Como ya ha ocurrido en otras ocasiones, EL PUEBLO fue ayer
el único medio escrito que no faltó a su cita con los
lectores, puesto que el otro periódico local (que imprime
fuera de Ceuta) y los medios impresos de carácter nacional
sufrieron un enorme retraso en su distribución, debido a la
suspensión del tráfico marítimo en la línea Ceuta y
Algeciras. EL PUEBLO es hoy por hoy un producto 100% ‘made
in Ceuta’. La inversión empresarial de la editora se ha
centrado en industrializar su producto adquiriendo un
moderno centro de impresión para, entre otras cuestiones,
evitar las habituales interrupciones anuales que provocan
los temporales.
El transporte marítimo, otra vez, jugó una mala pasada a la
conexión de Ceuta con la península. El fuerte temporal de
Levante provocó ayer la suspensión del tráfico marítimo en
la línea del Estrecho entre los puertos de Ceuta y
Algeciras, afectando a la distribución de la prensa escrita
que imprime sus ejemplares en la península.
Las primeras conexiones que realizan habitualmente los
buques de alta velocidad quedaron canceladas, con lo que el
único ferry operativo para unir Ceuta con Algeciras fue el
‘Passió per Formentera’, que arribó a Ceuta procedente de
Algeciras a las 10.30 horas. Este hecho provocó un enorme
retraso en la distribución de la prensa que se inició en
torno las 11.00 horas. Por un lado, la mayoría de los puntos
de distribución ya habían dado por perdido el día con lo que
respecta a la venta de otros diarios. De otro, los
suscriptores de otros medios veían cómo los diarios no
llegaban.
Como ya ha ocurrido en anteriores ocasiones, ‘El Pueblo de
Ceuta’ fue el único medio escrito que podían tocar
físicamente los ceutíes, puesto que ni el otro periódico
local (que imprime fuera de Ceuta) ni tampoco los medios
informativos impresos de carácter nacional estaban ni se les
esperaba. ‘El Pueblo de Ceuta’ era el único periódico al que
podían aferrarse los ciudadanos para conocer desde primera
hora la más rabiosa actualidad. Por no hablar de las
instituciones, empresas y particulares que utilizan los
servicios publicitarios de ‘El Pueblo de Ceuta’ para
contactar con los ciudadanos, para hacerles llegar
cuestiones de relevancia e interés.
Cinco de la madrugada: el equipo de distribución de ‘El
Pueblo’ comienza con su difícil labor de hacer llegar a
todos los kioscos, puntos de distribución de prensa y
suscriptores, el papel, el negro sobre blanco, la
información escrita. El periódico. Su periódico. El que
esperan encontrar a la hora señalada, el que leen con
interés, y con el que un día más comparten el inicio de una
nueva jornada. Es el final –y el inicio- de una jornada que
está plagada de esfuerzo individual y colectivo, por parte
de todos los diferentes equipos que se reparten las
distintas funciones que se desarrollan a lo largo de las
veinticuatro horas en un medio informativo que se precie.
La operación de distribución de los tardíos periódicos
concluyó en torno a las 13.00 horas, mientras que ‘El Pueblo
de Ceuta’ ya llevaba en la calle desde las 05.00 horas. Es
decir, hablamos de unas siete horas, aproximadamente. Esa
realidad es ‘El Pueblo de Ceuta’, que día a día está con sus
lectores, desde antes de que comiencen a rayar las primeras
luces del alba.
La sensación de muchos de llegar, por ejemplo, a uno de los
momentos más interesantes del día, como es el de comenzar a
degustar su desayuno, desplegar su periódico y acometer con
renovadas fuerzas una jornada plenamente informados de la
realidad del mundo que les rodea, no podría ser más
desalentadora. Sin embargo, este diario, como todos los
días, está ahí. No falla en su cita a los lectores, aunque
el viento de levante sople con ganas.
EL PUEBLO es hoy por hoy un producto 100% ‘made in Ceuta’.
La inversión empresarial de la editora se ha centrado en
industrializar su producto, con la importación de todas la
materias primas necesarias y la adquisición de un moderno
centro de impresión con una rotativa de elevada calidad
tecnológica para, entre otras cuestiones, evitar las
habituales interrupciones anuales que provocan los
temporales marítimos que en este período ‘visitan’ la
ciudad. Ceuta no se merecía esas interrupciones y EL PUEBLO,
una vez más, ofrece un servicio que evidencia su interés por
la ciudad y pone de manifiesto su filosofía de invertir en
su propia tierra; haciéndolo además en momentos donde la
crisis inmoviliza al inversor. Justo cuando más se necesita,
este medio vuelve a mostrar su arrojo por Ceuta.
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