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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE OCTUBRE DE 2012

 

OPINIÓN / SNIPER

La Aventura de la Historia y
los gases sobre el Rif (I)

 


José Luis Navazo
yebala07@yahoo.es

 

Ha sido un detalle que, antes de acabar el año del insulso y vergonzante Centenario, la revista “La Aventura de la Historia” dedique su último número 169 del mes de octubre a un amplio dossier sobre los “Cien años del Protectorado español en Marruecos”, en el que colaboran los especialistas M. Hernando de Larramendi e Irene González, Julio Martín Alarcón y Mimoun Aziza. En líneas generales y salvando algunos tópicos como el hecho de insistir en el marchamo “árabe” (¿dónde están los “árabes” en el norte de Marruecos…?), la habitual y arbitraria confusión entre “Colonias” y “Protectorado”, así como unas referencias bibliográficas demasiado someras y un tanto escoradas, el dossier es bastante equilibrado lo que en los tiempos que corren es de agradecer. Como ya es habitual por parte marroquí el investigador Mimoun Aziza, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad “Muley Ismail” de Mequinéz, aprovecha y barre para casa, eso sí con cierto estilo: de entrada cuestiono abiertamente, en la forma y el fondo, la reducida y parcial encuesta citada (solo trescientas muestras) del profesor Benjelloun, realizada hace más de treinta años en Nador, sobre la “imagen de la antigua potencia colonial”; y rechazo tajantemente las últimas parrafadas: desde el recordatorio de la interesada movilización de la sociedad civil “para pedir a la antigua potencia colonial que reconozca los abusos de la colonización”, a la artificial polémica sobre “La cuestión de la utilización por el ejército español de armas químicas durante la guerra del Rif”. El profesor Aziza termina su colaboración recordando, oportunamente, que “Varias asociaciones en ciudades del norte como Nador, Alhucemas o Tánger reclaman un reconocimiento del Estado español de estos crímenes, así como la indemnización material a las víctimas”. Lamentablemente y como insiste el doctor Azzuz Hakim (decano de los historiadores marroquíes), quizás al lector no le quede suficientemente claro que “España prohibió toda clase de discriminación racial, religiosa o política, por lo que no hubo en su Zona del Protectorado como lo hubo en la francesa, carteles que prohibían el acceso de los moros y los perros a determinados lugares públicos, tales como cines, teatros, casinos, restaurantes, cafés, hoteles y pensiones” y que “En resumen, el Protectorado español no trató de españolizar, sino de modernizar la vida marroquí en todas sus manifestaciones, pero sin atentar a los usos, costumbres y tradiciones del país”. Esa es la realidad.

Por lo demás, no es la primera vez (la primera fue en febrero de 2001 y la última el 24 de junio de este año) en la que salgo al quite del escabroso asunto de los gases sobre el Rif, jaleado sin pudor y obscenamente manipulado no solo desde el lado marroquí pues ha sido un periodista español, el converso de la raja David Alvarado, actual director desde este verano del Instituto Cervantes en Orán (Argelia), quien en un vomitivo trabajo publicado con la mayor inquina en el número 4 de la revista “Kántara”, correspondiente a marzo de 2011, escribió un amplio y burdo dossier sobre la “Historia de la guerra química en el Rif” o “Cuando España envenenó el norte de Marruecos” (la portada era espectacular), sobre el que volveremos en otra ocasión y que, según parece, debió de sumarle méritos para que el incauto gobierno Rajoy le nominara con un importante puesto directivo en el buque insigne de España para la cooperación cultural en el extranjero, a saber el emblemático y prestigioso “Instituto Cervantes”. Vergüenza ajena, vivir para ver y ya les seguiré contando. Un mes antes casualmente de la intoxicadora aportación del converso Alvarado, el semanario “Le Reporter” (nº 587, de 17 de febrero) dedicó varias páginas a la “Utilización del arma química en el Rif”, pidiendo que “Los marroquíes deben de reclamar a España ¡la verdad!”, así como que “España debe de presentar sus excusas a las víctimas de las armas químicas”. Y este asunto, el del “perdón español” por la guerra química en el Rif, iba en principio (estoy en condiciones de asegurarlo) a ser presentado encima de la mesa de negociaciones de la última RAN (Reunión de Alto Nivel) celebrada este mes. El por qué, finalmente y a última hora, el Reino de Marruecos decidió no plantearlo es harina de otro costal. Llueve, como ven, sobre mojado.

La historia del bombardeo químico por parte del Ejército español en la Guerra del Rif es un asunto que, desde casi el inicio del reinado del joven soberano Mohamed VI, saltó a la palestra atizado por la Asociación de Víctimas de los Gases Tóxicos (AVGT), entidad organizada ex profeso por el ubicuo Ilias El Omari, mano derecha en el Rif del valido in péctore y actual consejero real Mustafa El Himma (“El pequeño rey”), además de importante dirigente del Partido de la Autenticidad y Modernidad (PAM), formación política sin duda de innegable ritmo y sabor majzeniano. El asunto de los gases tóxicos y sus eventuales efectos cancerígenos aun al día de hoy sobre la población rifeña, ha generado una gran y viva inquietud entre la misma, última muestra de la cual es la citada colaboración del profesor Mimoum Aziza en “La Aventura de la Historia”. Aprovecharemos los próximos días para, en una serie de columnas, centrarnos sobre el particular, abordando el hecho en su contexto histórico, la cantidad de los bombardeos (“masivos y sistemáticos” según el actual director del “Cervantes” de Orán, el mencionado converso de la raja), la legalidad o no de la utilización de ésta arma, las eventuales responsabilidades y su plausible incidencia en las altas tasas de cáncer de la región, intentando dar carpetazo a la polémica. Visto.
 

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