar, definitivamente, la subvención a los
sindicatos para que vivan de su trabajo o de las cuotas de
sus afiliados.
La huelga ha sido un verdadero fracaso, pero si el Gobierno
sabe “acogotar” la economía sindical, no dándoles más
subvenciones, es posible que en el futuro hubieran perdido
la poca fuerza que tienen para poder convocar una huelga
más.
Y a Rubalcaba, que hace un año estaba en el Gobierno y que
es tan culpable de la situación económica de hoy, como hace
años lo debió ser de aquel t... de E..., se le ha vuelto a
ver el plumero y ha quedado de manifiesto que poco tirón
tiene y que le quedan cuatro lunas de estar en una segunda
fila de la política, porque en la primera hace meses que
dejó de estar.
El Gobierno, sin embargo, y muy especialmente ese par de
“ejemplares” que llevan la Economía y la Hacienda, ya deben
haber visto que con ellos la paciencia no existe y que si no
hacen todo a tono con lo que se necesita, volverán a tener
más problemas y se pueden desayunar muchos más días con un
sapo, como el de ayer, junto a su café.
Corregir actuaciones, limar timideces y hacer las cosas como
es debido es lo que se le va a pedir al Gobierno, pero todo
ello tras haber anulado las subvenciones a los sindicatos, y
tras haber recortado los sobrantes de las liberaciones.
¡¡Qué vayan a trabajar!!. Ese debe ser el futuro de los
sindicatos.
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