Se acaban de instalar los nuevos asientos en la Tribuna del
estadio Alfonso Murube. En blanco y negro como a alguien se
le ocurrió. Unos 1.200 asientos sobre cuyo precio, ni han
sido explícitos, ni claros ni parece que les interese mucho.
Unos dicen que a 8 euros el asiento y otros que a 12 euros.
Lo cierto es que en la Ciudad Autónoma de Ceuta alguien que
debería saber del asunto, mostraba ayer su supina ignorancia
a este periódico. Ni sabía ni contestó (después).
Desde la Federación de Fútbol, qué decir. Balones fuera.
“Eso es cosa de la Ciudad”, decían. La pelota –y nunca mejor
dicho-, de un tejado a otro, desde luego porque alguien –que
descubriremos más temprano que tarde-, se ha empeñado,
llevado de su interés (¿económico?) de apresurarse a traer
los mencionados asientos, saltándose los procedimientos
establecidos al efecto, para que no haya concurrencia
pública ni impedimento que evitara culminar un negocio que
se ve venir por lo enigmático de los comportamientos.
Se pretendía utilizar para esto el Plan de Inversiones de la
Ciudad, pero al no poder hacerlo, ya que en esa partida no
hay dinerto sino que depende de futuras enajenaciones, se
ven ahora con esta “tostada”: unos asientos que ya alguien
había pedido (aquí no llegan a Ceuta por arte de magia,
porque ésta no es tal sino una poco avergüenza que alcanza
dimensiones siderales).
Habrá que conocer, que conoceremos, la identidad de la
empresa que trae con tanta premura los asientos del Murube,
en una primera entrega para intentar continuar –en contra de
lo recomendable por el Tribunal de Cuentas-, con las
contrataciones menores de 18.000 euros para no dar
explicaciones ni sacarlas a concurso, privando a muchos
empresarios de la normativa que marcan los contratos del
Estado.
De momento han tenido que dar marcha atrás al verse
descubiertos. La única salida, argumentar que los asientos
instalados en tribuna corren a cargo de la Federación y
sacar a concurso el resto en 2013.
¿Y alguien se cree que quien ya ha servido esta primera
remesa de asientos, no se va a llevar la adjudicación que se
haga en su día? Se admiten apuestas.
Alguien está moviendo los hilos con demasiado interés por
acelerar los tiempos. El empeño del cambio con tanto
empecinamiento, va más allá de los colores blanco y negro o
de cualquier otro asunto estético. Ya dijimos que aquí
trasluce un interés marcadamente económico a la vista de las
torpezas que se vienen cometiendo.
Ni la lógica ni la sensatez y, por supuesto, mucho menos el
interés general han llevado a esta situación tan
estrambótica donde nadie sabe nada y todo se oculta. En el
pecado llevan la penitencia, porque ellos mismos se están
descubriendo con sus propios comportamientos.
No se entiende, si se tiene la intención de sacar la
adjudicación a concurso el próximo año, ¿qué pintan aquí ya
los asientos de Tribuna?. Pues que alguien no podía esperar
más y llevado de su impaciencia y comprometido con quien
sea, ha tirado por la calle de en medio y, sin encomendarse
a nadie, (o con el visto bueno de alguien), ha decidido no
esperar más y adelantarse a los acontecimientos recurriendo
a esa política tan irregular como sospechosa de los hechos
consumados.
En este revoltijo a buen seguro que parece que hay más de un
personaje involucrado. La película de los hechos va situando
a las piezas en su sitio y el tablero de ajedrez puede que
salte por los aires cuando se den nombres y apellidos de los
presuntos. Se trata de un juego peligroso con mucha intriga.
Y a veces, hay actuaciones que son secretos a voces.
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