Me siento raro estos días.
No es que sean cosas de otro mundo pero pueden parecerlo.
Vivo en tierras catalanas desde que fiché por el F.C.
Santboiano (en aquellos tiempos se llamaba Samboyano, cosa
rara). Allá por el año 65 y nunca me he sentido tan fuera de
lugar como ahora.
Me siento raro cuando los políticos, del partido que nos
gobierna en estos momentos, salen a declarar su amor por
Catalunya y los catalanes,
Los vídeos de precampaña electoral del PPC, por si lo
ignoran corresponden estas siglas al Partit Popular Català o
de Catalunya en catalán, me deja patidifuso… no por las
declaraciones en sí sino por la tremenda falsedad que
destilan a raudales.
Que ensalcen, ahora precisamente, los valores y los méritos
de la sociedad catalana es lo mismo que echar
‘cuatropecientas’ cañas y a ver si pican suficientes peces
incautos en cuanto a las intenciones de los peperos.
Acabarán en espetos como las sardinas malagueñas, seguro.
Que les gusten Catalunya pase, porque les gusta a todo el
mundo, para algo somos una potencia en turismo.
Casi me parto por la mitad de risa ante la declaración de
Javier Arenas (vaya acostumbrándose a llamarse Xavi Sorres)
de que es un gran admirador de Catalunya y de su ánimo
emprendedor,,,, aquí, en esta ventana del periódico, no
caben las ‘pestes’ que soltó el mismo Javier Arenas contra
los catalanes en el pasado.
Lo rimbombante, lo desternillante, lo…, dejémoslo, es la
declaración del presidente del Gobierno en su papel de apoyo
a la precampaña: “Es mi tierra”. Perdone, sr. Presidente,
pero Vd. es tan gallego como yo ceutí, así que no menee la
olla donde se cuece ‘la carn d’olla’ catalana.
Mire, sr. Presidente, que su mujer haya parido a sus hijos
en la Clínica Dexeus de Barcelona, es de agradecer, no
significa que sus hijos sean catalanes. Si me refuta esta
aseveración que hago, muéstreme el registro civil de los
mismos… me quitaría el sombrero.
Me quitaría el sombrero porque eso sería su jugada maestra
en el tablero del ajedrez político: parir hijos en Catalunya
por si en un futuro cercano necesita votos contrarios a los
catalanes, es un suponer.
Lo de menos es que pretenda, el sr. presidente del Gobierno,
ponernos cachondos con eso “son emprendedores, hacen cosas,
exportan, crean trabajo, la gente cumple…”, ¡joder! Mariano,
estás haciendo una declaración de principios fenomenal,
descubriendo el interés que tenéis por aseguraros capital
fijo a base de impuestos bien fuertes.
Pero lo que verdaderamente me mata de risa, lo que no
comprendo que sea capaz de expresar públicamente, es lo que
declara, en lengua catalana, Esteban González Pons:
“Catalunya és la terra que està al costat de la meva terra.
La gent de Catalunya es la gent que está al costat de la
meva gent…” (Traducción para los patriotas: “Cataluña es la
tierra que está al lado de mi tierra (Valencia). La gente de
Cataluña es la gente que está al lado de mi gente
(valencianos)…)
Vamos a ver, sr. González Pons: ¿somos otra gente?¿somos
extranjeros ya? ¿Hemos nacido del mismo padre?, lo pregunto
porque continúa diciendo: “son de la misma piel y de la
misma sangre”.
¿Qué querrá decirnos con eso? No sigo porque me he quedado
seco, de vejiga se entiende.
Ya está bien de tanto mencionar al “pà amb tomàquet”
(Traducción; pan con tumaca”. A los catalanes no les hacen
falta saber que es un estupendo remedio gastronómico, y a mí
tampoco, porque ya estamos acostumbrados desde antes de
nacer al famoso ‘pà amb tomàquet’ y sabemos el impacto que
tiene en los madriles, concretamente por los alrededores del
Congreso, cuyos bares se ha apoderado del mismo, del ‘pà amb
tomàquet’, porque en todos aparece el “tumaca”
En fin, la vida sigue y yo también de momento.
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