Quien así se manifiesta es el
máximo representante de la Central Sindical Independiente y
de Funcionarios (CSIF), Miguel Borras, argumentando la
negativa de la mayoría de los miembros de su comité
ejecutivo a secundar una Huelga General que todos ellos
consideran política. Una decisión duramente criticada desde
las dos grandes centrales sindicales (UGT y CCOO) que ha
provocado la ruptura en la unidad sindical de los últimos
meses.
Quien más y quien menos duda respecto a los verdaderos
motivos que impulsan ahora a unos dirigentes sindicales que
apoyaron con su silencio las decisiones adoptadas por los
gobiernos de José Lluís Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez
Rubalcaba. Dirigentes que compartieron responsabilidades con
quienes negaron la crisis económica que afectaría meses más
tarde a la sociedad española, provocando las mayores cifras
de desempleo y déficit público de nuestra historia
democrática.
¿Cómo explicar este silencio? mientras los ejecutivos
socialistas recortaban en políticas sociales, introducían
una reforma laboral que perjudicaba a los trabajadores y
disminuía las retribuciones de los trabajadores públicos.
¿Cómo explicar este silencio? mientras cerraban cientos de
empresas, las cifras del desempleo se acercaban
peligrosamente a los cinco millones de desempleados y miles
de familias españolas eran obligadas a abandonar sus
viviendas sin solución alguna. Problemáticas similares a las
actuales, entonces ¿por qué ahora sí y hace unos meses no?
Aún perdura en nuestra memoria el debate protagonizado por
los máximos dirigentes en materia económica de socialistas y
populares, Pedro Solbes y Manuel Pizarro, durante la campaña
electoral de las Elecciones Generales del 2008. Un debate
televisado en el que el ministro en funciones de Economía y
Hacienda afirmaba rotundamente que la situación económica en
aquellos momentos era mejor que cuatro años atrás, mientras
el número dos de los populares madrileños aseguraba que el
país se precipitaba a la mayor crisis socio económica de los
últimos años. Dos visiones bien diferenciadas de la realidad
de un país que hoy sufre las consecuencias de no haber
aplicado las medidas correctoras necesarias.
Aunque el dato más revelador fue la frase “este tipo de
convocatorias no es el camino para superar las dificultades
económicas” ofrecida por uno de los convocantes de la Huelga
General del 14 de noviembre, Ignacio Fernández Toxo,
secretario general de CCOO, cuando una inmensa mayoría de
españoles exigían a las centrales sindicales mayoritarias
una acción consecuente con la situación que experimentaba la
sociedad española. Por tanto, ¿cómo entender una
convocatoria de Huelga General formulada por quien años
atrás pensaba todo lo contrario?
La Huelga General del próximo miércoles día 14 de noviembre
tendrá serias consecuencias para un país sumido en las
peores cifras de desempleo y déficit público. Secundar esta
convocatoria tiene un alto coste tanto para los trabajadores
como para unas arcas del Estado que podrían arrastrar unas
pérdidas cercanas al 0,7% del PIB. Para hacernos una idea,
la del 20 de junio de 2002 tuvo un coste de 250 millones de
euros para España, cantidad que deberíamos sumar a las
cifras actuales de déficit público.
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