Ayer sí. El Gobierno de la Ciudad,
a través de su portavoz, pasó de palabras como “voluntad y
compromiso”, vacías de tanto abusar de ellas, a hechos
concretos como la firma de un convenio con el Ministerio de
Hacienda y Administraciones Públicas por el que la Ciudad
Autónoma recibirá 4 millones de euros para compensar los
gastos que supone la producción de agua potable.
Los ciudadanos han dejado de creer en las palabras y los
mensajes de la clase política y necesitan hechos, como los
que demostraron que las políticas del Partido Popular para
con Ceuta fueron de 1.996 hasta 2004, en época de José María
Aznar, de apoyo incontestable: se dotó a Ceuta del IPSI, se
hicieron importantes inversiones como la iniciativa del
nuevo hospital cuando el PSOE apostaba por remodelar el
antiguo, el aprovechamiento de los fondos estructurales para
proyectos en Ceuta con repercusión en las inversiones, las
bonificaciones a la Seguridad Social al 40%, además del
impulso económico que se registró. Una labor apoyada desde
Madrid por el entonces diputado en el Congreso, Francisco
Antonio González Pérez. Ahora, con la presidencia del
Gobierno de Mariano Rajoy, la política del Gobierno popular
sigue en idéntica sintonía a la que mostró en su día.
Las denominadas “constantes vitales” pasan no sólo por
cuestiones relacionadas con la cohesión social y el
desempleo, sino por la disponibilidad de suelo para edificar
viviendas sociales, mantenimiento de los Planes de Empleo,
construcción de centros escolares, las bonificaciones y
llevar a Europa nuestras especificidades. Son cuestiones que
obligan, tal vez, a cambiar el manido discurso de transmitir
sensibilidad, receptividad y palabrería para centrarse más
en hechos, en realidades.
En las actuales circunstancias económicas hay que valorar
que se están haciendo gestiones tendentes a apoyar a Ceuta
desde el Gobierno central. La Ciudad ya ha puesto cifras
sobre la mesa, como el propio portavoz del Gobierno local ha
hecho, al aludir a los cuatro millones para la desaladora.
Martínez, así sí.
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