Cada mañana intento buscar fuerzas donde ya no las consigo
encontrar para arrastrar mis humedos huesos.
Y si, a pesar de todo, vivir sigue siendo maravilloso si
volvemos a cruzarnos por desolado pasillo. Pero eso es otra
historia.
A pesar de la infructuosa búsqueda de un empleo digno, no
para ser rico, simplemente volver a ser persona, poder
volver mirar a la cara a mi hija y hablarle de un futuro que
no tenga negros nubarrones ni amargas palabras.
A pesar del exilio político y laboral al que nos vemos
obligados miles de españoles y que debería avergonzar a
todos los políticos, que amparados en absurdas leyes de
impunidad nos robaron la alegría. Pero que no se equivoquen,
no habrá elegante traje ni coche blindado que les proteja de
nuestras quejas, de nuestra rabia, asi que pasen veinte
anos, asi que prescriban sus delitos. La memoria no entiende
de leyes ni tiempos.
Cuando agachan la cabeza nos demuestran que, a pesar de
nuestros errores, no estábamos tan equivocados.
Las divinas palabras ya no nos valen.
Toda la parafernalia del 15-M se resume en un cartel colgado
en la puerta del sol... DORMIAMOS. DESPERTAMOS.
Y ahora no podemos ni debemos relajarnos, no agacharnos ni
para coger impulso, porque ese fugaz momento y espacio que
creimos conquistado lo aprovecharán nuevos buitres de bonita
sonrisa para volver a legislar malditas leyes de impunidad y
paraisos fiscales donde esconder nuestro dinero robado, y,
lo más desgarrador, nuestros sueños.
Y en la distancia, no habrá facebook ni ingenioso móbil que
sustituya tu cercana mirada ni el abrazo partido, ni el beso
argentino de cada encuentro. NADA.
Quema el olvido.. y ese temor de no tener a quien contarle
en oscuro garito que, pese a tu silencio, guardas todo un
diccionario de quejas y anelos.
Para ti. En tu maldito y privado exilio interior.
No volvamos a sentir miedo a expresar nuestras quejas,
nuestro desengaño mas absoluto.
Perdido el empleo, no perdamos el orgullo.
Como decia el gran Calamaro, me quebré pero no me rompi.
|