Han sido tres de los elementos que
se han dado en torno a la mochila, que como todos los años,
acarrea algún suceso.
Es ésta, sin lugar a dudas, una de las fiestas que más tirón
tienen en Ceuta, a pesar de que el mal tiempo, ya en estas
fechas, hay muchos años que hace su aparición.
Con buena temperatura o con frío, con tiempo seco o con
agua, hay cientos y cientos de ceutíes que desde la noche
antes ya van buscando el lugar apropiado para esa noche,
para el día siguiente y para todo lo que se vaya prolongando
después.
La mayor parte de los jóvenes, especialmente, que se deciden
a pasar un día o dos en el campo, o en el monte, van con la
sana intención de pasarlo bien y eso sucede así hasta que
aparece algún patoso que cargado de alcohol, cargado de
malas intenciones e incluso portando algún tipo de navaja,
viene a romper la normalidad y el buen ambiente que tienen
los que salen de casa y no piensan, para nada, en problemas
de ese tipo.
Este año no se presentaba el tiempo muy halagüeño para estar
cómodos en el monte y a pesar de ello, ya la noche antes,
salieron muchos de los jóvenes a los que no asusta el mal
tiempo, pero a los que sí puede destrozar la fiesta,
cualquier tipo de pandilla “navajera” que su objetivo es,
únicamente, hacer mal y molestar.
Por eso, la primera noche de celebración del “Día de la
Mochila” dejó tres heridos tras una reyerta que se produjo
en el monte de Aranguren.
Y eso que no había hecho más que comenzar la “acampada”,
puesto que, en torno a la media noche, un joven fue
apuñalado por otro.
Hechos de este tipo quitan las ganas a los más optimistas y
tendrían que recluir, cada vez que haya algún tipo de fiesta
de este tipo, a esos patosos, sinvergüenzas, que se
entretienen haciendo daño a los demás.
El más grave de los heridos llevaba una herida en el tórax y
fue trasladado en una ambulancia al Hospital Universitario.
La opinión de jóvenes que esa noche estaba acampada en el
monte es que el alcohol debió influir, y no poco, en esa
reyerta que terminó con los heridos por arma blanca.
Repito que es incomprensible y la forma de romper un buen
ambiente, sin sacar los patosos nada positivo de ello.
Y como la tranquilidad no es lo que más acompaña a estas
fiestas, parece que un grupo de encapuchados, también, se
dio cita por los montes esa noche para tratar de apoderarse
de cosas que no eran suyas, como teléfonos móviles,
especialmente, y todos aquellos objetos que pudieron robar.
Heridos, pues, robos y un detenido por superar la tasa de
alcoholemia fueron las notas discordantes de una de esas
fiestas que entra en el calendario de Ceuta como la más
atractiva, por aquello de que se sale de lo normal, al irse
de acampada al monte, en un lugar como Ceuta, donde tan
pocos lugares de esparcimiento hay fuera de la propia
ciudad.
Había preparativos y disposición para que todo saliera bien,
pero ahora como siempre hay ciertos sujetos que son capaces
de romper lo previsible y lo que nadie había previsto que
pudiera romperse.
Son las notas negativas de un día o más de uno en el que las
gentes, especialmente las jóvenes tratan de pasarlo bien y
de disfrutar en el campo.
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