En esta maldita época del culto a la innovación inmediata y
la comunicación, se nos olvidó lo mas importante...
Las personas.
Rendimos pleitesía absoluta a la informática, a los nuevos
móbiles, al sonido digital y a la imagen tridimensional...
Y asi, ya somos modernos.
Es antiguo el que disfruta de volver a conversar en antiguo
cafe de casco bello de vieja calle adoquinada, que no
vuelvas a agachar tu mirada para volver a mandar maldito
tweet, que destrozes de una puta vez tus cascos y disfrutes
de la música callejera de trovador de gastada guitarra y
raido sombrero?
No hay ley de imcompatibilidades.
Se puede ser moderno sin olvidar lo antiguo...
Sinatra en la Tate Modern, del Quijote a Harry Potter, de
Camarón a Poveda, de castillos a auditorios, de Vega a Sanz,
de Lorca a Muñoz Molina, de casinos flotantes a partidita de
mus... del camino recorrido a lo que aun nos queda por
descubrir en desolados paisajes lunares.
Facebook no discute con cercana sonrisa, un mensaje de móbil
puede ser maravilloso y una fugaz mirada en el metro de
preciosa chica puede ser la portada de mi blackberry.
Y nada, repito, nada tan emocionante como recibir antiguas
carta escritas a mano podra ser sustituido por el tecleado
de tus manos, tan lejano,tan frio...tan absolutamente
distante.
Mi mente recorre espacios que ninguna maquina acertaria a
imaginar.
Puedo olvidar tu ultimo mensaje, tu perfil de facebook...
sin embargo, como no recordar el roce de tus manos mientras
me susurrabas?
Ahora, disfrutaré del placer de la prensa escrita mientras
imagino tus palabras.
Y es que, recordando al genial Antonio Vega, no me canso
nunca de hablar porque vivo en el silencio mas total.
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