Esta semana han comenzado las clases de la tercera edición
del Advanced Management Program que imparte la Escuela de
Negocios del Mediterráneo (ENME) y su director, Arjan
Sundardas, ha compartido con El Pueblo las expectativas para
este nuevo curso, que se inaugura de forma oficial el
próximo viernes. Además, Sundardas ha explicado cuáles son
las claves para ser emprendedor y tener un perfil más
competitivo en un mercado de trabajo globalizado. El
director de la ENME destaca la importancia de la formación
en tiempos de crisis para “minimizar el riesgo” a la hora de
crear una empresa y además poder “gestionar mejor” las que
ya están en marcha mejorando tanto las relaciones con los
empleados como con los clientes.
Pregunta.- Arranca la tercera edición del máster de la
ENME, ¿cuáles son las expectativas para este curso?
Respuesta.- Comenzamos la tercera promoción del programa de
dirección de la Escuela con ilusión, con nuevos alumnos,
empresarios y emprendedores, que pretenden recibir una
formación de calidad y unirse al club de antiguos alumnos de
la escuela. Las expectativas se centran en que los alumnos
que participen en el programa creen empresa, creen empleo, y
aporten su granito de arena para superar la crisis en la
Ciudad.
P.- ¿Y las principales novedades?
R.- El programa ha encontrado su estabilidad. Al igual que
la segunda promoción tuvo novedades respecto a la primera,
el programa ya ha conseguido una estabilidad en temario y
profesores que hacen recomendable la maduración del mismo
para el aprovechamiento de los participantes.
P.- ¿Cuál es el perfil de los alumnos de esta promoción?
R.-Al igual que ha ocurrido en promociones anteriores, el
mix de participantes esta compuesto tanto de jóvenes con
amplia formación universitaria y pocos años de experiencia,
así como emprendedores que están lanzando su negocio, y
personas más maduras pero quizás no necesariamente con tanta
formación de base, suplida por gran experiencia de vida.
P.- Echando la vista atrás, ¿qué valoración hace de las
dos primeras promociones? ¿En qué han servido estos dos
cursos para mejorar el programa de la ENME?
R.- La creación de la Escuela por la Ciudad se ha demostrado
como un acierto por varios motivos. En primer lugar porque
ha aportado un nuevo concepto de formación que no existía,
basado en el método del caso y con la aportación de un
claustro de primer nivel en un ámbito mundial. En segundo
lugar porque esta formación, como se ha demostrado en
diferentes casos, ha contribuido a que los participantes
crezcan profesionalmente en sus trabajos, y les haga
rentable la inversión y esfuerzo realizado. Y en último
lugar, porque varios participantes han lanzado sus proyectos
empresariales en la ciudad, aportando, como comentaba antes,
su granito a la mejora de la economía ceutí y creando
empleo. Obviamente dos promociones hacen que el programa
vaya evolucionando dinámicamente. Quizás esta sea una de las
grandes diferencias del mundo de las escuelas de negocio en
comparación con la enseñanza universitaria, donde los
temarios son mucho más rígidos, más estáticos, mientras que
en las escuelas los temas tratados se van amoldando a la
realidad.
P.- ¿Cuál es la imagen que proyecta la ENME después de
estas dos promociones más allá de la Ciudad Autónoma?
R.- La Escuela se va haciendo hueco. En la ciudad, poco a
poco, pero sin parar, van creciendo los antiguos alumnos de
ENME, a los que hemos intentado no solamente aportar
conocimientos empresariales y herramientas de utilidad para
mejorar la gestión empresarial y por ende los resultados,
sino también incorporar la Etica en los Negocios como un
criterio clave en el mundo empresarial, y eso va creando
marca de la Escuela. Fuera de la Ciudad podríamos hablar de
dos entornos. En Marruecos, donde nos comenzamos a
posicionar como un centro de formación de calidad, sobre
todo en empresas europeas que se están implantando en el
país vecino, y por otro, en la península, donde ven una
iniciativa con un claustro de profesores reputados que creen
en un proyecto de formación de calidad, en un marco
geoestratégico como es Ceuta. Poco a poco el conocimiento de
ENME va aumentando en el resto de España.
P.- Como director de la ENME siempre ha destacado la
importancia de la formación, sobre todo ahora en época de
crisis, ¿qué aporta este máster a quien lo cursa?
R.-Aporta varias cosas. Como director creo que aporta un
¨maletín de herramientas” empresariales que poder usar para
gestionar mejor, algo así como el aceite que se incorpora a
los motores cuando tienen tiempo, y que los empresarios y
directivos necesitamos para ponernos al día con nuevas
técnicas, nuevos métodos, para mejorar no solo los
resultados empresariales sino la relación de la empresa con
empleados, clientes, con el entorno, etc. Por otra parte,
desde la escuela intentamos aportar a jóvenes con espíritu
emprendedor el conocimiento para minimizar el riesgo en la
creación de nuevos negocios, tan necesarios en la situación
económica actual, donde el autoempleo es una alternativa
óptima de empleo.
P.-En un mundo globalizado, con un mercado de trabajo
también globalizado, ¿cuál debe ser el perfil del joven
emprendedor?
R.-El emprendedor debe ser, en nuestra opinión, una persona
entusiasta, con ganas, y con conocimiento profundo en el
área en la que va a crear su negocio. Desgraciadamente no
siempre los emprendedores tienen a su disposición
conocimiento sobre las herramientas de gestión para el
emprendimiento, desde cómo crear un plan de negocio, pasando
por como negociar un deal, o conseguir financiación, no solo
bancaria - tan escasa en esta época - sino de ‘business
angels’ o ‘ventura capitals’, y esto lo que provoca es que
desgraciadamente su inversión frecuentemente no se recupera.
En la Escuela intentamos aportar estas herramientas como
parte del aprendizaje.
P.- ¿Cualquiera puede convertirse en emprendedor?
R.- Desgraciadamente no. El emprendedor nace o se hace,
aunque no todos valemos para ser emprendedores. La madera
del emprendedor, bien desde su raíz, bien tallada, es la de
alguien incombustible, con ganas de montar su negocio, de
hacerlo crecer, dejando de dormir, a veces hipotecando su
patrimonio y a su familia por creer en su proyecto. Pero si
que es cierto que si se tiene la madera, labrada o en bruto,
lo importante es dotarle de herramientas.
P.- Algunos de los alumnos que han pasado por la escuela
ya han puesto en marcha su propia empresa, ¿cómo se siguen
esos proyectos desde la ENME?
P.- Con mucha ilusión. No hay nada más agradable para
cualquiera de los profesores que componemos el claustro que
ver como un participante en uno de nuestros programas pone
en marcha un negocio, sobre todo porque crea empleo.
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