Y no es que no se lo tenga
merecido el Gobierno del PP, con ese par de paletos que ha
colocado en Economía y en Hacienda, pero dejando a esa
pareja de impresentables, de lado, y dejando de lado,
también, muchas de las reformas del Gobierno del PP, España
no se puede permitir tener, en menos de un año, dos huelgas
generales.
Particularmente, ya lo he dicho en varias ocasiones, no voy
a secundar la huelga y cada vez que hablo con alguien sobre
este asunto, a cualquiera de ellos les digo que, hoy más que
nunca, es un error seguir las consignas de los sindicatos de
clase, que pretenden llevarnos, un poco más, a la ruina.
Y posiblemente muchos de los que van a secundar la huelga,
sin ser secuaces de los sindicatos, la secunden por haber
visto que su situación peligra, o que cada día más se puede
acercar a su fin, cosa que no sucedería si los primeros
recortes, de verdad, los hubiera dado el Gobierno de Rajoy a
las subvenciones que se dan a los sindicatos, a los partidos
políticos y a otro tipo de instituciones que viven como el
mismísimo Dios, pero sin ser útiles para nadie y sin dar un
palo al agua.
Y es que, mirándolo bien, ¡¡Manda huevos!!, que los
sindicatos de clase le hayan montado ya dos huelgas
generales a Rajoy, cuando esos sindicatos se están llevando
unas subvenciones que ya me gustaría saber en qué se
emplean.
Hoy por hoy, la casta sindicalista es el peor tumor que
tiene este país y tras él, y de la misma gravedad, marcha la
casta política.
Sindicatos y políticos han hecho de esto una forma de vivir,
sin haber tenido que demostrar, ante un tribunal competente,
que son aptos para cargos bien pagados ahí y de verdadera
responsabilidad.
Llegar a las altas esferas de un sindicato, especialmente de
clase, es fácil sí, en público, donde más le oigan a uno, es
el bocazas del pueblo. Llegar a las altas esferas de un
partido político lleva consigo haber sido un “pelota” con el
señorito de turno, haber pegado carteles, en las elecciones,
no haber llevado la contraria a ningún jefecillo, y así se
llega alto, aunque no sepa donde tiene la mano derecha. Es
lo que hay, y es como se progresa.
En Ceuta mismo, tenemos cientos de ejemplos de ambas cosas,
y en días como el 14-N, los unos van a gritar lo más que
puedan y a romper lo que sea, con tal de que se secunde la
huelga y los otros, teniendo la misma formación o menos que
los sindicalistas, tendrán que pasar la información de lo
que hubo y de cómo se desarrolló todo.
Mañana, día 14, hay personas que tienen que viajar, y por
los impresentables que haya en los piquetes, su tren, su
barco o su avión, no podrán salir.
Mañana, más de un enfermo, es posible que no pueda ser
atendido porque “estamos en huelga”, y así todos, con la
particularidad de que el trabajador de RENFE, de aviación o
de la marina, si secunda la huelga verá recortada su nómina
a finales de mes, mientras que los que formen parte de los
piquetes, por estar cumpliendo “su” cometido no van a tener
descuento.
Hay mil razones para no ir a la huelga, yo no voy a ir,
estoy seguro de que más del 90% del instituto donde yo
ejerzo, tampoco, irán y lo que pido, desde aquí, es que, de
una vez por todas, digamos a los sindicatos que se dediquen
a hacer algo positivo, no a entorpecer la marcha del país.
Al Gobierno hay que pedirle que, automáticamente, anule las
subvenciones a la casta sindical y a los partidos políticos,
con lo que al día siguiente, todos podríamos decir:”La
huelga sobra”.
|