El pasado martes comenzó el
juicio, una década después, contra la mayor catástrofe
ecológica ocurrida en las costas españolas. Como
consecuencias de los vertidos y hundimiento del Prestige,
cargado con unas 77.000 toneladas de fuel.
Dicha catástrofe, en la mente de todos, comenzó el 13 de
noviembre de 2002, cuando el petrolero navegada a unas 28
millas del Cabo Finisterre, sufriendo como consecuencia de
un fuerte temporal, una vía de agua en uno de sus tanques,
escorándose y provocando comenzara a verter fuel al mar.
Emitidas las señales de socorro, se evacua la tripulación,
quedándose en el barco el capitán, Apostolos Mangouras; el
jefe de máquinas, Nikolaos Argyropoulos; y el primer oficial
Ireneo Maloto que está huido en rebeldía. Siendo los tres
más al exdirector general de Marina Mercante, José Luis
López, los cuatro únicos acusados por tan descomunal
desastre ecológico. Sin que ninguna autoridad nacional o
autonómica del PP, que gobernaban tanto en España como en
Galicia, tuvieran responsabilidad alguna. Considerando la
Fiscalía, que los perjuicios económicos se cifran en unos
4.500 millones de euros. Siendo el capitán del barco acusado
como el principal culpable, al que se le piden doce años de
cárcel.
Fue significativo, que el Gobierno gallego presidido por
entonces por Manuel Fraga Iribarne, le concediera al
ministro del Gobierno estatal español de Fomento, Álvarez
Casco, la Medalla de Oro de Galicia. A pesar de que, desde
el inicio de la tragedia, hubo órdenes y contraórdenes de
acercar o alejar el barco de las costas gallegas, así como,
de intentar traspasar la carga a otro buque. Pero el día 19
de noviembre, el barco partido en dos se hunde, provocando
que el chapapote llegara no sólo a las costas gallegas, sino
también, a las limítrofes de España, Portugal y Francia.
Mariano Rajoy, actual presidente del Gobierno español, y por
entonces vicepresidente del Gobierno estatal presidido por
José María Aznar. Tras la tardanza del Gobierno de Aznar en
reaccionar ante tan descomunal catástrofe, fue nombrado
coordinador del Gabinete de Crisis, minimizando la tragedia
teniendo una gris actuación. Y por su parte, Federico
Trillo, ministro de Defensa, movilizó al ejercito semanas
después de que la población civil lo hiciera
voluntariamente, para socorrer al pueblo gallego, dando la
ciudadanía todo un ejemplo de solidaridad no sólo a los
políticos.
La plataforma Nunca Máis, jugó un papel importante, contra
tanto despropósito político, movilizando a la población
gallega y a la española en manifestaciones, concentraciones
y actos de protestas. Porque hasta algunos de los
gobernantes, llegaron a las zonas gallegas afectadas, se
hacían la foto y poco más. Y ante tanta pasividad e
ineptitudes políticas de los gobernantes. Los voluntarios
acudieron de forma individual o en grupos, especialmente en
el puente festivo de la Constitución. Organizándose también
expediciones desde diferentes puntos de España, en las
semanas y meses siguientes hacia las costas gallegas.
Una de ellas, partió de Algeciras a las 05,30 horas de la
mañana del día 20 de diciembre, con 47 voluntarios de la
Comarca de Gibraltar, de la que formé parte. Llegamos sobre
las 23,45 horas a Ribeira (Coruña), siendo recibidos por el
director y algunos profesores del IES Leliadoura, así como,
por coordinadores de la Xunta de Galicia. Quienes nos
reunieron en el pabellón de deportes, informándonos sobre
las normas dictadas por sus superiores, acerca del
comportamiento que deberíamos respetar en nuestra estancia
allí, diciéndonos entre otras cosas: “Los gallegos tenemos
muchos problemas, para que vengan de fuera a crearnos más de
los que tenemos, sería una pena que por culpa de uno o
varios individuos, se tenga que expulsar a todo el grupo”.
Al escuchar eso, me acordé de cuando cumplía el Servicio
Militar en Cerro Muriano (Córdoba), donde soporté como pude
la disciplina militar y las bofetadas de ciertos chusqueros
y de chulescos oficiales.
Tras el discursito, nos acostamos en un colchón en el suelo.
Y a las 07,30 horas de la mañana del día siguiente, nos
llevaron al puerto pesquero de Aguiño. Estuvimos todo el día
retirando chapapote en la playa La Muralla. En la lonja del
puerto las mujeres de los pescadores nos sirvieron la
comida, teniendo un comportamiento ejemplar con los
voluntarios, tanto este día como el siguiente, que también
nos tocó retirar chapapote por esa zona.
En la tarde noche del día 22 a nuestro regreso al IES de
Leliadoura, un grupo de profesores nos ofrecieron una fiesta
de despedida con un grupo de gaiteros. A las 22,00 horas
emprendimos viaje de regreso hacia Algeciras, llegando a las
16,00 horas del día 23 de diciembre.
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