Una jornada más, y el Atlético de Ceuta, nuestro
representante en la categoría de tercera división del futbol
nacional, sale victorioso de su envite con el Conil CF, como
antes lo hiciera en anteriores encuentros como local, desde
el inicio de la liga.
¿Y por qué digo, que aún así estoy indignado? Pues porque el
fútbol, como decía el célebre sociólogo Durkeim, famoso por
el estudio que desarrolló sobre el impacto que tienen las
religiones en todo el mundo y sus seguidores, y con
independencia de que se crea en ellas o no, lo positivo y
loable es que aglutinaba a los individuos en sociedad. El
fútbol también tiene esa función social, de ahí que este
reconocido mundialmente como fenómeno de interés nacional.
En los estudios nos encontramos, como en los templos, a una
determinada hora, personas que nos saludamos y hablamos de
nuestras familias, de nuestro trabajo, y hasta del largo
tiempo que no nos veíamos, entre otras cosas.
Pero hay un tema que todos tenemos en boca, el Ceuta no debe
seguir jugando en el Martinez Pirri, por múltiples razones,
no es el más apropiado, ni para el perfecto estado físico de
los jugadores, ni para el lucimiento del juego, ni tampoco
para la perfecta comunión entre el equipo y la afición, pues
hay abonados que aún no han visto un partido de los
celebrados en liga, pues porque no hay buena visión, no hay
megafonía, temen a una lluvia inesperada, tomarse un café, e
ir cómodamente al servicio, entre otras quejas.
Es urgente que el Ceuta, juegue ya en su estadio natural, el
Alfonso Murube, que ahora gestiona la Federación de Fútbol
de Ceuta, entre otras cosas, porque se añadirían nuevas
ventajas para todos en la consecución de la buena marcha del
equipo. Quiero pensar que esto es la justa ambición de
todos, y que pueda haber alguien que desee que perdamos
encuentros, me resulta indignante.
El estadio tiene su césped ya instalado, y si los vestuarios
funcionan, son los dos elementos más importantes para poder
jugar. Se habla de otras reformas paralelas, como cambiar
los asientos, y medidas de seguridad en todo el recinto
deportivo, pero no es menos cierto, que los que vemos fútbol
en televisión, contemplamos reformas en campos de primera de
tal envergadura, como reparaciones en las gradas, y el
equipo titular juega su jornada a pesar de esas obras.
¿Entonces, que motivos existen? ¿Quizás posturas
antagónicas, entre dirigentes del Atlético de Ceuta, con
dirigentes de la Federación? Bueno, pues si esto fuera así,
seguro que todo es solucionable entre ambas partes con buena
voluntad. Lo decía muy bien nuestro entrenador Álvaro Pérez
cuando manifiesta que, ”la federación está para solucionar
problemas y no para crearlos”, y en esta reflexión también
incluye el bienestar de los aficionados.
No quiero terminar mi exposición, sin hacer uso del término
gramatical etiología, cuyo significado dice, ”búsqueda de la
raíz de las cosas y sus causas”. Cuando a principios de los
años treinta del siglo pasado, las autoridades locales y el
alcalde de turno en funciones, creen oportuno hacer uso de
una parcela de terreno adecuado, donde construir el que hoy
conocemos como el “estadio Alfonso Murube”. Pero esa demanda
social nace de un despertar futbolístico en la ciudad, con
un equipo de Tercera División (la Sociedad Deportiva Ceuta)
que milita en categoría nacional y que pasea el nombre de
Ceuta al otro lado del Estrecho. Al mismo tiempo había que
dar una buena imagen de la ciudad a los contrarios que nos
visitaban.
Dicho esto, en el devenir del tiempo esa “Sociedad Deportiva
Ceuta” transformó su nombre dando lugar a otros equipos que
llevaron con orgullo el nombre de la Ceuta futbolística. Hoy
es heredero de ese primer equipo legendario el Atlético de
Ceuta, y merece consideración y respeto, que juegue y
entrene en su estadio, sin que pretenda excluir en su
utilización a otros equipos locales.
Si pudiéramos preguntar al siempre recordado jugador del
Ceuta de los años treinta, Alfonso Murube, que da nombre a
nuestro estadio, sobre estos asuntos que ahora tratamos de
solucionar nos diría, que porque existía el Ceuta, se
construyó el campo de juego, y no al contrario.
Siguiendo con la etiología, también es bueno recordar, que
es el Murube en los años noventa, y alegando las autoridades
municipales de ese tiempo, que la instalación se encuentra
muy deteriorada y con peligro de derrumbe en su estructura,
es por lo que se cierra y abandona a su suerte natural. Es
utilizado por un gran número de inmigrantes que rompiendo
puertas, utilizaban el estadio como refugio y almacén de un
sinfín de chatarra que ellos manejaban. El terreno de juego
era un bosque de matorrales donde se encontraban lavadoras,
neveras, cartonajes y todo tipo de utensilios abandonados.
Se decía que su destino final era la construcción allí, de
bloques de viviendas.
Aparece en esos años, la figura de un hombre de fútbol,
D.Jose Antonio Muñoz, que con otro equipo de Tercera, hace
que la afición ceutí vibre de ilusiones y de ganas de fútbol
nos referimos al “Ceutí Atlético”, cuyos resultados y
clasificación fue de transcendencia mas allá de nuestra
ciudad. Más tarde la Asociación Deportiva Ceuta, con igual
trayectoria y subida de categoría con nuestro entrenador
actual. Menciono todo esto porque sin duda debido a esa
inercia de ilusiones y empuje futbolístico, el Sr. Muñoz es
el artífice de que las autoridades municipales, recuperen
remodelando, el abandonado “Murube” y por ende que viejas
instalaciones de tierra, como el “José Benoliel”, y el
“Martinez Pirri’’, sufran nuevas remodelaciones tal como hoy
los conocemos. No reconocer todo esto, sería faltar a la
verdad. Sé que no todos, pero sí una buena parte de los
buenos aficionados estarán de acuerdo con lo expuesto hasta
aquí, pero aún sigo indignado.
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