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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 31 DE OCTUBRE DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Riesgo innecesario
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Antonio García Gaona es considerado como alguien que se está aprovechando de la amistad que le une a nuestro alcalde para ganar dinero a mansalva. Dinero abundante que la gente se pregunta por qué lo obtiene con suma facilidad. La gente dice que el dueño de Viajes Trujillo cumple perfectamente su papel de testaferro. La gente, en momentos de crisis, duda de todo el mundo y hace muy bien. Porque a ver quién es capaz de aceptar las explicaciones dadas por el portavoz del Gobierno: “Cada uno viaja con la agencia que considera pertinente para hacer sus desplazamientos”.

El portavoz del Gobierno se ha retratado de mala manera. Hasta el punto de que los opinantes coinciden en que miente. Con lo cual Guillermo Martínez sigue perdiendo crédito a pasos agigantados. Pues no se entiende cómo se le ha ocurrido hacer unas declaraciones tan absurdas.

Guillermo Martínez le quita importancia al fraccionamiento de las facturas favorables a Viajes Trujillo. Es decir, para él resulta normal que mientras las demás agencias de viaje están pasando por un mal trance, tan malo como para verse obligadas a despedir a empleados, García Gaona se esté enriqueciendo sin prisas pero sin pausas.

El portavoz del Gobierno ha metido en un lío al alcalde. Un alcalde que está caído de boca por García Gaona. Y no se cansa de propalarlo. Yo traté, en su día, de proteger a Vivas cuando descubrí algo similar a lo que está ocurriendo actualmente.

Las agencias de viaje de Ceuta apenas facturan. Aunque están soportando la crisis estoicamente. Mientras nuestro alcalde se deshace en elogios hacia quien considera su amigo: García Gaona. Y no tiene el menor reparo en hacer posible que el presidente de la FFC se haga rico. Si acaso no lo es ya.

Nuestro alcalde, tras las desafortunadas declaraciones del portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez, acerca de que “cada uno viaja con la agencia que considera pertinente para hacer sus desplazamientos”, debería salir a la palestra para enmendar semejante desatino. Pero no ha dicho ni pío, ni tampoco lo dirá. Y es que nuestro alcalde está pasando por un momento muy difícil. Tan difícil como complicado le resultará combatir la cifra de paro en Ceuta. Que según la EPA es del 41%.

Nuestro alcalde está, pese a sus mayorías en las urnas, desorientado. Perdido. Reo de una forma de comportarse que ha ido deteriorándole su identidad. Últimamente cuesta trabajo reconocerle. Parece como si se hubiera dejado llevar por quienes tratan de ganárselo para asuntos que pueden arruinarle su vida política. Y a mí me produce pena. Mucha pena.

Por consiguiente, sólo me cabe decirle que todavía esta a tiempo de venirse arriba y recuperar la talla. Esa talla que un día le fue reconocida por innumerables personas. Y que a mí me permitió celebrar sus éxitos. Dedicándole ditirambos. Nuestro alcalde sabe que yo le conozco tan bien como él a mí. Lo cual es motivo suficiente para que sepa que no le conviene comportarse como lo viene haciendo. Nuestro alcalde no merece asumir un riesgo innecesario.
 

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