El carácter que los responsables del proyecto de Santa
Catalina quieren imprimir al nuevo parque, de 65.500 metros
cuadrados y distribuido en plataformas a distintas cotas,
pasa por dotarlo de circuitos para la práctica deportiva,
además de un campo de mini-golf. Además, buscan convertirlo
en una especie de “aula abierta” destinada a los escolares.
Este nuevo espacio, que con 65.500 metros cuadrados será el
mayor parque de Ceuta, estará conectado con la
circunvalación del Hacho y a falta de vegetación frondosa,
contará con una gran pérgola para proporcionar sombra. Ya se
han invertido en el proyecto 7,8 millones y quedan 2,3.
“Queremos que sea un lugar atractivo”. De este modo resume
el ingeniero y director técnico de la Gerencia de
Infraestructuras y Urbanismo (GIUCE) Pedro Sierra el
proyecto final para el nuevo Parque de Santa Catalina, a
punto de salir a licitación pública y en el que restan por
invertir 2,3 millones de euros tras los 7,8 empleados ya en
el traslado parcial y sellado del antiguo vertedero. El
proyecto del Parque corresponde a otro de los directores
técnicos de la GIUCE, el arquitecto Jorge Chaves, y el
arquitecto de Procesa Ángel Moreno también participa en el
proceso de ejecución de esta obra.
El carácter que se quiere imprimir a este nuevo parque, de
65.500 metros cuadrados y distribuido en plataformas a
distintas cotas, pasa por dotarlo de circuitos para la
práctica deportiva, además de un campo de mini-golf, de
hierba artificial para evitar costosos mantenimientos. El
parque estará adaptado para quienes quieran pasear, correr o
hacer ejercicio en bicicleta.
Pero además de ello, los responsables de su diseño buscan
convertir esta zona periurbana de la ciudad en una especie
de “aula abierta” destinada a los escolares. Por su
privilegiada situación, al borde del mar, en una zona
protegida de alto valor medioambiental y con elementos, como
el Garitón y la Batería, que pertenecen al Conjunto de
Fortificaciones del Recinto del Hacho, el parque puede
utilizarse por los colegios para organizar “aulas abiertas
de naturaleza, física, arqueología...”, apunta Sierra.
El Parque se constituirá además como una “alternativa” a la
clásica “vuelta al Hacho”. Los autores del proyecto
pretenden que pueda ser usado por los deportistas y
paseantes como inicio o final en su recorrido de
circunvalación del monte. Para propiciar este uso, el nuevo
Parque estará conectado de forma directa con la carretera.
Con esta fase se completará el proyecto de traslado, sellado
y conversión en zona verde del vertedero, que comenzó en
marzo de 2011 y supuso la retirada de aproximadamente el 70%
de la montaña de basura acumulada desde los años 70 del
pasado siglo en esta zona del litoral. Los residuos se
trasladaron a una vaguada cercana, la de las Cuevas, que
quedó colmada, generándose con ello un nuevo vertedero que
ha requerido también de su correspondiente proceso de
sellado.
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Una gran pérgola proporcionará sombra
En el proyecto del parque se ha
incluido la instalación de una gran pérgola que, a falta de
vegetación frondosa, proporcionará una amplia zona de sombra
en la parte más alta de Santa Catalina.
Tal como se ha previsto desde un principio, el nuevo Parque,
sometido de forma muy directa al azote de los vientos
marinos, con una alta salinidad, y una escasa capa de tierra
para el arraigo de las plantas, requiere de árboles y
arbustos muy adaptados a estas condiciones. Por ello se ha
pensado en utilizar de forma mayoritaria especies autóctonas
y de pequeño porte, salvo en algún punto donde se plantarán
algunos árboles de mayor tamaño, indica el ingeniero Pedro
Sierra. Con ello se rebajan los costes de mantenimiento de
esta nueva zona ajardinada de la ciudad, que con sus 65.500
metros cuadrados se convertirá en la de mayor tamaño, por
delante del Parque de San Amaro.
El diseño de la jardinería se ha encargado a una empresa
especializada de Barcelona.
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