Antonio García Gaona es
considerado como alguien que se está aprovechando de la
amistad que le une a nuestro alcalde para ganar dinero a
mansalva. Dinero abundante que la gente se pregunta por qué
lo obtiene con suma facilidad. La gente dice que el dueño de
Viajes Trujillo cumple perfectamente su papel de testaferro.
La gente, en momentos de crisis, duda de todo el mundo y
hace muy bien. Porque a ver quién es capaz de aceptar las
explicaciones dadas por el portavoz del Gobierno: “Cada uno
viaja con la agencia que considera pertinente para hacer sus
desplazamientos”.
El portavoz del Gobierno se ha retratado de mala manera.
Hasta el punto de que los opinantes coinciden en que miente.
Con lo cual Guillermo Martínez sigue perdiendo
crédito a pasos agigantados. Pues no se entiende cómo se le
ha ocurrido hacer unas declaraciones tan absurdas.
Guillermo Martínez le quita importancia al fraccionamiento
de las facturas favorables a Viajes Trujillo. Es decir, para
él resulta normal que mientras las demás agencias de viaje
están pasando por un mal trance, tan malo como para verse
obligadas a despedir a empleados, García Gaona se esté
enriqueciendo sin prisas pero sin pausas.
El portavoz del Gobierno ha metido en un lío al alcalde. Un
alcalde que está caído de boca por García Gaona. Y no se
cansa de propalarlo. Yo traté, en su día, de proteger a
Vivas cuando descubrí algo similar a lo que está ocurriendo
actualmente.
Las agencias de viaje de Ceuta apenas facturan. Aunque están
soportando la crisis estoicamente. Mientras nuestro alcalde
se deshace en elogios hacia quien considera su amigo: García
Gaona. Y no tiene el menor reparo en hacer posible que el
presidente de la FFC se haga rico. Si acaso no lo es ya.
Nuestro alcalde, tras las desafortunadas declaraciones del
portavoz del Gobierno, Guillermo Martínez, acerca de que
“cada uno viaja con la agencia que considera pertinente para
hacer sus desplazamientos”, debería salir a la palestra para
enmendar semejante desatino. Pero no ha dicho ni pío, ni
tampoco lo dirá. Y es que nuestro alcalde está pasando por
un momento muy difícil. Tan difícil como complicado le
resultará combatir la cifra de paro en Ceuta. Que según la
EPA es del 41%.
Nuestro alcalde está, pese a sus mayorías en las urnas,
desorientado. Perdido. Reo de una forma de comportarse que
ha ido deteriorándole su identidad. Últimamente cuesta
trabajo reconocerle. Parece como si se hubiera dejado llevar
por quienes tratan de ganárselo para asuntos que pueden
arruinarle su vida política. Y a mí me produce pena. Mucha
pena.
Por consiguiente, sólo me cabe decirle que todavía esta a
tiempo de venirse arriba y recuperar la talla. Esa talla que
un día le fue reconocida por innumerables personas. Y que a
mí me permitió celebrar sus éxitos. Dedicándole ditirambos.
Nuestro alcalde sabe que yo le conozco tan bien como él a
mí. Lo cual es motivo suficiente para que sepa que no le
conviene comportarse como lo viene haciendo. Nuestro alcalde
no merece asumir un riesgo innecesario.
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