La noticia destapada por este periódico en el día de ayer en
relación con la facturación de la empresa Viajes Trujillo
S.L. ha levantado ampollas en los responsables económicos de
la Ciudad. Lo que ocurre es que no estamos para tirar
‘cohetes económicos’, así que no parece lógico que Guillermo
Martínez Arcas y sus colaboradores se preocupen tanto de
buscar quién ha podido filtrar la información de esas
partidas económicas que el administrador de Viajes Trujillo,
presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta y senador
suplente del Partido Popular viene percibiendo, en vez de
preocuparse de erradicar de una vez por todas el
fraccionamiento del objeto de los contratos suscritos con la
mencionada agencia como práctica habitual.
Hay que evitar los favoritismos, el trato preferente, un
presunto tráfico de influencias de índole político y, sobre
todo, el estigma de que algo huele mal porque va al mismo
destinatario. ¿No sería más equitativo que se diera
participación a tantas agencias de viajes como hay en Ceuta
para que accedieran al “pastel” económico que en época de
crisis paliaría sus cuentas de resultados?
¿No se ha dado cuenta nadie de la Ciudad que dirigir los
desembolsos hacia el mismo empresario despierta sospechas y
es inevitable pensar mal? ¿Cómo se explica que la suerte
siempre caiga del mismo lado y los competidores del mercado
de viajes queden al margen de cualquier posibilidad? Son
muchos años y es mucho dinero el que se ha estado facturando
como para que alguien ahora se ocupe y preocupe de dónde ha
salido la filtración. ¿No sería más lógico evitar el sonrojo
de tanto manejo y actuar con más rigor?
Ya saben que, la mujer del César no solo había de ser
honrada sino también parecerlo. Y aquí sucede otro tanto:
menos investigación y más rigor. Demasiados subterfugios
para tratar de justificar lo que parece injustificable. Más
transparencia y menos fraccionamientos de pago. Porque esto
puede ser solo la punta del iceberg. Y ya sabemos como se
hundió en Titanic.
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