LUNES 29.
Ayer, antes de comenzar el partido Mallorca-Madrid,
entrevistaron a Lorenzo Serra Ferrer. Muchos años
entrenador de primera línea y ahora accionista muy principal
del equipo bermellón. O sea, el conocido popularmente, en
Las Baleares, como el mallorqueta. Y, mientras oía sus
declaraciones, mi mente se introdujo en el túnel del tiempo
hasta los primeros años de la década de los setenta. Que fue
entonces cuando yo entrené al equipo que los miembros de la
burguesía palmesana siempre quisieron presidir. Ser
presidente del Mallorca era un signo de distinción. El
segundo entrenador del equipo, Jaime Turró, me dijo
un día que Serra Ferrer solía sentarse en los últimos
escalones de la tribuna del Luis Sitjar para ver mis
entrenamientos. Cuando le pregunté quién era el tal SF. Me
contestó que era un chico nacido en Sa Pobla y que vivía
entusiasmado con la idea de hacerse entrenador. Turró me
puso al tanto de que su presencia se debía a que le gustaba
tomar notas de mi trabajo. Sea por lo que fuere, la realidad
es que aquel veinteañero, prendado del fútbol, asistía todos
los días a mis prácticas. Nunca pude hablar con él. Pues en
cuanto lo intentaba desaparecía del escenario. Era como si
le diera vergüenza reconocer que seguía mi trabajo. Tuve la
oportunidad, al cabo de varios años, de enfrentarme a sus
equipos y siempre me acompañó la fortuna. En cierta ocasión,
Pepe Bonet, tan gran jugador como persona, me sacó de
dudas: Serra Ferrer no quiere reconocer que, cuando
comenzaba a entrenar, quería saber lo que usted sabía
tácticamente. Hoy, al cabo de muchos años, y cuando Serra
Ferrer lo ha conseguido casi todo en el fútbol, me permito
contar la anécdota.
Martes. 30
Larga y agradable charla con varios funcionarios. A la que
se suma, casi al final, Salvador Durá. Que ha bajado
expresamente de su casa, allá en el pantano, para compartir
conmigo el aperitivo de los martes. Nos saluda José
Manuel Domínguez y le ofrecemos asiento junto a
nosotros. No le preguntamos por su recuperación, debido a
que oyéndole expresarse tenemos la certeza de que está mejor
que antes de sufrir debilidades y alifafes que le retiraron
de la vida pública. Le decimos que nos alegramos de verle
tan bien. Pero José Manuel, que es marchoso, provoca que a
mí se me desate la lengua en el momento que yo decido que es
el apropiado. Pero, lógicamente, sin ánimo alguno de hacer
sangre. Faltaría más. Aunque haría muy bien en no discutirme
más, sin argumentos válidos, opiniones futbolísticas,
emitidas por mí. Lo mejor que le oí a José Manuel, durante
la conversación, fue que Antonio Ferrera ha vuelto a
pasar consulta. Porque AF es nuestro médico de cabecera. Y
si Domínguez le tiene ley a nuestro médico, yo no me quedo
atrás. De modo que aprovecho la ocasión para festejar la
total y absoluta recuperación de nuestro amigo: Antonio
Ferrera.
Miércoles. 31
No hace falta decir que Valdano, desde que salió por la
puerta de atrás del Madrid, trata por todos los medios de
que sus amigos, periodistas, persigan sañudamente a José
Mourinho. Se nota la tirria que le tienen. El último que
se ha unido a la causa de acoso y derribo contra el
portugués ha sido el director del Diario As. Sí, hombre, el
mismo que un día dijo de Francisco José Rodríguez da
Costa, futbolista portugués, conocido por Costinha,
cuando era jugador del Atlético de Madrid, que además de
malo era más feo que Picio. Y que me hizo a mí asegurar que
en casa de Alfredo Relaño los espejos no existían.
Parece mentira que se digan tantos impropios de un
entrenador que ha sido capaz de poner orden en un equipo al
cual Valdano había convertido en una entidad acomplejada.
Que tenía como ocupación diaria hablar solo del pasado
glorioso del club mientras el Barcelona le comía la tostada
en los despachos y en el césped. Un Valdano que, en cada
actuación ante los medios, nos da la mejor versión de lo que
significa una complacencia física y moral superior a la que
se le pueda atribuir al mejor arquetipo de narcisismo. El
Madrid ha jugado hoy en Alcoy. Y Mourinho, tras ser
duramente castigado en los medios por referirse al Castilla
de Segunda División y concretamente a la cantera, ha dado
muestras en El Collao, una vez más, de ser un magnífico
entrenador. Tan práctico como hábil para no exponer a sus
jugadores a batallas innecesarias. Y los periodistas, los
mismos que están siempre oliéndole el… aliento a Valdano,
han arremetido contra él. Hay periodistas, muchos
periodistas, que no saben ni papa de fútbol. A lo más que
llegan es a ser ladrones de oído. Menuda carrera. Ah, cuando
se equivoca Mourinho, como todo quisque, los periodistas ni
se percatan de sus errores. Así se les va.
Jueves. 1
Fue en diciembre y en enero pasado, así como cuando los
aficionados festejaban los triunfos de la selección
española, que en España se impuso el lanzamiento de cohetes
y petardos. Con el peligro consiguiente que todos conocemos.
Y, claro, escribí del asunto en varias ocasiones. He aquí
algunos párrafos espigados de entonces. “No contaba yo, ni
por asomo, que la moda de tirar cohetes y petardos se
impusiera en una España donde, precisamente, no está la cosa
para permitirse esas licencias. El primer cohete de la noche
del día 24 de diciembre, sonó en mi dormitorio como una
bomba. Y a partir de ese instante, y hasta el toque del
alba, mi barrio parecía una fiesta fallera. ¡Qué horror!
Salí al balcón, sobresaltado, mientras se oían ladridos de
animales por doquier, asustados por los petardazos que no
cesaban. Los enfermos se revolvían inquietos en el lecho del
dolor. Pero a los amantes de la pirotecnia les daba igual.
Era Nochebuena y había que hacerse notar con ruidos
estruendosos. Decidí salir a la calle para saber lo que
estaba ocurriendo. Y pude ver a jóvenes ocupando espacios de
calles iluminadas y prestos a cada paso a hacer uso y abuso
de petardos. Con el consiguiente peligro para los
viandantes”. Un petardo, o varios, vaya usted a saber,
parece ser que ha sido la causa de la tragedia ocurrida en
Madrid, durante la celebración de una fiesta en el Madrid
Arena. Tragedia que les ha costado la vida a tres jóvenes.
Ah, celebraban la noche de Halloween. Está visto que
copiamos todo lo absurdo. De cualquier manera, yo creo que
lo malo de todo lo que nos viene ocurriendo la tiene
Zapatero (!)
Viernes. 2
Juan José Conde me dijo un día que había jugado en el
Portuense. Lo que no sé es si lo hizo siendo ya funcionario
de prisiones. Juanjo lo sabe casi todo de mí y me pregunta
si sé lo que significo en la Bahía Gaditana. Y,
concretamente, en El Puerto. Le digo que hace ya mucho
tiempo que me olvidé de aquellos años donde el José del
Cuvillo se llenaba para ver jugar al equipo que hacía del
contragolpe un espectáculo en su categoría. Sale a relucir
en la conversación que mantenemos en Pedr’os, el partido de
la Copa del Rey frente al Atlético de Madrid de Pereira,
Leal, Leivinha, Arteche, Rubén Cano, Rubio, Navarro,
etc. Entrenado por Luis Aragonés. Un partido donde el
portero Simeón, que tenía la orden de no jugar en
corto con sus defensas, metió la pata y nos condujo a la
derrota. Nunca volví a contar con él, le digo a Juanjo. Y le
recuerdo que en el Manzanares llegamos a ir ganando durante
mucho tiempo. Y que Orellana, árbitro gallego, nos
birló la eliminatoria. Juanjo Conde es un buen conversador.
Y, cada vez que se encarta, a mí me apetece charlar con este
funcionario de prisiones que siente pasión por el fútbol.
Educado, culto y amable, merece venir una vez más a esta
miscelánea.
Sábado.3
Hacía ya mucho tiempo que no veía yo a Blas Rosúa. Y
hoy, cuando caminaba con mi perro, me he topado con él. Y
nos hemos puesto a pegar la hebra. Eso sí, ante la
impaciencia de Oasis, que así se llama mi mejor amigo. Blas
es muy buen lector de periódicos. Y, por supuesto, no duda
en declararse fan de la contraportada de este medio. De modo
que no tiene el menor inconveniente en celebrarme la columna
publicada el jueves pasado, bajo el título “Así se lo
montan”. Blas, siempre vertiginoso en su decir, me cuenta
ciertas cosas de las que yo tomo nota mental. Porque sé que
pocas veces se atreve a largar de lo que no sabe. En fin,
que tras diez minutos, mal contados, de charla, me despido
de BR, debido a que Oasis, mi mejor amigo, se muestra ya
nervioso. Y es que está acostumbrado, desde que apenas se
mantenía en pie, a acapararme. Y a fe que lo que hace. Y de
qué manera.
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