No se sale de una y ya estamos en
otra, no hay quien arregle este país que ha pasado de ser de
auténtica pandereta, a un país en el que las huelgas parecen
ser el pan nuestro de cada día.
No quiero pecar de optimismo, pero creo que si en los
sindicatos convocantes hubiera el más mínimo de dignidad,
aunque fuera 24 o 48 horas antes, la huelga tendría que ser
desconvocada, por lo mucho que nos estamos jugando todos, en
este tipo de “jolgorios”.
Y no es que estemos tratando de echar una mano a favor del
PP, que bien merecido se tienen todos los alborotos que les
están montando, pero la memez que les embarga, no les
permite darse cuenta de que los recortes a los que pagan y
que viven sólo de su sueldo, no es la solución para sacar a
un país aruinado, de ese pozo en el que está metido.
La estructura del Estado hoy nos está demostrando que no
tiene validez total para mantenerse, y el no recortar gastos
como los de los traductores del Senado, la no anulación de
las diputaciones provinciales, la reducción total de los
coches oficiales para cualquier carguito, la recuperación de
materias como Educación o Justicia, así como otras parcelas
que en su día se cedieron a las autonomías, al no hacer esto
es que se está perdiendo el tiempo.
Y es que da vergüenza que en todas las partes, y Ceuta no
iba a ser una excepción, cualquier “roba peras” que se meta
en política, aunque sea sólo a nivel municipal, se asegure
para sí y para todos sus secuaces la vida, para tres
generaciones y ejemplo tenemos a montones, incluso alguno en
Ceuta.
En otras circunstancias sería hasta lógico todo tipo de
protestas, pero con el chaparrón que nos está cayendo, el
hecho de parar el país, durante 24 horas, es poner la
situación más complicada de lo que realmente está y vender
una imagen que en nada nos va a favorecer para poder salir
de la situación en la que estamos.
Particularmente creo que hay poco ambiente para huelgas y de
ello me alegro, porque, a pesar de los piquetes que se
forman siempre que hay huelgas, este intento de movimiento
va a ser un fracaso.
Y eso sería lo mejor, que otra vez la huelga general sea un
fracaso, porque de tener éxito, nada me extrañaría que cada
mes, o al final de cada Consejo de Ministros podríamos tener
una huelga nueva que nos iría hundiendo un poco más, en lo
económico y en lo moral.
Son pocos los días que faltan hasta el día 14 y, es de
suponer, los sindicatos de clase, los que quieren llevar a
cabo la huelga, no terminan de ponerse de acuerdo en todos
los puntos, en tanto que otros sindicatos, que nada quieren
saber de la huelga, van a intentar poner zancadillas a esta
huelga que ni tiene razón de ser, ni traería nada bueno para
el futuro más inmediato.
Yo, lo he dicho ya varias veces, ni creo en la huelga, ni
voy a secundarla ahora, tampoco, estoy viendo que se trata
de manejar a la gente poniéndola sobre los aspectos que más
duelen a las personas hoy.
Y como mi profesión es la enseñanza, veo que se intenta
tirar de la juventud, de aquellos que son más fácil
atraértelos y, aunque a la hora final, cada uno hará lo que
más le convenga, no creo que en lugares como un instituto de
Bachillerato sean los sitios en los que más seguidores vayan
a participar.
Los anuncios sobre una huelga general, a pesar de que son
muchos, no van a tirar mucho de los alumnos, y mucho menos
de los profesores. Huelga general, desde luego aquí no.
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